Si la Ley del Talión les conviniese

Dariela Aquique

HAVANA TIMES, 2 dic — Según la Historia del Derecho Penal, el término Ley del Talión se refiere a un principio jurídico de justicia retributiva en el que la norma imponía un castigo, o sea la condena es equivalente al crimen cometido.

Los antecedentes de su aplicación datan de épocas remotas y el primer registro que se tiene de ella figura en el Código de Hammurabi, que fue creado en el año 1692 a.C., (y es uno de los primeros conjuntos de leyes que se han encontrado y uno de los ejemplos mejor conservados de este tipo de documento de la antigüedad) a partir del cual se establece la proporción entre el daño sufrido y la pena a aplicar.

Lo que hace aportar a la Historia del Derecho el concepto de “proporcionalidad” entre el delito y la pena, resumidos en los términos de la conocida frase: “ojo por ojo y diente por diente.”

Pero también viene de muy lejanos tiempos el hábito de hacer público el quebrantamiento o crimen cometido, así como hacer de forma notoria el momento de emitida la sanción y la ejecución de la misma, esto claro está, servía para increpar al criminal y que fuera un ejemplo escarmentarte para los otros.

Son muchos los que por estos días acá en esta ciudad han invocado la Ley del Talión. Un suceso aborrecible en grado sumo hace a las personas de todas las edades y de ambos sexos hablar con tristeza y cólera conjugadas de un espantoso hecho, la violación y el homicidio brutal de una niña de apenas diez años.

Este acto bárbaro ocurrió hace muy poco en el poblado de la playa Juraguá en la zona costera de Santiago de Cuba. Los agentes de la policía parecen haber actuado con rapidez y en corto tiempo se apresó al culpable.

Lo que trae muy molesta a la población es que los medios nada han reportado al respecto, toda la información que circula incluido un stop de fotos de la autopsia es en el ya habitual clandestinaje que hace parte de la vida de los cubanos.

El pueblo reclama su derecho a conocer los detalles de este caso que ha consternado a todos. De hecho muchos hablan (hablamos) de suspender la moratoria de la pena de muerte en casos como este, aquí la ley del Talión se nos torna la justa de todas.

Por otro lado si el caso hubiera sido de detención de grupos disidentes o de “piratas cibernéticos,” como le llaman ahora a los que venden horas de Internet a la gente desesperada por obtener información o por lo menos no tener una sola versión de las noticias, el caso hubiera sido televisado, publicado y dados los pelos y señales como dice el refrán.

Pero no, este caso clasifica para ellos en el grupo de noticias de prensa amarillista y la pena de muerte se puso en moratoria después del gran revuelo internacional censurando el fusilamiento de los jóvenes que intentaron llevarse la lancha de Regla.

Pero habría que ver si sucediera algo que el Estado considerase una grave amenaza para su estabilidad (cada vez menos estable) si entonces se suspendería la moratoria amén cualquier opinión pública de dentro o de fuera.

O sea que dar a conocer pormenores de un crimen (no importa la repercusión emotiva que tenga en la gente), es algo que le está reservado solo a aquellos actos que afecten la política del país.

Más fácil retornaremos al paredón con los disidentes, si el conflicto se volviese complejo, que con un brutal violador y asesino de niñas, aunque aquí la ley del Talión no se cumpla, si les conviniese ellos cobrarían ojos por uñas y corazón por diente.