En mi cuadra vive una chavista

Una casa

Por Caridad

HAVANA TIMES – Pero no es una chavista cualquiera. Es una de las que aquí llaman “enchufada”, o sea, bien conectada con el gobierno. Una de esas personas a las que la ideología se las trae sin cuidado, siempre que sea la ideología que esté en el poder, o mejor aun, una de esas personas que lo que les interesa es el poder, y si este carece de ideología mejor que mejor.

Igual, ya sabemos que el poder es la verdadera ideología de una buena parte de esta humanidad. El asunto es que esta vecina madurista, que ya eso de chavismo ha quedado en la historia, es una de esas que gozan de esa pequeña cuota de poder a la que aspiran todos los que, de una forma u otra, luchan por un puesto de servidor público o cualquier otro cargo en el gobierno.

Llegó hace poco tiempo a este lugar perdido, bien lejos de la ciudad, y la gente cuenta que se mudó para pasar desapercibida. Para decirlo con más claridad: vino escondiéndose de un pequeño escándalo en la comunidad donde vivía. Un pequeño escándalo que tuvo que ver con desvío de recursos, apropiación indebida y sobornos. Ya saben, el día a día de los pequeños y grandes políticos.

Esta vecina, tengo que decir, aunque vive en mi misma cuadra nunca le he visto la cara. El taxi en que se mueve sí, o la camioneta de esas semi blindadas; pero decir he visto sus ojos, su pelo, su nariz, eso no puedo decirlo. Ni siquiera sé si es alta o pequeña, rubia o morena. Agradable no es. Y eso, para saberlo, no hay que ver a la persona.

Un chavista

Estas zonas semidesérticas y gobernadas por políticos chanchulleros, padecen una crónica falta de agua. En el último año ha mejorado un poco, casi siempre la ponen una vez a la semana; pero cuando la sequía arrecia pasan semanas sin que las tuberías se humedezcan.

Como es de esperar, nuestra vecina recibe una vez al mes un camión cisterna con agua para llenar sus tanques. En una de esas ocasiones en las que la sequía era más fuerte, apareció el rebosante camión de agua y, a vistas de todos los vecinos, encendió los motores para pasar el agua, exclusivamente, a los tanques de la vecina madurista. Una señora envió a su niña con un pequeño envase para que le regalaran un poco de agua. La niña tuvo que conformarse con un tajante No por respuesta.

Cuando el gas era casi imposible de conseguir, un camión también despachaba solo para nuestra querida vecina madurista.  Y cuando llega la bolsa del Clap, su esposo es el primero en pasar a recogerla, no sin antes revisar que la suya esté en perfectas condiciones, porque su “mujer es muy exigente con todo”.

Las calles de esta zona, como la mayoría de las calles en las zonas periféricas de Venezuela, no están asfaltadas. Algunas tienen un poco de piedras, otras son solo tierra apisonada que ha ido hundiéndose por el peso de algunos camiones que pasan por acá. Hace unos días comencé a ver en mi cuadra que alguien estaba rellenando estos huecos. El material es bastante inusual, pues es un tipo de cartón duro que se utiliza, sobre todo, para hacer falsos techos o paredes de interior. Me causó gracia, y pena, pues cuando comiencen las lluvias no durarán mucho estos pequeños parches.

Una calle

Pero hoy la pena se transformó en indignación cuando me doy cuenta de que los parches provienen de la casa de nuestra vecina chavista. Tras una remodelación, que estará pagando con su humilde salario de servidora pública, ha decido dar un buen uso a los escombros, fingiendo que contribuye a su comunidad.  Me pregunto si será que había algunos fondos destinados al arreglo de la calle, y esta fue la manera en que los usó.

No estoy siendo mal pensada, es la dinámica de los gobernantes en este país.

Supongo que, si me pongo a indagar, podría conocer muchas cosas sobre esta vecina ligada al régimen. Pero en realidad ni siquiera vale la pena, estoy consciente que es solo una pequeña pulga en esta enorme manada de ratas que ostentan el poder en Venezuela, y han ido devorándose al país como a un gran trozo de queso.

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Caridad

Caridad: Si tuviera la oportunidad de escoger cómo sería mi próxima vida, me gustaría ser agua. Si tuviera la oportunidad de eliminar algo de lo peor del mundo borraría el miedo y de todos los sentimientos humanos prefiero la amistad. Nací en el año del primer Congreso del PCC en Cuba, el día en que se celebra el orgullo gay en todo el mundo. Ya no vivo al este de la habana, intento hacerlo en Caracas y continúo defendido mi derecho a hacer lo que quiero y no lo que espera de mí la sociedad.

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2 thoughts on “En mi cuadra vive una chavista

  • la misma porqueria letrinoamericana donde quiera que vas. conozco de una familia que hizo fortuna en un lugar de la florida porque un miembro de la familia estaba juntado con una congresista de colombia, la muy delincuente se robaba las asignaciones monetarias para la region del pais que representaba, sus emparentados en la florida tenian amplios negocios que habian sido creados con el dinero que esta bandolera colombiana le robaba al pueblo.

    hdp hasta la medula todos nuestros politicos.

  • ¡Tanta razón tienes, Sebastian!

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