La nueva moda cubana de “ofrecer disculpas”

Dmitri Prieto

Disculpas.  Estamos tramitando los documentos.
Disculpas. Estamos tramitando los documentos.

HAVANA TIMES — Recibí en mi móvil el siguiente sms: “Etecsa informa: En la madrugada del 3 de sept. se ejecutara trabajo en la red celular. Le ofrecemos disculpas si usted percibe alguna dificultad en el servicio.”

La frase “ofrecemos disculpas” se va haciendo habitual. Cada vez se repite más en la televisión cuando algún programa de repente desaparece de la emisión, o la imagen se paraliza, o el sonido sale distorsionado. Con buena suerte, porque a veces tales cosas suceden sin que ningún sujeto de la tv vocalice las disculpas…

Pero es que ¡las disculpas no se ofrecen! Se piden. Pedir disculpa es un acto de humildad ante la conciencia de la responsabilidad por lo mal hecho.

Y le corresponde a quien se perjudicó por la mala acción ofrecer a su contraparte su aceptación de la disculpa.

Porque ofrecer y pedir son verbos antónimos.

Y la disculpa, antropológicamente hablando, no deja de ser una transacción.

En eso de “ofrecer disculpas” se siente la oscura permanencia en la posición de ostentar el poder total, poder incólume frente al acto mismo de disculparse, cuya falsa humildad deja intacta la relación social desigual del sistema y mantiene a quien es culpable en la posición de permanecer potencialmente generando perjuicios aquí y allá.

Sobre todo perjuicios a quienes no cuentan con la fuerza para lograr de inmediato un cambio en las cosas: gentes que ni siquiera son reconocidos como destinatarios de una petición de perdón.

Convalidación de la continuidad en la desatención a la dignidad humana más básica, que virtualmente convierte a quien “ofrece disculpas” en mera pieza de una gran maquinaria impersonal y desalmada.

Triste síntoma del status quo, que seguramente reproducirán los niños y adolescentes, desacostumbrados ya a hacer tales peticiones lo mismo en casa que en la calle.

Sin esa transacción elemental que es la disculpa, perdemos uno de los poderes esenciales que nos corresponden, dejando a la sociedad cubana actual convertida en esa parodia de “contrato de adhesión” donde las palabras pierden el poder de la claridad y se convierten en instrumentos de lo oscuro.

Detalle desempoderante y melancólico de la vida de hoy.

Dimitri Prieto-Samsonov

Dmitri Prieto-Samsonov: Me defino por mi origen indistintamente como cubano-ruso o ruso-cubano. Nací en Moscú, en 1972, de madre rusa y padre cubano; viví en la URSS hasta los 13 años, aunque ya conocía Cuba, pues veníamos casi todos los años de vacaciones. Habito en un quinto piso de un edificio multifamiliar, en Santa Cruz del Norte, cerca del mar. Estudié Bioquímica, Derecho (ambas en La Habana) y Antropología (en Londres). He escrito sobre biología molecular, filosofía y anarquismo, aunque me gusta más leer que escribir. Imparto clases en la Universidad Agraria de La Habana. Creo en Dios y en la posibilidad de una sociedad donde seamos libres. Junto con otra gente, en eso estamos: deshaciendo muros y rutinas.

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5 thoughts on “La nueva moda cubana de “ofrecer disculpas”

  • La frase antropologicamente correcta seria:
    “Etecsa informa: En la madrugada del 3 de sept. se ejecutara trabajo en la red celular. JODESE si usted percibe alguna dificultad en el servicio.”

    Oh dios mio, que manera de amasar la bobería

  • Tiene razón Dimitri. ?Y porque ETECSA, la TV, el periódico, los burocratas y los que se equivocan ofrecen, en vez de pedir disculpa? Porque detrás lo que hay es una tremenda falta de respeto al pueblo, un descnocimiento de sus derechos por la burrocracia, sí con doble rr, una violación sistemática de los derechos humanos y civilizados de todos los cubanos por esos que se han creido duenos del país, de la revolución, de la economía, de las playas, y las cloacas también. Nada que esta tortilla la viramos al revés y ponemos el pueblo al mando, o nos seguirán aplastando como cucarachas.

  • Es decir, ahora se piden disculpas. Antes supongo que le echarían las culpas al bloqueo.

    Se va mejorando.

  • …las disculpas se piden primero para que te las ofrezcan (den) despues…lo que pasa es que no lo pueden PEDIR al pueblo nada mas que sacrificio, esfuerzos finales, paciencia etc…o sea PEDIR es un verbo con un sentido variable segun de donde venga, si es de abajo hacia arriba, entonces es MALO (sindrome del pichon, no es reclamo legitimo, es subversion o simplemente el citado sindrome), si es de arriba hacia abajo pues se legitima al momento como el derecho del acreedor dispensador de favores y ofrendas…y ya que estamos en la ofrenda, pues OFRECER de arriba hacia abajo (Favor, subsidio) como en el ejemplo, es dadiva, conquista social (como en algun articulo de estos dias de isbel sobre los joven club), sujeto al agradecimento que involucra el sentido de OFRECER (sacrificio, casi sin remuneracion, incondicionalidad, conciencia revolucionaria etc…) de abajo hacia arriba mi trabajo, mi sudor, mis energias….

  • Tiene razón Dmitri en su razonamiento, en tanto el pedir (y no ofrecer como él señala) disculpas es sólo (y no por eso menos importante) un acto de cortesía y de civilización, PERO…
    Con mucha frecuencia el ciudadano es altamente perjudicado y hasta dañado por el mal proceder (intencional o no, premeditado o casual) de funcionarios, empresas y organismos todopoderoso porque al ser parte ellos mismos de la ley, no hay recurso que se pueda interponer contra ellos y si se interpone por el perjudicado ante la Fiscalía, ésta siempre cuestionará a la víctima y nunca al victimario y en última instancia, de proceder el recurso, sentenciado por un Tribunal al que le sucede lo mismo que a la Fiscalía, no habrá indemnización por daños y perjuicios como ocurre en todos los países civilizados del mundo y en el mejor de los casos “obligarán” al causante funcionario, empresa u organismo sólo al consabido ofrecimiento de disculpas que ni siquiera en acto de humildad, las pedirían, de modo que el ciudadano cubano está totalmente indefenso frente al omnipoderoso estado del cual funcionarios, empresas y organismos forman parte igual que la Fiscalía y los Tribunales, que por ley en Cuba, son juez y parte en todo conflcto contra el ciudadano. Por eso, precisamente nuestro estado no es un Estado de Derecho y el ciudadano cubano es un ciudadano de segunda, creyendo el estado parasitario que es el protector, tutor y sostenedor económicamente de toda la población (pero quién subsidia a quién).
    Ah! si se trata de un turista a quien la compañía hotelera, gastronomica, o aeroportuaria perjudica, entonces además de pedirles disculpas al extranjero, también los indemnizan por daños y perjuicios infligidos, según establecen los contratos con ellos contraidos y que pueden ser demandados hasta en el Tribunal Internacional de La Haya y eso perjudicaría sumamente a la industria sin humo del pais.
    Ni siquiera nuestra Constitución refrenda el derecho del ciudadano a ser indemnizado por daños y perjuicios por el propio estado o sus representantes!!

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