Vivir una campaña electoral

Dariela Aquique

Henrique Capriles y Nicolás Maduro. Foto: agenciapulsar.org

HAVANA TIMES — El jueves fue el cierre de campaña en Venezuela con vista a los comicios del próximo domingo 14 de abril. Dicha campaña, debió designarse contienda, porque fueron realmente crudos los enfrentamientos verbales que tuvieron los candidatos de la derecha y de la izquierda.

Nicolás Maduro, partidario del legado chavista y que a su frente de maniobra le nombró justamente Hugo Chávez. Haló tras de sí una verdadera marea roja, como ellos mismos le llaman a los seguidores del Partido Socialista.

Henrique Capriles, el candidato de la derecha, no dejó de remolcar menos adeptos. Con un margen de diferencia aunque notable no muy grande. Esta vez su frente nombrado Simón Bolívar arrastró a muchos azules.

Nunca fue tan difundida en Cuba campaña electoral alguna, ni siquiera la concluida el pasado mes de octubre y en cuyas votaciones resultó reelegido presidente el desaparecido Hugo Chávez.

Esta campaña sin embargo, e imagino se deba a la importancia que reviste para el futuro de Venezuela y por extensión de América Latina y el Caribe, ha sido muy seguida detalle a detalle y trasmitida por la televisión en nuestro país.

Para los de mi generación, a menos que no lo hayan vivido fuera de la isla, una campaña electoral es algo extraño. Desde pequeños nos inculcaron que este tipo de acciones respondían a los malos caracteres del sistema capitalista.

Donde se invertían grandes sumas de dinero y recursos para hacer labor de proselitismo político, de este u otro partido. Que generalmente estos grupos se desgastaban en promesas al pueblo y se despotricaban unos a otros, atacándose incluso en aspectos de su vida privada.

La visión que siempre se nos dio de una campaña electoral fue la de un sensacionalismo partidista, donde cada uno intentaba ser más efectista con tal de ganar el mayor número de votos en las urnas.

Y en realidad la definición que siempre nos dieron no está tan lejos de la verdad. Hemos apreciado como ambos bandos se han valido de todo tipo de recursos para ser quien prevalezca.

Uno apelando a medios más sucios o menos éticos, pero en definitiva, aquí aplica el término: del fin justifica los medios. Vimos a un Capriles con un desaforado afán nacionalista, haciendo promesas risibles e increíbles y hasta imitando los patrones y símbolos de su eterno antagónico, Chávez.

Vimos también a un Maduro, al que se le escapó muy frecuentemente que el estado de salud de su presidente fue muy delicado desde el principio. Que todos sabían de un inevitable deceso (aunque se anunciaba siempre una mejoría, que no era tal) Vimos a ambos ofenderse e insolentarse.

Pero lo más importante es que vimos a un pueblo que con absoluta libertad tomaba partido por este o por aquel. Que puede salir a las calles vistiendo los colores que quiera, apoyando a quien decida. Un pueblo que puede expresarse libremente, sin que eso implique sanción alguna para ellos.

Vimos un pueblo entusiasta que decide y no acata, que es responsable de su elección y que profesa la ideología que le dé la gana. Y entonces sentí muchas ganas de poder alguna vez tener esa experiencia, de algún día poder vivir una campaña electoral.

Dariela Aquique

Dariela Aquique: Recuerdo mis años de estudiante como Bachiller, aquella profe que interrumpía la lectura de obras y con histrionismo sorprendente hablaba de las posibilidades reales de conocer más la verdad de un país por sus escritores, que por crónicas históricas. De ahí mi pasión por las letras, tuve excelentes profesores (claro, no eran los tiempos de maestros emergentes) y la improvisación y el no dominio de la materia quedaban descartadas. Con humildes pretensiones y la palabra de coartada quiero contribuir a mostrar la verdad de mi país, donde la realidad siempre supera a la ficción, pero donde un estilo novelesco envuelve su existencia.

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4 thoughts on “Vivir una campaña electoral

  • Libertad del pueblo. Si y no. Porque hay tantas mentiras y manipulaciones siempre en campanas electorales que esta libertad es siempre relativa. Los alemanes tambien tuvieron libertad a 99% votar para Hitler. es libertad? Pienso tenemos hablar de una libertad qualitativa y no cuantitativa para so ser populista. Y en realdad, siendo de un pais capitalista,tenemos la libertad eligir partidos si, pero tenemos ningun derecho participar en decisiones . Por eso mas y mas gente, no solamente en mi pais, hablan de la dictatura de los partidos, con todo su dinero y sus privelgios. La verdadera libertad formal seria la interaccion activa y constante entre pueblo y gobierno. Pero como he dicho, cuantidad no equivale cualidad.

  • Friedrich la democarcia no es perfecta en cuanto que todos los que participan de ella no tienen el mismo nivel y grado de comprensión de la realidad y del bien común. Ahora comparar una democracia por imperfecta que sea con una dictadura donde el ser humano no importa sino el Estado (que no es mas que los dictadores en el poder) es la peor de las aberraciones. Tu hablas de la dictadura de los partidos, imagínate cuando hay un solo partido a que nivel llega la dictadura.

  • buen articulo dariela, yo prefiero que los candidatos digan promesas no cumplidas y otras mentiras piadosa, a no tener libertad de escojer presidente, partido o rumbo politico, venezuela esta polarizada entre los que quieren el continuismo y los que quieren un cambio, pero al final lo que el pueblo o la mayoria decida es voluntad cumplida, esa es la democracia castigas a los gobernantes o partidos que no cumplieron sus promesas

  • En Cuba, no?

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