El pueblo cubano refrendó su nueva Constitución

Elio Delgado Legón

HAVANA TIMES – “Yo quiero que la ley primera de nuestra República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre”. Partiendo de ese anhelo de nuestro José Martí, apóstol de la independencia cubana, fue redactada la nueva Constitución que el pueblo de Cuba, de forma masiva, acudió a refrendar este 24 de febrero, fecha histórica que marca la continuación de las luchas por la independencia, con la guerra necesaria organizada por Martí.

Con la alegría de un día de fiesta acudieron los electores a los colegios a dar el voto por su Carta Magna, que desde el preámbulo deja explícito que es obra de todos los cubanos, “inspirados en el heroísmo y patriotismo de los que lucharon por una Patria libre, independiente, soberana, democrática, de justicia social y solidaridad humana, forjada en el sacrificio de nuestros antecesores”.

“Guiados por lo más avanzado del pensamiento revolucionario, antimperialista y marxista cubano, latinoamericano y universal, en particular por el ideario y ejemplo de Martí y Fidel y las ideas de emancipación social de Marx, Engels y Lenin, apoyados en el internacionalismo proletario, en la amistad fraternal, la ayuda, la cooperación y la solidaridad de los pueblos del mundo, especialmente los de América Latina y el Caribe”.

La nueva Constitución refrendada por el  86,85 por ciento de los votos, es el fruto de la reflexión de todo el pueblo, que convertido en constituyente, vertió sus opiniones, con las que se modificó el 60 por ciento del texto original propuesto por la comisión de redacción y, finalmente, respaldada por una asistencia a las urnas del 84,41 por ciento de la lista de votantes. Solamente el nueve por ciento de las personas con derecho al voto optó por el NO, lo que incluye entre otras razones que hay grupos religiosos que prohíben a sus miembros tomar partido en cualquier tema de carácter político.

El resultado es una Constitución moderna, en la que quedaron plasmados todos los derechos y deberes de los ciudadanos y también de las distintas instancias del Estado.

Desde antes de efectuarse el referendo, los que todo lo critican, los que quisieran que el imperio metiera sus garras en nuestro país e hiciera trizas nuestra soberanía, ya estaban opinando que el Gobierno haría fraude y daría una cifra irreal, porque según ellos, una encuesta daba una cifra altísima de personas que votarían NO en el referendo.

Por supuesto que esa es una encuesta inventada para luego poder verter opiniones que denigren a la Revolución cubana y a sus dirigentes, acusándolos de mentirosos, cuando nunca han podido argumentar, con pruebas, que un dirigente revolucionario haya dicho una mentira, pues ese es un principio que ha mantenido siempre la Revolución desde la etapa de la lucha guerrillera: “No mentir jamás, ni violar principios éticos”.

En Cuba es imposible cometer fraude, pues además de que sería violar un principio ético, el escrutinio de todas las elecciones es un proceso transparente en el que participa el pueblo como testigo del resultado de las votaciones.

En este referendo constitucional, el pueblo no solamente aprobó con el SI una nueva Ley de leyes, junto con ella aprobó la continuidad de la Revolución Socialista y la irreversibilidad de ese sistema.

Aprobó, también, según refleja el artículo 5 de la Carta Magna, que “El Partido Comunista de Cuba, único, martiano, fidelista, marxista y leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, sustentado en su carácter democrático y la permanente vinculación con el pueblo, es la fuerza política dirigente superior de la sociedad y del Estado”.