De vacaciones, haciendo trámites

Osmel Almaguer

Calle de la Habana, foto: Caridad

¡Qué difícil es salir de vacaciones en mi centro laboral! Siempre hay mucho trabajo; campañas de esto, festivales de lo otro, presentaciones de libros por aquí, ventas por allá, y nosotros promocionándolo todo.  El Presidente del Instituto Cubano del Libro cree que cada actividad que hacemos, por mínima que sea, merece estar en los medios de difusión.

Otra cuestión que dificulta nuestra situación es la poca cantidad de trabajadores que tenemos; la mayoría de las veces la plantilla se encuentra a un 35 o 40 % de su total. Siendo tan pocos, cuando alguien sale los que quedamos nos vemos afectados, pues el volumen de trabajo, que se mantiene altísimo casi todo el años, aumenta aún más.

Por eso hay que “meter el cuerpo” para poder salir, ponernos de acuerdo entre nosotros mismos y con la jefa, para que no ponga el grito en el cielo cuando se entere.

Desde hace 5 días me he convertido en ese privilegiado que logra salir por 12 de los 20 días acumulados. Sin embargo, lo único que he hecho es descansar, pues no tengo mucho dinero y ningún amigo vacacionando, ya que salí sin planificarlo, pues de otra manera me hubiera sido casi imposible.

La semana que viene mi amigo Jorge también saldrá de vacaciones. Juntaremos un poco de dinero y saldremos a la playa, al cine, el teatro o el Parque Lenin, que son los lugares más asequibles a la gente común, por lo barato.

A la mayoría de la gente le pasa como a mí. La mayor parte de las vacaciones se las pasan resolviendo problemas que, de no haber tanta burocracia, serían muy sencillos de resolver, y no nos llevarían todo un día, una semana, o dos.

Pero esos trámites se complican sin necesidad, y los funcionarios, a veces corrompidos, obstinados o, como nosotros, faltos de vacaciones, contribuyen a dicha complejidad.

Con un poco de economía, inteligencia y buena voluntad, podríamos todos resolver muchos problemas, antes de que provoquen o se combinen con otros, y pongan a prueba los nervios del más flemático temperamento.