En La Esquina con Alberto

Osmel Almaguer

The “Esquina Caliente” (hot corner) in Havana’s Central Park.
La Esquina Caliente en el Parque Central de la Habana

Ayer fue día de pago en mi trabajo. Aunque estoy de vacaciones tuve que pasar por allí para recibir mi salario. De regreso estuve cerca del Parque Central, famoso por su esquina caliente: (debate deportivo realizado en cualquier lugar de nuestros campos y ciudades, en el que dos o más personas exponen sus argumentos -sobre todo en lo referido a la pelota- y casi siempre con mucho apasionamiento). Porque cada cubano se cree que es el que más sabe sobre el tema, y necesita demostrarlo en este tipo de discusiones.

Ayer había mucha gente en la “esquina” del Parque Central, tanta, que se habían formado tres grupos, todos hablando sobre el próximo Mundial de Béisbol, a celebrarse en varias ciudades europeas dentro de pocos días. Se comentaba sobre los juegos que ha celebrado previamente nuestro equipo, y lo mal que ha lucido el bateo.

En otro de los grupos se decía que los técnicos no ponen a jugar a los mejores, que por eso no ganamos un campeonato serio desde hace rato, y los jugadores se decepcionan al ver que por muy buenos que sean, siempre juegan los mismos. Y como en toda reunión de personas siempre hay uno que sobresale, este grupo no podía ser la excepción.

Un moreno santiaguero de algo más de cincuenta años llevaba la voz cantante y los demás, en su mayoría, lo seguían. Porque aunque en las esquinas calientes generalmente se forman ardientes debates, también puede ser que todos estén de acuerdo en algo, pero ofrezcan aristas y elementos nuevos al intercambio, como era el caso.

El sujeto que llamaba mi atención se llamaba Alberto, y en sus tiempos había sido un talentoso  lanzador que ganaba gran cantidad de juegos por su provincia de Santiago de Cuba. Todos sabían que se merecía una oportunidad en el equipo nacional para demostrar que podía rendir a ese nivel, pero nadie se la dio, y él, decepcionado, decidió abandonar el deporte.

Alberto ponía su caso como ejemplo de las veces que dejamos malograr los deportistas, debido al maltrato (no físico) o a la falta de trato (estimulación moral) porque el deportista necesita saber que lo tienen en cuenta, y que lo que él hace importa.

Ahora vamos a un mundial que todos sabemos que no tiene la mayor calidad, y estamos empecinados en llevar al equipo de siempre, sin dar oportunidad a las figuras que necesitamos desarrollar. ¿A qué le tememos? ¿A no ganar? Ya no ganamos. Ahora lo importante es pensar en recuperar nuestro beisbol a mediano y largo plazo, pero con experiencias como la de Alberto, pronto estaremos perdiendo hasta con Jamaica.