Regreso a Ítaca, mi glosa pendiente

Dariela Aquique

Fotograma de Regreso a Itaca
Fotograma de Regreso a Itaca

HAVANA TIMES — Regreso a Ítaca, la película del realizador francés Laurent Cantet, no se presentó en diciembre en el Festival de Cine Latinoamericano de La Habana. Y no fue hasta el reciente Festival de Cine francés que pudiera proyectarse en Cuba el esperado filme; porque sí para el certamen latinoamericano el pretexto fue que su director era francés, para la muestra francesa no tenían más objeciones.

No obstante ha sido minoría la que ha podido ver la controvertida película. Y una vez más la piratería se convierte en el medio de difusión más efectivo del cine nacional de los últimos tiempos.

Yo le debía una glosa a esta película, pero me dolió tanto desde que la vi, que no fue hasta hoy que volví a ponerla que me asistieron todas las razones para no dejar de dedicarle unas líneas a la que puede ser la película de mi generación y de la generación anterior. Porque en Cuba, todo el que tiene de 45 a 65 años pertenecen a las generaciones frustradas, estafadas, no importa si se fue o se quedó aquí, la pena va por dentro.

Con guion de Leonardo Padura y el propio Cantet. Un elenco de lujo y no menos dignas las actuaciones episódicas. Una precisa fotografía y una certera banda sonora. En una sola locación con varias secuencias exteriores y menos en interior, el director francés logra una excelente crónica de la Cuba de hoy.

Regreso a Ítaca, parece no tener nada que ver con la égloga homérica pero vale la analogía, porque Amadeo (Néstor Jiménez) regresa a su isla con tanto valor, dolor y esperanzas, como las que llevaba Ulises, también llamado Odiseo, de regreso a su hogar. Pero Amadeus no es un héroe épico, es un héroe anónimo y su destierro fue aunque personal involuntario, como el de miles y miles de cubanos.

De vuelta, su bienvenida es una vieja azotea, de un viejo edificio de una vieja ciudad, con viejos (y envejecidos) amigos,… los de entonces que ya no son los mismos… Afloran los recuerdos y hacen la catarsis obligada y necesaria. Bailan y cantan una canción del pop español de los 60 y rememoran sus fiestas de juventud:

Fórmulas Quinta sí, The Beatles no.
Trabajo voluntario sí, pelo largo no.
Revolución sí, libertad no.

A Amadeo no lo espera una mujer, Ángela, su Penélope, no sobrevivió, se la arrebataron el cáncer y la impotencia. Encuentra sin embargo a sus cuatro amigos, pero están demasiado desilusionados e infelices.

Tania (Isabel Santos) Fue una muchacha bella y deseada. Fue a las Escuelas al campo, a las recogidas de café, a las preparaciones combativas. Ahora es una oftalmóloga con un indecoroso salario que recibe regalitos de los pacientes. Que lleva una mano de Orula, porque en algo hay que creer. Que fuma incesantemente. Que sufre en silencio el no tener noticias de sus hijos, a los que dejó irse con su padre a Miami y desde entonces carga con esa culpa, como Meryl Streep en La decisión como Sophie.

Aldo (Pedro Julio Díaz Ferrán) Siempre creyó en la justeza de la Revolución. Es sobreviviente de la guerra de Angola. Es ingeniero, pero cerraron la fábrica y vive de hacer baterías con insumos robados para sobrevivir. Su mujer lo dejó porque lo considera un fracasado y se fue con un viejo italiano. Su hijo es un adolescente que sueña con irse del país de cualquier forma. Aldo se aferra a un ideal, no quiere morir como su padre, con la duda de si se equivocó o de si fue engañado.

Rafa (Fernando Hechavarría) Era un pintor que prometía una carrera exitosa, pero le gustaba la música en inglés y aunque sacara más de noventa en todas las asignaturas, nunca fue estudiante ejemplar, porque era muy bocón. Rafa tenía problemas ideológicos desde la óptica de los que gozaban el poder para dirigirle la vida, para no dejarlo salir a una exposición en París en el 98, para frustrarle la vida como artista y de paso como ser humano. Entonces se refugió en el alcohol y su mujer lo dejó. Ahora pinta cuadros con valor comerciales para venderlo en la Feria, pero ya no crea.

Eddy (Jorge Perugorría) Cuando joven tenía el pelo largo, le gustaban las canciones de Serrat y leía a escondida literatura censurada. Ahora es un dirigente, aseguró su status a golpe de consignas y manos levantada para dejarlo todo aprobado por “unanimidad”. Guardó el carnet rojo en el bolsillo, se cortó tanto el pelo que se quedó calvo. Descubrió que era mejor andar en carro que ser contestatario. Así se agenció viajes internacionales y prebendas. Pero a esas alturas (no del partido), sino del Partido, la corrupción es como una enfermedad contagiosa. Hoy brinda con sus amigos, quizás con el último whisky que pueda regalarle, porque están cortando cabezas desde arriba, hay que sacrificar algún alfil para que el rey viva. Y puede terminar en la cárcel, sus bienes confiscados y enlodada su trayectoria como militante comunista.

Al final Amadeo les hace la terrible confesión, se quedó en España, para no chivatear a su amigo Rafa, porque era víctima de acoso y chantaje de la agente Gladys, al que se encontró un día en el metro de Madrid, como emigrante, no como oficial de la seguridad cubana. Amadeus volvió porque cree que ha vencido el miedo y puede volver a escribir.

Pero ya, esta no es Ítaca de sus sueños, ni la Cuba de sus añoranzas. Se necesitará una segunda parte de este filme. Ojalá y sea menos desolador y para entonces hayamos recuperado la capacidad de creer y de no volver a tener miedo.

Dariela Aquique

Dariela Aquique: Recuerdo mis años de estudiante como Bachiller, aquella profe que interrumpía la lectura de obras y con histrionismo sorprendente hablaba de las posibilidades reales de conocer más la verdad de un país por sus escritores, que por crónicas históricas. De ahí mi pasión por las letras, tuve excelentes profesores (claro, no eran los tiempos de maestros emergentes) y la improvisación y el no dominio de la materia quedaban descartadas. Con humildes pretensiones y la palabra de coartada quiero contribuir a mostrar la verdad de mi país, donde la realidad siempre supera a la ficción, pero donde un estilo novelesco envuelve su existencia.

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17 thoughts on “Regreso a Ítaca, mi glosa pendiente

  • Me gustó tu reseña Dariela. Es de las positivas de la película y creo de las que se acercan más a la mirada del escritor Padura.

  • Yo no se si tu y Padura lo serán pero ni yo ni muchos de mis amigos nos me sentimos parte de una generación frustrada ni estafada

  • Yo creci en la revolucion, pase trabajo de todo tipo, desde ponerme pantalones surcidos, pero limpios para ir a la escuela, vivir en albergues, transportarme en camiones, dormir a la interperie, acostarme con hambre, hacer colas y vivir con miedo a que me sacaran de la escuela por mi manera de pensar, huyendole a la policia que te paraba en Coppelia a cortarte el pelo largo o a rajarte los pantalones campana, escondiendo las cartas de una tia de Hialeah, oyendo las emisoras de musica americana a poco volumen y tostando cafe con las ventanas cerradas. Pero asi y todo vivia con la esperanza de que todos aquellos sacrificios algun dia darian como resultado un pais mejor y mas justo y mis mejores deseos eran empezar a trabajar para contribuir a ello. Estudie, me gradue y entonces empezaron las frustraciones que, por razones espacio no puedo explicar, pero no hay nada peor que ver que tu trabajo es ignorado inclusive cuando contribuye a la alimentacion del pueblo y a la economia en general, no hay nada peor que sentirte que ya eres un inutil para la sociedad y que despues de estudiar tanto tus oportunidades para crecer como persona se acaban. Yo no culpo a nadie en especifico, todos contribuimos a tanto desastre, pero lo que si no debemos hacer es tratar de un borron acabar con 56 años de historias que deben servir para que jamas se repitan.

  • Atila:

    Para nada, tienes razón: tú perteneces, o a la generación de vaciladores del comunismo a costa de Liborio, o la de hijos del maltrato.

  • Atila estarás como el Eddy de la reseña antes que le pasaran la cuenta.
    Tengo 63 me tocaron todos los inventos desde los años 60 hasta los de este milenio.
    Ya hace años que tengo canas y cada vez menos pelo.
    La generación de la película es la mía. Quizás tienes menos de 50 y no te tocó lo que a otros, pero relee lo que escribiste que parece que te traicionó el subconsciente con “me” de mas que induce a cambiar el sentido del párrafo.
    Que sigas feliz y realizado.
    Saludos

  • Sí, fue una generación estafada, de la doble moral, la generación que luchaba un viaje para quedarse y que ojalá ahora regrese a tratar de reconstruir Itaca.

  • Atila,

    Me recuerdas al caballo Boxer de “Rebelión en la granja”.

  • Así mismo es Atanasio, un gobierno que hace una inversión gigantesca en talento humano y una vez formados le cortan toda posibilidad y estímulos para que aporten el conocimiento al desarrollo del país. Una estupidez e irresponsabilidad en mayúscula.

    Atanasio la culpa esta en los hombros de los que gobiernan por mas de 50 años en Cuba. Recuerda que ellos no le han dado participación a nadie en la toma de decisiones. Todo el pueblo cubano hemos sido ejecutores de sus ordeno y mando. El fracaso es de ellos completico.

  • Dariela eso no es una reseña, has contado la película con detalles. Por suerte ya la vi en Internet antes de leer este post.

    Pensé que Dariela nos contaría con que personaje de la historia se identifico mas y por que, pero me quede con las ganas. Tal vez en el próximo post del querido diario.

  • Y lo más triste del caso es que, como van pintando las cosas, a quienes el castrismo todos los días le tira una trompetilla en la cara, es a gente como él. (A no ser que pertenezca a la camarilla, lo cual no sería raro)

  • Me recuerda el argumento de Moscu no cree en lagrimas, solo que en aquel
    filme habia algun personaje en quien poder identificarse sin sentir ganas de cortarse
    las venas, En regreso a Itaca los personajes parecen ser todos unos
    perdedores. Luego de leer esta reseña no me dan ganas de ver la pelicula.

  • Si te gustan las obras de teatro no debes perdertela. Independientemente que Dariela contó la película, las actuaciones y los diálogos no tienen desperdicio.

  • Las cosas de Cuba.

    Rihanna, poso para las fotos en chancletas, camino unas cuadras por el malecon habanero, se codeo con el pueblo, y cuando se arreglaba el cabello sensualmente y bamboleaba las caderas;para filmar un sensacional video, un policia le dijo: Pstt, Pstt. Ciuaana, Calne e ientidad. !La cantante de musica pop ha regresado a los EE UU con tres cartas de advertencia por acoso al turismo! Je Je

    .

  • Atanasio,
    la culpa completica ha sido de los dos hijos de Lina, y se debe decir con convicción.

    La culpa que tuvo el pueblo fue la de no haberse rebelado desde el principio, de que hayan habido tantos ilusos y esperanzados en que podrían contribuir a que un desfachatado abusador que ya les violaba sus derechos (cortándoles el pelo y los pantalones, mas todo lo demás), se rehabilitara.

    Con esa esperanza en mente, muchos le arruinaron la vida a otros, delatandolos y no oyendo a los que ya los tenían descifrados y sabían que lo que tenían era un dictador.

    Triste que nos tuvimos que ir, y triste también es ver que con todo lo que esa dictadura le ha causado al país se oigan cubanos que digan, que no los estafaron.

  • Anahuac,
    el señor es de su misma generación, tiene 62 años, médico, profesor universitario, y maestro masón. Es de la misma generación de los de la película, así es que, “si no le tocó” a El, nos toca asumir ¿porqué no?, porque hasta Pablo Milanés que ha vivido como un Rey acaba de declarar “que lo estafaron”.

  • Asi es Miranda, pero no podemos ignorar que el pueblo, en su mayoria, los apoyo en sus inicios: Si Fidel es comunista que me pongan en la lista, Esta es tu casa Fidel, Pin pon fuera abajo la gusanera. El regimen supo explotar muy bien las bajas pasiones del ser humano: la envidia, los celos, el odio, la desconfianza. Sin el apoyo del pueblo no se hubiesen mantenido en el poder y casos similares abundan en la historia, desde Hitler, pasando por los bolchevique y Corea del Norte. Usaron a ese mismo pueblo para atacar a los religiosos, los gays, los buenos modales y costumbres (que decianeran resagos burgueses), para arrebatar propiedades, para chivatear a quien pensara diferente, para decidir el destino de millones de personas, unos porque tuvieron que abandonar su Patria, otros porque nunca pudieron estudiar lo que querian o trabajar donde deseaban, o mantener sus creencias encerradas en un closet. No por gusto existe el refran de que “cada pueblo tiene el gobierno que se merece”. Ahora estamos recojiendo la cosecha.

  • Bobo, yo que la conozco creo que, salvando las distancias (la del alcoholismo, por ejemplo), Dariela está bastante cerca de Rafa.

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