La Revolución cubana cumple 61 años con júbilo

Por Elio Delgado Legón

HAVANA TIMES – Este primero de enero de 2020 la Revolución cubana cumple 61 años. No ha sido fácil la travesía. Durante todo este tiempo el proyecto cubano ha tenido que navegar por un mar encrespado de agresiones del imperialismo estadounidense, obsesionado con acabar con una revolución que podría ser tomada como ejemplo por el resto de los pueblos latinoamericanos.

Sobre los métodos utilizados para conseguir su objetivo se ha escrito bastante y es bien conocido, pero siempre es necesario recordarlos para que nadie lo olvide y para que lo sepan los que aún no han tenido esa oportunidad.

Desde los primeros momentos, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos no ha escatimado esfuerzos ni dinero para hacer abortar el proceso revolucionario cubano. Armó y financió a todos aquellos elementos contrarrevolucionarios que pudo reclutar entre los exmilitares de la dictadura de Batista, los colaboradores civiles del régimen depuesto -algunos de los cuales fueron afectados por las primeras leyes revolucionarias- y muchos que sin saber por qué se oponían a una revolución que, según la propaganda imperialista, se encaminaba hacia el comunismo.

Miles de alzados en armas recibían pertrechos y dinero del Gobierno estadounidense a través de la CIA. Cometieron todo tipo de atrocidades, como asesinatos de campesinos, maestros, jóvenes alfabetizadores, al tiempo que realizaban sabotajes a la economía del país.

Paralelamente, se entrenaba y armaba un contingente de mercenarios para desembarcarlos en las costas de Cuba, con el plan de tomar un pedazo de territorio y desembarcar un gobierno títere que pediría la intervención de las tropas estadounidenses, pero esos planes fracasaron al ser neutralizados los que lograron desembarcar por Playa Girón, en la bahía de Cochinos, en el sur de Cuba, pues resultaron vencidos en  menos de 72 horas por las milicias revolucionarias, el Ejército Rebelde y un batallón de la policía de La Habana. El fin de este intento de invasión es bien conocido.

Los alzados en las montañas y en los campos de todas las provincias fueron cayendo poco a poco y algunos lograron escapar hacia Estados Unidos, donde eran recibidos como héroes. Fracasadas esas acciones armadas, la guerra de la CIA contra Cuba apeló al terrorismo: recordemos el avión de Cubana que explotó en pleno vuelo, cerca de Barbados, con 73 personas a bordo; también las bombas colocadas en hoteles de La Habana, una de las cuales costó la vida a un turista italiano, entre otras acciones.

En la ingenua creencia de que eliminando a Fidel Castro se acababa la Revolución, se planificaron más de 600 atentados para acabar con la vida del líder cubano, pero todos fracasaron. Algunos habrían tenido resultados tan atroces como volar el paraninfo de la universidad de Panamá colmado de estudiantes, mientras se reunían con Fidel.

Mientras todo esto (y mucho más que no cabría en este comentario) ocurría, el Gobierno de Estados Unidos aplicaba un bloqueo económico, comercial y financiero, cuyo objetivo declarado es causar necesidades, hambre, enfermedades y desesperación al pueblo cubano para que derroque al Gobierno revolucionario y entonces ellos intervenir y poner uno que entregue de nuevo al país al capital estadounidense.

Pero este plan también ha fracasado y así lo reconoció el entonces presidente Barack Obama, cuando restableció las relaciones diplomáticas con Cuba.

El progreso de las relaciones quedó detenido al asumir el nuevo mandato Donald Trump, quien ha llevado el bloqueo a niveles nunca antes alcanzados. La persecución de las operaciones financieras y comerciales de Cuba es implacable. Este año 2019 ha llegado hasta a perseguir a los barcos que transportan petróleo a Cuba, en un intento de dejarnos sin combustible y paralizar el país. Son medidas desesperadas, ante los fracasos de todas las anteriores, pero la Revolución cubana celebrará su aniversario 61 con júbilo y fiestas en todos los rincones del país, pues tenemos orquestas y grupos musicales para abarcar todo el territorio y poner a bailar a todos los cubanos y demostrar así que, aunque este año nos tiraron a matar, estamos vivos.