El cambio climático: realidad científica

Elio Delgado Legón

Cambio climático. Fotos: nasa.gov

HAVANA TIMES — Si en algún tema debiera el mundo asumir un solo enfoque, el científico, y dejar a un lado las ideologías políticas y el pensamiento economicista del capitalismo, es en el tema del cambio climático.

Hace muchos años, los científicos comenzaron a alertar sobre el cambio climático que se avecinaba, como consecuencia de la acción del hombre, solamente preocupado por obtener dividendos, sin tomar medidas para reducir el daño que se causaba a la naturaleza, simplemente porque estas implicaban un gasto y disminuían las ganancias.

Numerosos países, entre ellos Cuba, han asumido este asunto con total seriedad y están tomando medidas para mitigar los efectos de ese fenómeno, que ya es inevitable y se está manifestando de diversas formas como aumento de la temperatura global, largos períodos de sequía en unos lugares e intensas lluvias con inundaciones en otros, así como grandes huracanes y tifones.

El incremento de la temperatura puede traer y está trayendo como consecuencia el deshielo de los casquetes polares y el aumento del nivel del mar, lo que puede dar lugar a que desaparezcan países insulares y que queden bajo las aguas del mar numerosas ciudades construidas en litorales bajos.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) hace años viene tratando de poner de acuerdo al concierto de naciones para que se tomen las medidas necesarias a fin de evitar que la elevación de la temperatura no sobrepase los dos grados centígrados y de ser posible, que no llegue a esa cifra para evitar mayores catástrofes.

Para no referirme a los protocolos anteriores, que tuvieron muy poca o ninguna incidencia en el enfrentamiento al cambio climático, me refiero al esfuerzo más reciente, que fue la reunión en la capital de Francia y que tuvo como resultado el llamado Acuerdo de París, que fue firmado por todos los países asistentes, incluyendo los más contaminadores, que son, por supuesto, los más desarrollados.

El Acuerdo de París no recoge lo máximo que se debía hacer para, al menos, detener el calentamiento global, pero indica pasos positivos en esa dirección. Los Estados Unidos de América, actualmente el segundo contaminador del mundo, tomó algunas medidas durante el gobierno de Barack  Obama; sin embargo, la administración de Donald Trump ha revertido todo lo que se había avanzado y anunció su retirada del Acuerdo de París, una actitud políticamente reprobable y científicamente condenable. Lo que está en juego es la supervivencia de la especie humana.

No lo digo yo, lo dicen los científicos, y para mostrarlo le daré la palabra al biólogo Reese Halter, quien ha expresado que tres factores principales causarán una extinción masiva en la tierra: los seres humanos, la avaricia de estos y el uso de combustibles fósiles, y declara: “Cada año se gastan 5,6 billones de dólares para subvencionar a los contaminadores mayores y más ricos, las compañías de combustibles fósiles”.

Halter ofrece algunos datos que debieran poner a pensar a los políticos del mundo: de 1970 a 2014 desapareció el 50% de toda la vida silvestre terrestre. “Ahora nos dicen que para 2020, en tres años, nos faltará el 66% de toda la vida silvestre de la Tierra. ¡En 2020! Tenemos un gran problema”.

Y exclamó Halter: “Estamos destruyendo toda la vida. Es una crisis de proporciones épicas. ¡Salvemos la naturaleza, salvémosla!”.

Finalmente, en lo referente a los recortes del presupuesto estadounidense en el ámbito ecológico, Halter mostraba su perplejidad: “El agua se utiliza para nuestra comida y bebida. ¿Por qué las empresas dedicadas al carbón están contaminando el agua, que es la sangre vital de la Tierra? ¿Y por qué debemos acabar con la Ley de Agua Limpia? ¡Qué diablos!”.

En estas palabras del biólogo se muestran su enojo y su impotencia ante las medidas del Gobierno de EE.UU. que ignora los llamamientos de los científicos y sus alertas de que está desapareciendo la vida en la tierra, y los seres humanos no estamos exentos de ello.

Podría parecer un chiste, pero es una triste realidad: el Servicio de Conservación de Recursos Naturales del Departamento de Agricultura de Estados Unidos ha prohibido a sus trabajadores usar el término cambio climático y que lo sustituyan por el concepto extremos del clima, como si con no mencionarlo se conjurara el grave peligro en que se encuentra la humanidad. Es la actitud del avestruz, que ante el peligro mete la cabeza en la arena.

Elio Delgado Legon

Elio Delgado Legón: Soy un cubano que ha vivido ya 80 años, que conoce bien la etapa anterior a la Revolución porque la sufrió en carne propia y en la ajena y a quien le duele que se escriban tantas calumnias sobre un gobierno que lucha a brazo partido para darnos una vida mejor, y si no lo ha podido hacer a plenitud es por tantos obstáculos que se le han puesto en el camino.

4 thoughts on “El cambio climático: realidad científica

  • Demasiado desinformado para ni siquiera debatir. Hablar de cientificidad citando 1 solo nombre a conveniencia es simplemente irrisorio.

  • cuba ha asumido el asunto del cambio climatico con total seriedad, este hombre con la cara llena de cemento es capaz de lanzar esta otra mentira, cuando en los 80 (mejores tiempos del experimento deshumanizado que ha sido esa cosa llamada «revolucion») cuba solo importaba lo peor del campo sociolista, con aquellos omnibus Ikarus que nos mandaban los «hermanitos» hungaros que llenaban de humo negro la ciudad y todo lo tiznaban, cuando el gobierno en su ineficiencia hizo que el cubano regresara a la cocina de keroseno que tantas muertes y contaminacion han causado en un pais, hay que ser un cinico total para intentar vender la sarta de mentiras que pone este hombre aqui como «novedades»

  • Y pronto, para combatir el cambio climatico Cuba construira seis campos de golf de lujo, aumentara la prospeccion petrolera en Motembo y minera en Pinar, acabara de limpiar el rio Luyano, el Almendares y dejara de lanzar al mar las aguas albañales, organizara la recojida de basura para que la gente no la tire a los rios y placeres, y prohibirá orinar en los rincones publicos

  • la cantidad de empresas industriales a orillas del Almendares que lo convirtieron en una cloaca tal que era imposible ir al parque a pasarla bien, el hedor hacia la estancia insostenible, que descaro de articulejo.

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