Del arte acritico al arte socialchovinista (II)
Esteban Diaz
En estos años en Cuba he estado en la búsqueda de su realidad, o sea, entender como se mueven las relaciones sociales, su cultura, economía y política, así he concluido, y no es un gran descubrimiento el interés que causa la música en este pueblo. El baile, el festejo en las calles, deja en claro cuan alegre es la gente; la música está en la sangre del cubano.
Es lamentable que últimamente se hallen entregados al reguetón, uno de los géneros más enajenantes de música, aunque manteniendo su Salsa característica. Es cierto que «no solo de política vive el hombre» como diría un revolucionario ucraniano, ya que es importante mantener la cultura y la alegría como lo hace este pueblo.
Pero al mismo tiempo es importante estar al tanto de lo que sucede en nuestra realidad y controlar nuestras vidas con un pensamiento crítico constante. Hoy el tema «Creo» de «baby Lores» junto a «Gozando en La Habana» de la Charanga Habanera recorre todos los medios de difusión propagando la exaltación nacionalista inconsecuente, que no deja espacio para la crítica, incluso la revolucionaria.
Esto no es nuevo para mi, ya en el cine observé esta característica en el film «Kangamba» donde las insignias patrias, más allá de elevar a un pueblo revolucionario, pasa la raya y parece buscar una irracional pasión por lo nacional, terminando el film a lo «norteamericano,» el icono, el líder, el hombre -¿él solo?- firme frente a la bandera de la estrella solitaria, decide y salva en el momento culminante la heroica tarea.
Es claro que esto solo lleva a la defensa de una política bonapartista que estrecha las mentes destruyendo la formación de un sujeto libre de fetiches.
A simple vista se nota como la Salsa y el reguetón han copado los medios de difusión, además de un vacío de arte critico de autores como Ray Fernández y Los Aldeanos, este ultimo, un grupo de Hip Hop mencionado por Juanes al no estar presente en el festival del día de la paz, ¿casual o causal?.
Si queremos ir mas allá con respecto a la libertad de expresión tal deba mencionar al grupo musical «Porno para Ricardo» aunque se encuentre muy por fuera de mi línea política.
¿A que voy con esto? Es que si queremos formar una nueva sociedad se debe incidir fuertemente en la cultura, fomentado mayor libertad de expresión, ¿de que se puede temer si los trabajadores están controlando el Estado? o acaso no es lo que sucede!?
No hay forma de escapar a las críticas, ellas buscaran su cauce; el tiempo y el mantener los errores callados las fortalecerán. Buscar desaparecerlas con el reguetón y la salsa, o cualquier arte fetichizante, destruirán la revolución, aplazando un problema que ira creciendo silenciosamente.
En estos días me ha llegado, y como es de costumbre por un medio popular, no Estatal, una carta abierta de Armando Tomey-actor cubano bastante conocido, por lo que me dijeron-en donde expresa una crítica fuerte a las problemáticas actuales del país. Sin pelos en la lengua sacó a relucir todo el chanchullo que sufren los artistas y demás trabajadores en Cuba.
Este último episodio es la prueba de las inconformidades que permanecen selladas en los labios del pueblo. No hay momento más propicio para que todos los trabajadores cubanos coloquen las cartas sobre la mesa y controlen de una vez por todas sus vidas de forma consecuente, que en verdad de muestras de una verdadera democracia de los trabajadores, y se debe combatir cualquier represión e intolerancia al que piensa diferente.
Como dijo Rosa Luxemburgo: «La libertad no puede nunca ser otra cosa que libertad para pensar de otra manera.»