Calvino en compañía de Kardec en un parque habanero

Dmitri Prieto

John Calvin

HAVANA TIMES — Por allí donde aún queda un trozo del muro de La Habana, donde termina el centro histórico de la Ciudad y comienza la zona industrial, donde está bien cerca la bulliciosa Terminal de Trenes y para la ruta de ómnibus 400 que nos lleva a las Playas del Este, hay un parque con dos bustos significativos: los de Juan Calvino y de Allan Kardec.

Para un país como Cuba, lleno de bustos de Martí e imágenes gráficas del Che, de figuras de yeso de San Lázaro y de un indio Sioux (quien representa la Comisión India del espiritismo cubano), esos dos bustos son bien exóticos.

Sólo semejantes son en su exotismo a los de Eva Perón y del Doctor Francia. Pero Evita y el Dr. Francia no están juntos; Calvino y Kardec, en cambio, prácticamente se pueden mirar las caras.

Calvino fue fundador del cristianismo reformado en su variante que hoy se conoce en Cuba como Iglesia Presbiteriana Reformada; defendió el principio de sola scriptura (sólo la Biblia es fuente de verdad en razones de fe) contra lo que predicaba el catolicismo romano.

Sus esfuerzos cambiaron el mapa espiritual del mundo, y algunos (Max Weber) dicen que también el económico, pues el espíritu calvinista fue crucial en la formación del modo de vida capitalista.

Pero hay quien lo critica duramente por su autoritarismo: no le faltó la titulación de “Papa de Ginebra”, y se dice que su influencia fue crucial en el proceso judicial que llevó a la ejecución al gran fisiólogo español Miguel Servet.

No obstante, el monumento a Calvino –cuyo busto está rodeado de una graciosa cerquita- lleva en su pedestal una cita de ese autor: “Oficio propio de Dios es tomar la causa de los pobres”.

Allan Kardec

Allan Kardec, autor del Libro de los Espíritus y del Evangelio según el Espiritismo, entre otros libros, es el iniciador de la tendencia espírita que invoca para su fundamentación la autoridad de la Ciencia.

Pretendió haber realizado investigaciones que probaban como hecho científicamente demostrado la posibilidad de comunicación con los espíritus desencarnados de nuestros ancestros, y su influencia profunda y fundamental en los asuntos de quienes aún habitamos cuerpos físicos.

El espiritismo científico es una de las variedades de esa creencia que existen en Cuba, y Kardec es su autoridad más citada. También espíritas de otras corrientes (como la “cruzada”) lo tienen por un gran pensador.

Que los bustos de ambos personales estén bien próximos, uno frente a otro, es una paradoja.

La “recta conciencia bíblica” de los cristianos protestantes discípulos de Calvino no admite el espiritismo. Para los espíritas –y Cuba no es una excepción- las Iglesias oficiales han limitado el cristianismo al dogma, y le toca al espiritismo darle un nuevo dinamismo a la vida religiosa.

El “choque civilizatorio” que significa poner a esas personalidades una frente a la otra (aunque sea en forma de bustos), sólo es comparable en energía a algo que vi en Londres.

El cementerio de Highgate alberga la tumba de Karl Marx (y es la única que aparecía en un cartel promocional situado en sus puertas: increíblemente, “Marx vende” – la entrada al cementerio cuando lo visité hace 5 años era de £3.00, no sé ahora); pero frente por frente a ese sepulcro, provisto de masivo busto representando la cabeza del Moro de Tréveris, está el humilde ortoedro oscuro que marca el lugar del reposo de Herbert Spencer.

Es difícil encontrar en la modernidad a pensadores políticos tan distintos – ¡y que duerman tan juntos!

Dimitri Prieto-Samsonov

Dmitri Prieto-Samsonov: Me defino por mi origen indistintamente como cubano-ruso o ruso-cubano. Nací en Moscú, en 1972, de madre rusa y padre cubano; viví en la URSS hasta los 13 años, aunque ya conocía Cuba, pues veníamos casi todos los años de vacaciones. Habito en un quinto piso de un edificio multifamiliar, en Santa Cruz del Norte, cerca del mar. Estudié Bioquímica, Derecho (ambas en La Habana) y Antropología (en Londres). He escrito sobre biología molecular, filosofía y anarquismo, aunque me gusta más leer que escribir. Imparto clases en la Universidad Agraria de La Habana. Creo en Dios y en la posibilidad de una sociedad donde seamos libres. Junto con otra gente, en eso estamos: deshaciendo muros y rutinas.

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3 thoughts on “Calvino en compañía de Kardec en un parque habanero

  • No conocía a Kardec y probablemente pocos cubanos lo conozcan. A veces hablo con cubanos y me hablan de religión católica o de las religiones afro-cubanas. En mi familia no había ni una cosa ni otra. En mi familia de mi bisabuela para abajo todos eran espiritista y esotéricos. A veces he llegado a pensar que no soy cubano. No obstante le he preguntado a muchos amigos y me dicen lo mismo. Nos Bautizaban, hacíamos la Primera Comunión y hasta se iba a Misa de Gallo, pero en la practica se creía mas en el espiritismo, la cartomancia y en todo tipo de esoterismo como en mi familia.

    Es mas, antes de la revolución el programa que obtuvo mayor audiencia en la radio fue precisamente un programa de ese tipo. Fue el programa de un campesino cubano curandero esotérico llamado “Clavelito”. El programa empezaba con una décima guajira que decía;- ” Pon tu pensamiento en mi y veras que en este momento, tu………………” . Había hasta telepatía en la cosa. Se podían citar muchos ejemplos mas. No se ahora, pero el espiritismo y el esoterismo estaban muy difundido en la isla antes de la revolución. La estatua de Kardec después de todo, esta “bien puesta”.

    El que si era tremendo HP era Calvino por mucha frasecita en su pedestal. No es que “se dice” . Calvino “fue” el responsable de la muerte de Miguel Servet. El español ademas de ser tan ilustrado como el no podía ser un alma mas noble. Su muerte en la hoguera no pudo ser mas terrible. Aquello duro una eternidad. No fue hasta que alguien en el publico se apiado de el y le hecho mas leña al fuego que termino su tormento.

    Tu articulo me ha dado una idea. La primera protesta en ese parque. Seria la primera protesta publica de los espiritas cubanos portando carteles que dijeran cosas como; “Espiritistas de Todo el Mundo Uníos”. ¡VIVA KARDEC! ¡ABAJO CALVINO!!!!! No seria nada paradójico.

  • Mi madre vivió prácticamente hasta el último día de su existencia con el libro de las teorías espíritas de Alan Kardec en una mano y protegiendo la imagen de su San Lázaro/Babalú Ayé en la otra. Desde los 13 años, en su natal pueblo de Antilla, se dio a seguir la escuela Kardeciana, sumándose a lo que entonces constituyó toda una hermandad de mediums practicantes del espiritismo de cordón, que hasta contaban con su templo. Aquel librito del francés, que con los años fue cambiando de color y desgastándose a fuerza de uso, fue para ella una verdadera biblia, y su lectura una panacea que – no exagero- le aliviaba los muchos padecimientos físicos que sufría. Viéndola desafiar sus flaquezas al conjuro de aquel discurso, para mí tan místico, comprendí que eso de que la fe puede mover montañas no es mero adorno retórico.

  • ¿Debo entender que el doctor Francia tiene un busto en La Habana? ¡Menudo personaje! ¿En dónde se encuentra?

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