El general cubano Quintín Bandera: ¿vuelve el silencio?

Dmitri Prieto

Gen. Quintin Bandera
Gen. Quintin Bandera

HAVANA TIMES —¿Puede volver el silencio sobre hechos que ya han sido desvelados? ¿Qué fuerzas hacen que ese poder difuso y reptil que amarra libertades conquistadas logre rehacer olvidos, truncarle los caminos a las palabras?

Quintín Bandera es un negro cubano que nació el 30 de octubre de 1834. Hace ya 180 años.

Fue un hombre que participó en la lucha anticolonial cubana nada menos que desde 1851. Cuando comenzó la insurrección sistemática contra las autoridades españolas el 10 de octubre de 1868, se sumó a la batalla, y peleó las 3 contiendas revolucionarias: la Guerra Grande (1868-1878), la Guerra Chiquita (1879-1880) y la Guerra Necesaria (1895-1898).

Negro humilde y despojado de lo que fue la ilustración “a la europea”, su inteligencia, coraje y liderazgo lo llevaron al generalato mambí, y fue Jefe de la Infantería en el Ejército Libertador.

En la manigua, sus huestes iban muchas veces descalzas y hambrientas, pero su pericia en el combate fue crítica en el éxito de la campaña de invasión de Oriente a Occidente, que dio al traste con el dominio español en el Archipiélago cubano.

Quintín era un eterno inconforme, y la cuestión social fue parte de sus preocupaciones: trabó amistad con obreros socialistas y anarquistas, hizo suyas sus demandas y exigencias, y es que siempre fueron suyas: no se dejó llevar por la re-conversión de gran parte de la élite mambisa a la idea de un arreglo con “las dominaciones de este mundo”.

En su vocación social dentro de la Revolución, Quintín representa el complemento –desde el plano más “popular” de las vivencias- de lo que José Martí quiso, y no pudo lograr que durara, a partir de esa brillante creación colectiva que fue el Partido Revolucionario Cubano.

Franco, humilde, y consciente de lo que hoy llamamos “solidaridad de clase”, después de la primera ocupación norteamericana de Cuba (1898-1902), Quintín sufrió la relegación a un estatus de “segunda categoría” entre los combatientes mambises que pasaban a la vida civil.

Mientras la “república de generales y doctores”, como era apodado el régimen neocolonial post-insurreccional en la época, daba prebendas y cargos políticos a las élites generalicias blancas y aburguesadas, ese General negro de la Infantería libertadora vivió la pobreza en lucha constante contra el racismo y la exclusión social gestados por la ya apoderada burocracia leguleya. Reclamó meras pensiones que en ley le tocaban, porque no había espacio para él dentro de las estructuras del nuevo Estado, le escribió al Presidente don Tomás, pero… su destino siguió siendo la pobreza.

En sus cartas a combatientes que –como él- compartían la frustración de la independencia a medias, Quintín está entre los primeros quienes en Cuba utilizaron el vocativo de “compañero”…

El 22 de agosto de 1906 –en medio de una de las primeras sublevaciones o “guerritas” de la época republicana-, ese bravo soldado fue traicioneramente asesinado a machetazos por la Guardia Rural; los esbirros cumplían –se dice- órdenes directas del presidente Estrada Palma…

La figura del General Quintín es parte de aquel lado de la realidad cubana que –rescatado de los olvidos intencionales o “inocentes”- cae hoy bajo nuestras miradas para interpelarnos vigorosamente: ¿cuán racista y burguesa es la “Historia” que Cuba aprende como propia desde las primeras décadas del XX?

¿Cuán siniestra es esa civilización que –siendo nuestro ya tan rutinario entorno- hace todo por traspapelar su anclaje en la barbarie original?

El pasado 30 de octubre, la periodista santiaguera Bárbara de As Trobajo reportaba en el Noticiero televisivo del mediodía sobre el 180 aniversario del nacimiento del héroe.

Después de enumerar sus méritos guerreros, la reportera, al entrar en el último segmento biográfico de
Quintín Bandera durante la recién estrenada República, cerró en discurso con la frase: “la vida le jugó una mala pasada”…

¿Dejaremos que nos reconstruyan el silencio?

Dimitri Prieto-Samsonov

Dmitri Prieto-Samsonov: Me defino por mi origen indistintamente como cubano-ruso o ruso-cubano. Nací en Moscú, en 1972, de madre rusa y padre cubano; viví en la URSS hasta los 13 años, aunque ya conocía Cuba, pues veníamos casi todos los años de vacaciones. Habito en un quinto piso de un edificio multifamiliar, en Santa Cruz del Norte, cerca del mar. Estudié Bioquímica, Derecho (ambas en La Habana) y Antropología (en Londres). He escrito sobre biología molecular, filosofía y anarquismo, aunque me gusta más leer que escribir. Imparto clases en la Universidad Agraria de La Habana. Creo en Dios y en la posibilidad de una sociedad donde seamos libres. Junto con otra gente, en eso estamos: deshaciendo muros y rutinas.

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5 thoughts on “El general cubano Quintín Bandera: ¿vuelve el silencio?

  • Dimitri,cuando dejaras de ser poeta y te dedicaras a hablar de historia? El inmovilismo y la historia estan renidos,no pegan,hacen caer en disparates historicos.Se supone que en el lapsus transcurrido entre la guerrita de quintin y el ano 2014,los negros en cuba hayan superado muchos obstaculos y ascendido a la condicion de ciudadanos plenos con sus derechos y libertades,por supuesto!!Acuerdese que para los espanoles,los nativos americanos eran casi animales,no conocian esa raza y ellos tambien eran un poco atrasados,no crees?En fin,el ano 1930 para analizar la actualidad cubana,no sirve.La naturaleza humana creo ha cambiado poco,pero los instrumentos para que se pueda vivir en sociedad,si ha cambiado mucho y no se trata de cambiar al hombre(cosa de dioses) se trata de crear normas obligatorias para tener y preservar derechos….

  • Por regla genral la historia a nivel mundial está llena de olvidos “involuntarios” o intencionales, Cuba no es la excepción. En nuestra Patria, lamentablemente, se ha exaltado hasta lo infinito la trayectoria de unos, a otros se les ha obviado; unos héroes son sublimizados hasta tal punto de no parecer humanos, eso nos aleja de la total comprensión de sus vidas y de la grandeza que los llevó a superar errores que, como cualquier ser humano, pudieron cometer. El general Quintín Bandera sigue esperando que, algún día, se le haga justicia histórica.

  • Retomando otro post suyo podríamos decir que también a Camilo Cienfuegos “la vida le jugó una mala pasada” e incuso al Che “la vida le jugó una mala pasada”.

    Concuerdo con usted en que es un modo muy cínico de evadir la verdad de los hechos.

    Aunque en el caso del Che, asesino orgulloso de serlo, pienso que haya sido el karma: “el que a hierro mata a hierro muere”.

  • Leyendo tu artículo, (no se porqué y sin que tenga nada que ver con la nota) me vino a la mente Martha Abreu, la filántropa y patriota villaclareña, que tanto contribuyó al desarrollo de su provincia, pero que….era cercana (y bastante!) al presidente Estrada Palma. No me extraña que Quintín, haya sido asesinado gracias a órdenes de personas influyentes y poderosas…, a veces a ciertas figuras históricas conviene borrarlas del mapa, y presiento que tal fue el triste caso de Quintín.

  • Historias como la Quintin hoy en cuba hay cientos, para no decir miles aun vivientes…. Cuantos bajados de la sierra, ex oficiales de las far y minint de botero, paqueadores y hasta limosneros… Palavino de veras este articulo tuyo esta interesanta pero mas interesante y valiente fuera si lo traspolaras al 2014

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