Igualdad y solidaridad, principios del socialismo

Elio Delgado Legón

HAVANA TIMES – Mucho se ha hablado y escrito sobre la igualdad y la solidaridad en el socialismo y por lo tanto en la Revolución cubana. En el sistema económico-social capitalista prima la desigualdad, la discriminación y el egoísmo, términos que son la antítesis de la igualdad y la solidaridad. En el capitalismo se discrimina al pobre, al negro, al indígena; prima la ley del más fuerte y del que más tiene, que lejos de solidarizarse con los pobres, los explota, aprovechándose de su necesidad.

Este tema es muy amplio y tiene muchas aristas, pero trataré de sintetizarlo en el espacio de que dispongo para este comentario. La Revolución cubana, desde su comienzo hace 150 años, se opuso a la discriminación y la esclavitud dándoles a todos la condición de ciudadanos. Sin embargo, las ideas de esa Revolución no pudieron ponerse en práctica hasta 1959 cuando, al fin, llegó al poder con el respaldo de todo el pueblo, sin ningún tipo de discriminación.

Las leyes revolucionarias, escritas y no escritas barrieron con la odiosa discriminación racial que arrastramos durante 60 años de república neocolonial, dependiente política y económicamente de Estados Unidos. De allí también recibimos la enorme influencia que hizo de la nuestra una sociedad racista, donde hasta los parques se dividían en zonas para blancos y zonas para negros.

Desde luego que las leyes y disposiciones revolucionarias pueden modificar la situación desde el punto de vista objetivo, pero el subjetivo necesita mucho tiempo para modificarse y en ello influye la familia, por la experiencia vivida y la escuela, que tiene que hacer mucho énfasis en la igualdad y la solidaridad, sin mencionar esos términos, sino viéndolo como algo natural, para que los niños crezcan sin verse en la necesidad de hacer comparaciones.

Otras de las aristas de estos temas, que incluso han quedado recogidas en el artículo 42 de la nueva Constitución de la República, son las siguientes: “Todas las personas son iguales ante la ley, reciben la misma protección y trato de las autoridades y gozan de los mismos derechos, libertades y oportunidades, sin ninguna discriminación por razones de sexo, género, orientación sexual, identidad de género, edad, origen étnico, color de la piel, creencia religiosa, discapacidad, origen nacional o territorial, o cualquier otra condición o circunstancia personal que implique distinción lesiva a la dignidad humana.

“Todas tienen derecho a disfrutar de los mismos espacios públicos y establecimientos de servicios.

“Asimismo, reciben igual salario por igual trabajo sin discriminación alguna.

“La violación del principio de igualdad está proscrita y es sancionada por la ley”.

No creo que haya otras constituciones en el mundo que traten, como la nuestra, el tema de la igualdad.

La solidaridad es otro de los aspectos en los que la Revolución cubana ha dado muestras de firmeza y ha sido ejemplo para el mundo. Desde la solidaridad con los pueblos que han sufrido catástrofes, enviándoles médicos, medicinas y hasta sangre. Y no pongo ejemplos porque son muchos y bien conocidos, hasta la solidaridad con los pueblos en lucha por su liberación del colonialismo y de agresiones externas.

Por otra parte, la solidaridad como principio en el socialismo ha calado muy hondo en el pueblo cubano y se expresa cada vez que el país sufre los embates de algún fenómeno meteorológico en una o varias provincias, pues el resto del país acude prontamente a colaborar en el restablecimiento de las condiciones normales de vida del pueblo. Y cuando el daño ha implicado pérdida de propiedades como ropa, zapatos, etc. Todos han contribuido con artículos para hacer donaciones a los necesitados. Son principios arraigados en la conciencia del pueblo, que muy pocas veces podemos ver dentro de un sistema capitalista, lo que no niega que haya personas solidarias y revolucionarias en cualquier medio, pero de manera general, la igualdad y la solidaridad son principios de la sociedad socialista.

Elio Delgado Legon

Elio Delgado Legón: Soy un cubano que ha vivido ya 80 años, que conoce bien la etapa anterior a la Revolución porque la sufrió en carne propia y en la ajena y a quien le duele que se escriban tantas calumnias sobre un gobierno que lucha a brazo partido para darnos una vida mejor, y si no lo ha podido hacer a plenitud es por tantos obstáculos que se le han puesto en el camino.

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6 thoughts on “Igualdad y solidaridad, principios del socialismo

  • Me gusta mucho lo que usted escribe, es el único periodista que conozco que tiene la increíble facultad de siempre decir lo mismo , le aconsejo hacerse un estudio de colesterol y triglicéridos porque las placas de ateromas cada día le bloquean más su circulación cerebral

  • Jajaja, Igualdad y Solidaridad. En Cuba?. Vaya chiste para empezar el domingo

  • ¿Discriminación? Bueno, personalmente yo puedo garantizarle Don Elio que la observé dentro de la misma escuela primaria donde hice mis estudios. Corría el año 1968-1969.
    Le cuento Don Elio: Mi familia no abogaba al principio, mucho menos a mediados y ahora somos acérrimos oponentes de la dictadura comunista que impera en la Isla desde el 1959. En la escuela primaria, había condiscípulos que llevaban ya la “pañoleta bicolor” a su cuello y la Dirección de la Escuela realizaba actividades con esos niños solamente a quienes sus padres habían permitido convertirse en “Pioneros por el Comunismo…”
    Los demás alumnos no podíamos participar en esas actividades y teníamos que mirar desde afuera como si fuéramos apestados sin derechos.
    ¿No se trata de “discriminación” el hecho de separar alumnos de una misma clase en “Pioneros” y “demás” y ofrecerles a estos “pioneros” un trato diferente?
    ¿No se trata de manipulación y trabajo psicológico muy bien pensado pero con muy malos sentimientos, con el objetivo de doblegar la voluntad de unos niños con algo tan vulnerable como la autoestima?
    En la Secundaria Básica la manipulación no cejó, pero el acoso solía ser más feroz. Si caminabas delicadamente, hasta los profesores se burlaban de ti. Si eras católico, tenías que escuchar aquellas conferencias sobre ateísmo y marxismo y permitir que tus colegas te gritaran que “Dios no existe” y que se “cagaban en Dios y la Virgen” como ofensas con la aprobación de profesores y un Ministerio de Educación a quien no podías acudir porque era un tentáculo más en esa obra ignominiosa. Y si alguna familia o miembro de alguna familia había logrado escapar la Isla por Camarioca, era mucho mejor que NADIE supiera que eran “gusanos”.
    ¿Será que con la llegada de la re-involución, nos “hicimos solidarios”?
    En el Pre-Universitario fue la cima total de la inmoralidad socialista. “La Escuela al Campo” (fracaso rotundo hoy reconocido hasta por el oficialismo) sacó de cada uno de nosotros el “salvaje”, “el animal” “el egoísta” y lo puso de manifiesto en cada albergue, en cada aula, en cada fosa séptica. Robos, prostitución, violaciones, fraudes, enfermedades, abortos, riñas… todo eso pululaba en aquellas “escuelas”. Pero allí también llegaron los “gusanos” convertidos en “las maripositas” y nos sentimos engañados de tantos años de “bombardeo mediático socialista”. Allí, por unas medias blancas de rayas multicolores y un pulóver con una calcomanía vi prostituirse hembras… y varones también. Ya el uniforme azul dejó de tener aquel misticismo y queríamos “pacotilla” para poder ser diferente, egoísta, engreídos, lijosos…
    Luego llegó un capítulo oscuro, negro, tétrico de la nación cubana.
    ¡Llegó el Mariel! ¡Llegó la libertada para más de 125 mil cubanos!
    ¿Y de qué fuimos testigo? ¿Fuimos testigo de solidaridad y de los principios del socialismo?
    Lamentablemente, ese socialismo tan solidario, respetuoso, que no discrimina, que no impone la ley del más fuerte, que no ejerce su poder sin impunidad, es lo que no afloró en las masas azuzadas por burócratas que escondidos detrás de sus oficinas climatizadas, daban órdenes de ofender, golpear, colmar de improperios, deshonrar a todo el que no bajara la cabeza y obedeciera.
    Está demás decirle Sr Elio, que cuando llegó la bestia de Birán al poder absoluto, se acabó la compenetración y la camaradería y todos los que no nos unimos a la tiranía “fidelista” no solamente fuimos discriminados sino acosados, apresados, y obligados a convertirnos en parias dentro de nuestra tierra y acto seguido en desterrados.
    ¿Se ha terminado esa oscura parte de nuestra historia?
    Hoy por hoy, el 11 de marzo del 2019, ningún cubano confía de otro cubano. El miedo a ser delatado por nuestro propio vecino, hermano, colega, tío, amigo… es tan latente en nuestra piel que hemos decidido cubrirnos el rostro con un antifaz y participar en este “teatro de nuestras vidas”. ¡Qué tristeza!
    ¡Abra bien, desmesuradamente sus ojos, y eche una mirada a su alrededor!

  • Elio, yo quiero ser igual a Antonio Castro para pasear por el Mediterraneo en yate y tener los dolares para inscribirme en las competencias internacionales de golf.

  • Esto me recuerda el teatro y me vino a la mente con tu comentario, un comentario de alexis Valdez entrevistado por OtaOla, elogiando a Mijail Mukay por ser tan exacto en cada una de sus actuaciones, es siempre el mismo actor, cuando se repite la obra. Elio, no cabe duda, es un gran actor. no puede ser real, no puede un cerebro capaz de inspirar una redacción buena, al mismo tiempo hacerlo con un contenido tan de guión. eso aquí no se da espontáneamente. es puro teatro, actuación, un trabajo. no hay de otra.

  • Elio con el mayor respeto , usted ha persido el contacto con la realidad , esta en una nube ? O usted es la creacion del mismisimo hombre nuevo ? .
    Que pena me da el daño antropologico que ha sufrido .

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