Pinar del Río: de cenicienta a princesa

Elio Delgado Legón

HAVANA TIMES — Este miércoles 26 de julio se celebró en Pinar del Río el acto central en recordación de los sucesos ocurridos 64 años antes, cuando un grupo de valientes jóvenes, liderados por el abogado revolucionario Fidel Castro Ruz, pretendieron tomar por sorpresa los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba, segunda fortaleza del país, y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo.

Las acciones no tuvieron el éxito que ellos esperaban y terminaron en una masacre en la que fueron asesinados la mayoría de los tomados prisioneros ese día y en días posteriores. Solo unos pocos, entre ellos Fidel, lograron sobrevivir y ser  llevados a juicio, en el que fueron condenados a siete años de cárcel e internados en el presidio de Isla de Pinos.

Todos los años, en esta fecha, se celebra un acto masivo en la provincia que haya tenido mejores resultados en la producción, los servicios, la cultura, el deporte y otras actividades encaminadas a mejorar las condiciones de vida del pueblo, por lo que la realización de ese acto constituye un estímulo al esfuerzo realizado por esa provincia.

¿Por qué este año el acto del 26 de julio fue celebrado en Pinar del Río? Hagamos un poco de historia. Antes de 1959, la provincia pinareña era considerada la “Cenicienta” de Cuba, pues recibía muy poca o ninguna atención de los gobiernos de turno, a pesar de la enorme contribución que sus campesinos y obreros hacían a la economía del país, sobre todo, en la producción tabacalera y minera.

En el discurso central del acto, el segundo secretario del Comité Central del Partido y vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, José Ramón Machado Ventura, ofreció algunos datos que ilustran perfectamente el cambio efectuado por ese territorio después del triunfo de la Revolución, por lo que me permitiré, a continuación, copiar algunos breves párrafos de ese discurso:

“Bastan unas pocas cifras para ilustrar el contraste entre aquella triste realidad y el presente.

“Más del 85% de las fincas pinareñas no pertenecían a quienes las trabajaban.

“En la Salud existían solo 16 unidades asistenciales y unas 100 consultas privadas.  En total, 248 médicos, 25 estomatólogos y 50 enfermeras y auxiliares.  Hoy cuenta con 626 consultorios del médico de la familia, 19 policlínicos que funcionan en todos los municipios, ocho clínicas estomatológicas y cinco hospitales. En ellos prestan servicios 4 577 médicos, dieciocho veces más, y 5 635 integran el personal de enfermería, lo que supera en ciento doce veces los existentes en aquel entonces.

“En las zonas rurales apartadas, donde era quimera no ya la presencia de un médico, incluso la de un auxiliar de enfermería, hoy funcionan 24 servicios extendidos de urgencia que permiten salvar muchas vidas.

“La pasmosa cifra de más de 60 niños fallecidos por cada 1.000 nacidos vivos, pasó a ser 1,7 en el primer semestre de 2017, es una cifra verdaderamente extraordinaria y creo que en Cuba, en estos momentos es la más baja (aplausos). Y de 53 años de esperanza de vida en 1958, hoy alcanza los 79, indicadores también entre los más altos del país, solo presentes en naciones muy desarrolladas.”

Podríamos continuar mencionando datos para ilustrar los progresos de la provincia más occidental de Cuba, pero en aras de no hacer demasiado largo este comentario sólo agregaré dos más: el primero es que la provincia alcanza un índice de electrificación de viviendas de 99,56 por ciento. Solo faltan por acceder a ese servicio 694 viviendas aisladas en zonas apartadas, que se irán resolviendo con la instalación de paneles fotovoltaicos. El segundo es la existencia de pleno empleo, pues prácticamente no existe desempleo.

Con esta información detallada estamos en condiciones de afirmar que de ser la “Cenicienta” antes de la Revolución, Pinar del Río ha pasado a ser “princesa”.