Cuba: ¿ritos de pasaje?

Dmitri Prieto

Yasmin S. Portales, Mario Castillo y Orlando Luis Pardo.

HAVANA TIMES, 8 marzo — Los ritos de paso o de pasaje son, según los antropólogos, aquellos momentos especiales en la vida de los seres humanos cuando –según la cultura de cada cual- cambia el estatuto social (religioso, jurídico, institucional…) del hombre o de la mujer. Circuncisión, bautismo, graduación, matrimonio y hasta la muerte misma son algunos ejemplos.

En un reciente coloquio de la Red Observatorio Crítico dedicado al reggaetón, el controvertido bloguero, escritor y fotógrafo Orlando Luis Pardo nos hizo notar que mucha de la estética (para mí, consumista, burguesa y sexista) del reggaetón en sus video-clips y portadas de los discos (donde aparecen mujeres en mínimos vestuarios haciendo posturas provocadoras) se parece a la de las fotos de los 15.

Los quince (en otros países hispanoamericanos llamados quinceañeras) son celebrados en la Cuba de hoy con grandes despliegues estéticos, gran parte de los cuales se registran en fotos, estando las muchachas justamente en mínimos vestuarios y haciendo posturas provocadoras.

Como en otras tierras latinoamericanas, el cumpleaños número 15 ha sido considerado para las chicas como paso a la adultez, pero históricamente en los registros gráficos de esas fiestas se mostraba menos de los cuerpos comparando con lo que se hace a partir de los ´90.

¿Son los 15 de hoy en Cuba todavía un rito de pasaje? Muchos antropólogos dirían que sin dudas lo son.

Pero yo lo dudo.

Antes, la muchacha quinceañera se consideraba ya bastante grande para comenzar a usar cosméticos y “aparecer en sociedad,” como se decía en la “época capitalista.” Podía entonces tener novio y prepararse para el matrimonio.

En la “época socialista” cubana, los 15 misteriosamente sobrevivieron, a pesar de su evidente vínculo con el “modo de vida burgués.” Recuerdo que a algunas chicas de mi generación se les obsequió por la fecha una “vuelta a Cuba,” paquete turístico que permitía conocer la Isla. Y existían los famosos álbumes de recuerdo, por supuesto dotados de fotos.

Hoy ya no existen las vueltas a Cuba, pero los álbumes siguen ahí. Claro, con otra estética.

Y lo más importante: el uso de cosméticos, la posibilidad de tener novio y hasta “aparecer en sociedad” (cuando la hay: discotecas de reggaetón, por ejemplo) en muchos casos ya están antes de los 15.

Entonces, ¿pasaje de dónde y hacia dónde? Simplemente, no hay pasaje, no hay rito de paso, pues no cambia el estatus de la muchacha. Sólo se muestra públicamente el estatus (económico, social) de su familia. Con los correspondientes gastos en dinero y compromisos.

Los Varones

Para los varones, sin embargo, parece ser que el servicio militar aún se mantiene como un cierto rito de paso. Aunque antes, cuando era más duro, seguramente tenía más visos de serlo.

Recuerdo que cuando yo estaba en el pre muchas chicas creían que sólo quienes pasaban el servicio (del que en esa época se eximían los estudiantes universitarios – hoy no es así) se convierten en “verdaderos hombres.”

Esa mitología ritual todavía domina los medios masivos.

Théophile Obenga, uno de los más notables filósofos y antropólogos africanos, denominó a la mismísima globalización un rito de pasaje para el planeta entero (y para Occidente en primera instancia).

Pasaje global a un estatuto de mayor equidad y justicia planetaria.

En Cuba, tanto la izquierda como la derecha y los intelectuales orgánicos de la burocracia, afirman que estamos en una época de post-revolución (considerando como revolución el periodo posterior al triunfo insurreccional de 1959).

Asumir la misma época presente como momento de pre-revolución significaría que aún queda mucho que hacer, que la revolución no es pasado sino que se nos viene arriba, quizás como el apocalíptico ladrón en la noche (¿recuerdan la descripción de la iniciación masónica en “La Guerra y la Paz” de Tolstoi?).

Los cubanos vivimos, entonces, un formidable rito de pasaje. Al ritmo de reggaetón.

Dimitri Prieto-Samsonov

Dmitri Prieto-Samsonov: Me defino por mi origen indistintamente como cubano-ruso o ruso-cubano. Nací en Moscú, en 1972, de madre rusa y padre cubano; viví en la URSS hasta los 13 años, aunque ya conocía Cuba, pues veníamos casi todos los años de vacaciones. Habito en un quinto piso de un edificio multifamiliar, en Santa Cruz del Norte, cerca del mar. Estudié Bioquímica, Derecho (ambas en La Habana) y Antropología (en Londres). He escrito sobre biología molecular, filosofía y anarquismo, aunque me gusta más leer que escribir. Imparto clases en la Universidad Agraria de La Habana. Creo en Dios y en la posibilidad de una sociedad donde seamos libres. Junto con otra gente, en eso estamos: deshaciendo muros y rutinas.

One thought on “Cuba: ¿ritos de pasaje?

  • Dimitri «la revolución no es pasado sino que se nos viene arriba», la revolución tienes que hacerla y no creo que se haga con debates académicos, las clases que manejan el poder no tienen porque devolvértelo, aunque sea el poder sobre ti mismo, si eres anarquista deberías saberlo.
    A los anarquistas los prefiero insurrectos, como Elpidio Valdés. Saludos desde el infierno.

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