Cuba y la molécula que camina

Dmitri Prieto

Molecules. Graphic: wikipedia.org

Unos químicos nanotecnólogos lograron una molécula que camina, leí hace poco en un reporte noticioso de la BBC.

La molécula camina por una lámina metálica, impulsada por electricidad: se le suministra corriente eléctrica por un alambre metálico ultra-fino cuyo espesor en su punta es de sólo un átomo.

Es el primer motor eléctrico de tamaño molecular elaborado por la inteligencia humana.

En la naturaleza, hay un montón de motores de este tipo: desde los flagelos que ponen en movimiento a los microorganismos, hasta nuestros propios músculos.

También el sistema nervioso posee varias moléculas motrices, que operan dentro de sus distintos componentes celulares.

Me asaltó, entonces, una escalofriante idea: mover grandes masas, inclusive las humanas, es sinónimo de mover sus moléculas. Casi todo lo que tenemos en el planeta está hecho de moléculas y átomos.

Si una sociedad no se mueve, podemos resolver el problema conectando alambres metálicos ultra-finos cuyo espesor en sus puntas es de sólo un átomo directamente a los cerebros de las personas.

Imagino que alambres tan finos no interfieran demasiado con las funciones normales de los cerebros y de los tejidos que lo rodean.

Los alambres, entonces, mandarían impulsos eléctricos directamente a nivel molecular, poniendo en movimiento los componentes celulares, los individuos y a la sociedad toda.

Un grupo de intelectuales competentes establecerían la secuencia de los impulsos, asesorados por potentes computadoras y calificados nanotecnólogos.

Así, a nivel molecular, podríamos resolver finalmente el problema del “cambio de mentalidad.”

El país cambiaría, las personas se pondrían a trabajar, desaparecerían la corrupción, la ignorancia y el autoritarismo, incluso en sus modalidades políticas más puercas.

En vez del reggaetón, oiríamos a Stravinski.

Aunque probablemente el bloqueo yanqui nos impida adquirir la tecnología imprescindible para que cada una de nuestras moléculas pueda dar su primer paso.

Dimitri Prieto-Samsonov

Dmitri Prieto-Samsonov: Me defino por mi origen indistintamente como cubano-ruso o ruso-cubano. Nací en Moscú, en 1972, de madre rusa y padre cubano; viví en la URSS hasta los 13 años, aunque ya conocía Cuba, pues veníamos casi todos los años de vacaciones. Habito en un quinto piso de un edificio multifamiliar, en Santa Cruz del Norte, cerca del mar. Estudié Bioquímica, Derecho (ambas en La Habana) y Antropología (en Londres). He escrito sobre biología molecular, filosofía y anarquismo, aunque me gusta más leer que escribir. Imparto clases en la Universidad Agraria de La Habana. Creo en Dios y en la posibilidad de una sociedad donde seamos libres. Junto con otra gente, en eso estamos: deshaciendo muros y rutinas.

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3 thoughts on “Cuba y la molécula que camina

  • Haciendo asi la humanidad terminaria y fueramos todos iguales como robot, hicieramos las mismas cosas y nos comportariamos igualmente, un aburrimiento mortal, preferisco las diferencias, son mas humanas

  • Muy buena ironía. Será que el cable de Venezuela era para eso?

  • jejejej buen articulo.. gracias por la referencia al articulo original del cual comentas en el tuyo..

Comentarios cerrados.