Otro asunto divertido, pero en serio

Sombras. Foto: Juan Suárez

HAVANA TIMES – Ayer un adolescente con quien tengo gran afinidad, vino a preguntarme, cómo declarársele a una chica. Declararse, al menos en Cuba, es el método civilizado para informarle a una persona, que es objeto de nuestra atención erótica. Es un protocolo, una metodología, un formalismo civil no escritural. Pero forma parte de la etiqueta ciudadana más elemental.

Muchos chicos y adultos jóvenes consideran apropiado el uso de esta normativa o proceder civilizado. Así y todo, a algunos, semejante formalismo nos parece una barrera que, si no es totalmente infranqueable, por lo menos resulta suficiente molestia.

Que las relaciones amorosas se inicien mediante este recurso conversacional es casi una norma. Declararse: espronunciar un discursito medianamente solemne, para comunicar que uno quiere intimar a más altura o mayor profundidad.

No digo que esté bien ni mal. Pero sí, veo en eso una ingenuidad supina rayana en el tapujo de pasar por civilizados. Quedar como decentes. Aparentar saber hacer las cosas o tener, traer o venir, con buenas intenciones, con lo cual uno pone más énfasis en otra cosa que en lo que realmente se está ocupando. Quedando el asunto en que hago una cosa para tener otra y con eso se le da un toque al asunto amoroso que tiene gusto a cosa utilitaria a negociación, en fin.

Que no me gusta. Sigo diciendo que me parece una pose provinciana y un formalismo torpe. Donde se enredan las mejores intenciones en el miedo a la ridiculez o en la ridiculez misma.

Antes que ocurra tan ansiado, temido y casi necesario reconocimiento, ambos términos de la ecuación conocen el resultado. Si acaso alguno lo ignora, es quien se declara. Pero si tiene dudas ¡Ya en tal momento! mejor no declarar nada. Significa haber ido de prisa. No saber leer insinuaciones mudas, lenguaje corporal, expresiones faciales. No tiene la menor comprensión de la psicología funcional práctica de las personas o es tonto de capirote.

El varón lleva la iniciativa por instinto. Aunque, en la sociedad actual, desde hace tiempo, las mujeres tienen más participación. Ya no temen ser consideradas ligeras, demasiado atrevidas. Sin embargo, los hombres siguen atados a eso de La declaración.

Creo no hay nada que declarar. Al menos con palabras. Mucho menos en el rigor de un informe o alegato.

Siempre me molestó explicar lo que la otra persona sabe. Me daba pinta de protagonizar al tonto.

Próximo a los treinta años de edad, un amigo mayor me dijo ¡Algo que yo intuía! Pero de lo que no era consciente y que fue como una epifanía: Las personas tienen que hacerse amigas. ¡Primero que cualquier otra cosa! ¡Ser amigos! Tenerse confianza, conversar, reírse.

Es decir: Consumir tiempo juntos. Pasarlo bien. Tener puntos de contacto al coincidir criterios y otros en los que no; sin que por eso tenga que suceder algo. Pero no hay que preguntarle a la chica, si le parece bien tener una relación amorosa con uno. Tampoco tener que esperar a que se lo piense, ni mucho ni poco, para decidirse.

Mucho menos todavía preguntarle, en caso de aceptación, si ya puede uno besarla ¡Pero qué cosa! Inténtelo y ya y, si no quiere, que se aparte ¡Qué no pasa más nada! ¡Tampoco demasiado pronto! Ya dije: primero, hacerse amigos… Esos protocolos son para gente hipócrita que quiere poner primero un cartelito de decencia por el qué dirán o qué pensarán ¡Está claro! Si hay amistad, no se pensará ni se dirá ¡Nada! Igual no hay nada malo en seguir haciéndolo.

Tal conocimiento, para mí, fue una maravilla. Nunca fui de hablar mucho, nunca tuve el don de la palabra hablada… (tampoco el de la escrita, ahora, porque me esfuerzo, no por tener el don).

El caso: me evité el asunto de comenzar un ligue con la amenaza de tener que declararme. A ellas no hay que informales sobre eso. Lo saben por instinto. Más beneficioso sería no demostrarles gran interés. Quizás cierto toque de no estar uno para eso, les llamará la atención. Están tan cansadas de ser foco de la atención masculina, que llega a molestarles. Cuando encuentran a uno diferente, no lo conciben. Entonces bajan la guardia. Es como si pensaran: Pero, pero ¿Qué le pasa a este tío? ¿Está ciego o qué? Les pica el amor propio y entonces son ellas las que quieren que uno se interese sí o sí.

Y hasta aquí las clases donjuanescas. Que hay muchos tíos haciéndose ricos vendiendo, por ahí, consejos como este.

Lea más del diario de Eduardo N. Cordoví aquí en Havana Times.

Eduardo N. Cordovi

Nací y vivo en Lawton, La Habana, el 29 de octubre de 1950. Ceramista, pintor y tallas en madera. He publicado en diarios y revistas del país y en la revista peruana de circulación continental Menú Journal. La Editorial Oriente publicó en 1989 mi libro, Bebidas notables, publicado también por loslibrosdigitales.com junto con mi novela Conspiración en La Habana.

2 thoughts on “Otro asunto divertido, pero en serio

  • Divertido tu diario, y coincido en varios puntos de los que planteas, pero si creo que hay que conversar para saber si hay afinidades en común, para que haya una antesala de seducción. Salir juntos e ir a lugares, una cena, un picnic, y entonces surja el beso y lo demás. Muchos hombres han olvidado el romance y eso es fatal, pues ir directamente a la atracción no es nada bueno. Al menos a mi me lo parece. Sexo enseguida no me parece bien. Hay una falta de delicadeza en apurar la cosa.

  • Coincido con usted señor Casanova jajaja, en casi todo. Pero no en eso de hacerse amigos para después intentar ligar. Desde mi punto de vista es un error en la mayoría de los casos, porque vas a crear cierto confort para ella pero anularás la atracción si es que antes la tenía. Yo, en lo personal sí me interesa una mujer le hago saber mi interés para lo que sea, y si el interés es solo sexual soy directo. No me gusta jugar juegos ni perder el tiempo. De hecho ¿ por qué en el caso de que solo me quiera encamar con una mujer voy a perder mi tiempo en citas y cortejos que no reflejan lo que deseo? Además, muchas te van a aceptar cortejos y avances porque les gusta la atención o recibir favores y puedes ser manipulado. Creo que la mejor estrategia es ser claro en las intenciones y no insistir mucho, las mujeres pueden decir lo que quieran pero cuando le gusta a un hombre no lo hacen esforzarse. Y también hay dos maneras en las que una mujer mira a un hombre que le interesa: como proveedor o como amante, Si es como lo primero te van a poner ciertas reglas, si es lo segundo todo sucede rápido y no difícil porque la naturaleza del deseo genuino es demandante. Sé que estoy generalizando, pero en la mayoría de casos es así. Excelentes sus escritos, disfruto muchó leerlos. este tema tieen mucha tela por donde cortar.

Comentarios cerrados.