Nueva arremetida de calumnias y mentiras contra Cuba

Por Elio Delgado Legón                                                                        

HAVANA TIMES – El gobierno de los Estados Unidos no se cansa de cometer errores y de chocar una y otra vez con la misma piedra. Desesperados por los reiterados fracasos de su política contra los gobiernos revolucionarios, acusan a Cuba de ser la responsable de esos descalabros en los intentos de cambio de régimen en Venezuela y Nicaragua.

Han llegado a afirmar que Cuba tiene 20 mil soldados en Venezuela, tratando así de justificar su fracaso.

Contra Cuba han repetido en varias ocasiones el mismo guion de tratar de convertir en líderes de la contrarrevolución a delincuentes comunes, presos por motivos que no tienen absolutamente nada que ver con la política y para eso les pagan a ellos y a sus familiares para que hagan declaraciones mentirosas, elaboradas por la embajada de Estados Unidos. No voy a referirme a los casos anteriores, de los cuales traté en otros comentarios en su momento.

El más reciente caso es el de José Daniel Ferrer, un individuo de pésimos antecedentes penales, acusado de golpear a su exesposa, aun estando embarazada, con seis meses de gestación, y más recientemente de secuestro a un ciudadano, valiéndose de la ayuda de otros dos delincuentes, golpearlo y torturarlo, toda una noche, al punto que tuvo que ser ingresado en un hospital. ¿Pensarán los políticos improvisados del imperio que con esos individuos pueden llegar a alguna parte? ¿Será que no hay personas decentes que estén dispuestas a servir de mercenarios al servicio de una potencia extranjera? Invito a mis lectores a meditar sobre ello.

La campaña de calumnias y mentiras montada en este caso ha sido descomunal y ha invadido los principales medios de la derecha alrededor del mundo para tratar de engañar a la opinión pública y sumar a su política a ciertos personajes que facilmente se dejan manipular como títeres. No es casual que apareciera en las pantallas de la televisión la horrible cara de Luis Almagro, secretario general de la OEA, declarando que el coordinador de la organización que ellos llaman UnPaCu, fue detenido por la policía, se desconoce su paradero y es un preso de conciencia.

Lograron que con esa sarta de mentiras el caso fuera discutido en el Parlamento Europeo y aprobaran una resolución contra esa supuesta “violación de los derechos humanos”, que les llegó montada en un colchón de mentiras. Triste papel el de Almagro y de los diputados de derecha del Parlamento Europeo, que sin saber nada del asunto, ni de Cuba, se prestaron a darle aire a un globo inflado por la secretaría de Estado del gobierno de Donald Trump para desacreditar a Cuba y tratar de justificar así su fracasada política de guerra económica.

A raíz de toda esa lluvia de mentiras en los medios, la Televisión cubana dio a conocer un video en el que se recogen diversos momentos de toda esa trama, que echan por tierra cada una de las mentiras echadas a rodar por el mundo. En una de las imágenes está la encargada de negocios de la embajada norteamericana instruyendo a la esposa del delincuente sobre lo que seguidamente debía declarar a la televisión y a continuación esta declara que José Daniel ha perdido, en los días que lleva preso, la mitad de la masa corporal, que está mal alimentado, sin atención médica, con problemas de visión y cuando lo visitaron casi no podía abrazarlos y que estaba muy golpeado.

En primer lugar, esa declaración de la esposa, llena de mentiras, desmiente a los que afirmaron que no se sabía su paradero. En segundo lugar, la visita familiar fue filmada y se le ve abrazando a su esposa y sus hijos, con toda su masa corporal, demasiada diría yo. También se incluye en el video una entrevista al médico que lo atiende en el penal, quien declara que José Daniel tiene buena salud y un peso que se corresponde con su talla.

La mentira de que estaba muy golpeado queda desmentida en el video, que lo muestra dándose cabezasos contra una mesa y gritando que el policía que lo estaba custodiando le estaba dando golpes en la cabeza contra la mesa. Lo que no sabía él era que las cámaras estaban grabando esas escenas de violencia contra sí mismo.

Lo único que gana el imperialismo con esa nueva campaña de mentiras es mayor repudio de los pueblos dignos del mundo.