Negros esclavos de negros

Dmitri Prieto

Hace unos días, estuve en un panel científico sobre la historia del Caribe. Los panelistas hablaron sobre cómo cada uno de los países del Caribe ha gestado su propio modo de vida social, a pesar de que la característica común de casi todos ellos fue la esclavitud de plantación.

Un sistema capitalista internacional que utilizaba esclavos. Esclavos africanos. Es decir, negros. De ahí, la necesidad que tuvieron los esclavistas-capitalistas de promover el racismo como una vía para legitimar tal sistema ante los ojos de su “fuerza de trabajo” y también en sus propias mentes.

Un sistema que sin embargo fue lo bastante diverso en sus rasgos culturales locales como para que hoy Cuba no sea igual que Haití o Dominicana, o Jamaica. Hay diferencias importantes en composiciones étnicas, en los grados de integración de las culturas, en el mestizaje e involucramiento político de las personas racialmente diversas.

Me llamó la atención cómo, con un ánimo de cuestionar ciertos estereotipos ya bien arraigados a través de la prensa, la televisión y la historia simplista, uno de los miembros del panel llamaba la atención sobre la ausencia en nuestras telenovelas cubanas acerca del pasado colonial del país, de esclavistas negros. Y añadió: esclavistas negros que trataban a sus esclavos negros peor que los esclavistas blancos.

Yo conozco desde hace mucho tiempo el hecho de que existían en el Caribe esclavistas negros y mulatos. De hecho, algunos de estos propietarios de africanos cautivos jugaron un rol importante en los destinos de la primera revolución social de Las Américas: la de Haití.

Del mismo modo, la represión del año 1844 en Cuba fue instigada por las autoridades coloniales españolas fundamentalmente en contra del rápido ascenso social de negros y mulatos libertos, que habían logrado ocupar importantes posiciones en la vida cultural y social de la Isla. Fueron medidas de la élite colonial blanca contra la emergente competencia “de color.”

Y es que el estatus social y económico del Caribe plantacionista estaba dado por la tenencia de esclavos. Por eso, los afrodescendientes libertos se sentían necesitados de insertarse en ese sistema, y el medio de inserción era primero “hacer dinero,” y después comprar esclavos. Esclavos de su mismo color. De hecho, existían hasta esclavos de esclavos.

Estos hechos han sido señalados por notables historiadores caribeños no sospechosos de racismo de ningún tipo, quienes entre otros elementos insistían en que la esclavitud plantacional era un modo de vida total, o sea, que lo absorbía todo.

Y ello ayuda a destacar el heroísmo de todos –negros, mulatos y blancos, mujeres y hombres- los que tuvieron el valor de enfrentarse a tal sistema total, y quienes finalmente lo derribaron (aún cuando muchos especialistas dicen que éste seguía siendo económicamente rentable aún en sus últimos años).

Entonces, no hay nada racista en señalar que existían negros esclavistas. Al contrario, es un punto que afirma lo antihumano de la esclavitud y lo dramático de la necesidad de su abolición en el siglo XIX.

Pero… ¿por qué insistir entonces en que esos negros esclavistas eran peores que los blancos? ¿Dónde está la evidencia histórica? ¿Existe tal evidencia?

Nos pareció a algunos participantes en el panel que el ponente estaba sencillamente montando un estereotipo sobre otro estereotipo. Un estereotipo que no dejaba de tener tufo racista. Es que por algo todos los estereotipos son dominadores y discriminadores per se. Sólo el cuestionamiento libera.

¿Tiene acaso sentido para la lucha contra los estereotipos excluyentes inventar otros nuevos? ¿Tiene sentido construir nuevos preconceptos y prejuicios sin aportar evidencias? Y después de todo, ¿son éstos realmente nuevos?

Creo que definitivamente es imprescindible en la Cuba actual rescatar la historia de los excluidos.