Desde otra terraza, el mar…y la gente

Mavis Alvarez

Vivo en este barrio hace más de una década.

Apenas a trescientos metros de mi casa hay un edificio de construcción moderna, más o menos de los años 50. Este edificio tiene un  penthouse a la altura de sus  seis pisos.

Es un salón espacioso cerrado por ventanales transparentes y más allá de los cristales una terraza abierta al aire libre con una vista inmensa de esta parte de la Habana, cara al mar, cara al golfo, cara al horizonte, que aquí parece tan cerca que se pudiera tocar esa línea casi perfecta, que yo miro siempre asombrada, siempre sorprendida, yo, nacida en un pueblo en medio de montañas donde el horizonte siempre es al pasar de la calle y que descubrí el mar cuando ya andaba enamorada.

Esta mañana de febrero, algo fría, más bien fresca, la aristocrática terraza de  penthouse y yo nos hemos encontrado por primera vez. Hay Feria Internacional del Libro en la Habana y la literatura está de fiesta, y los que nos creemos literatos también.

Vine aquí a escuchar unas conferencias que sospecho serán bien interesantes.  Varios especialistas muy prestigiosos en sus materias van a dar sus puntos de vista, respuestas argumentadas, diría yo, a una pregunta bien sustanciosa ¿cómo el arte y la literatura han participado de los contrapunteos históricos entre la vanguardia y la tradición en la nación cubana?

Vaya pregunta…y aquí estoy esperando la hora del debate, faltan unos diez minutos y yo sigo recostada al muro de la terraza del penthouse.

Deslumbra la  hermosura del paisaje, es un regalo a los ojos, cansados de tanto asfalto, tantas rejas y planchas de madera o metal cerrando el paso a la curiosidad ajena y la luz se lleva la mirada por encima de las copas de los árboles tan viejos y tan viejas sus raíces excavadoras que levantan calles y aceras de este viejo Vedado que se mete en el mar brincando el Malecón.

Miro lejos, hasta tropezar con la línea casi perfecta, trazo negro contra el azul limpísimo del cielo y entonces pienso que quizás del otro lado de esa línea también miran hacia acá y también haya miradas como la mía, y ojos como los míos, y también preguntas como las que yo me hago desde esta terraza.

Una curvatura terrestre crea una ilusión  óptica y de uno y otro lado de esa línea virtual hay gente, con la misma pregunta: ¿por qué estamos tan lejos estando tan cerca?

Han avisado que las conferencias van a empezar.

Me desprendo del mar, del cielo, del horizonte y de los amores lejanos y cercanos.

Vamos al contrapunteo ente la vanguardia y la tradición…