Quiero ser como Einstein

Dariela Aquique

Albert Einstein en 1921. Foto: wikipedia.org
Albert Einstein en 1921. Foto: wikipedia.org

HAVANA TIMES — La razón descansa sobre las apreciaciones y los discernimientos de los hechos. Finalmente todo alcanza una categoría de relatividad. Por eso intento no ser sectaria o tendenciosa, hacerme siempre de criterios propios que sean comprometidos solo con la sinceridad, primero conmigo misma, luego con los demás.

A esto se deba quizás mi afición por Albert Einstein, uno de los grandes genios de la humanidad, cuya personalidad y pensamiento  desataron siempre acaloradas discusiones. Pues bien fue incomprendido a veces, o en ocasiones despertó ciertos reparos (y entiéndase por favor, no me estoy comparando con él).

En cuestiones de ideologías o posiciones políticas, siempre hay una propensión a los extremos. Las gentes se definen de izquierda o de derecha. Y regularmente se niegan a aceptar la posibilidad de un equilibrio.

Volvamos a Einstein y su relatividad, una teoría que define la variación de las leyes físicas, cuando se cambia el sistema de referencia. Y creo que esto es aplicable a todas las esferas de la vida y el razonamiento.

Einstein consideraba que su actividad científica formaba parte de las contribuciones filosóficas ocurridas a lo largo de la historia para entender los misterios de la naturaleza.

Desde que escribo para este sitio he sido tremendamente atacada por unos u otros. Los “de izquierda”, si hago críticas al sistema o reclamo por la manipulación de la información, o de la ausencia de ella, me llaman de mercenaria para arriba, toda clase de improperios.

Los “de derecha”, si reconozco algún valor de la política estatal, o expreso algo positivo sobre cualquier figura del bando contrario, me llaman desde errática hasta desequilibrada mental.

La actitud de Einstein ante el conocimiento como todo en su vida, no fue exento de contradicciones. Si bien en los comienzos de su carrera estuvo influido por filósofos positivistas, en sus años de madurez se apartó del positivismo.

Einstein solía decir: …Aquí no hay objetivo alguno, sino sólo la ocasión de entregarse a la agradable tarea de pensar…

Por eso me espantan las posiciones extremas. Sin ser un ente inconstante, me inclino a aceptar premisas como la de la relatividad restringida que ofrece la razón de tal hecho, antes inexplicable.

Einstein era un pacifista, la antipatía a la carrera armamentista fue una constante en su vida, revelada en sus escritos y en su apego a sociedades en pro de la paz. Su actitud se radicalizó más llamando a la objeción de conciencia de los pueblos para oponerse frontalmente a los gobiernos que optaban por la guerra como un forma de “conseguir la paz”.

Sin embargo, a raíz de las calamidades producidas por el nazismo alemán ya no fue su mensaje tan netamente antónimo a la no participación en la guerra. En 1939 decide ejercer su influencia participando en cuestiones políticas que afectaban al mundo.

Redactó la célebre carta a Roosevelt, para promover el Proyecto atómico e impedir que los “enemigos de la humanidad” lo hicieran antes. Pero el fatal desenlace de la guerra, con el lanzamiento de las bombas atómicas, le hizo revelarse de nuevo de forma radical contra la producción de armas.

¿Cómo juzgar entonces a este hombre?, de izquierda, de derecha, progresista, conservador, voluble o lunático. Nada, era solo un ser comprometido con lo que creía mejor, desde sí y según el contexto. Quiero seguir siendo como él.

Dariela Aquique

Dariela Aquique: Recuerdo mis años de estudiante como Bachiller, aquella profe que interrumpía la lectura de obras y con histrionismo sorprendente hablaba de las posibilidades reales de conocer más la verdad de un país por sus escritores, que por crónicas históricas. De ahí mi pasión por las letras, tuve excelentes profesores (claro, no eran los tiempos de maestros emergentes) y la improvisación y el no dominio de la materia quedaban descartadas. Con humildes pretensiones y la palabra de coartada quiero contribuir a mostrar la verdad de mi país, donde la realidad siempre supera a la ficción, pero donde un estilo novelesco envuelve su existencia.

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One thought on “Quiero ser como Einstein

  • Hola,
    Yo también soy “medio” fan de Alberto Einstein. “Medio” porque al margen de su aportación, mucho error tiene también su camino pero como dice el buen Martí “no señalo las manchas del Sol y venero su luz”.

    Si entendí tu línea de argumentos, entonces en vez de quedarte con la relatividad restringida, podrías optar la relatividad general. Y si quieres osadía entonces el camino de la gravitación cuántica te hará abandonar cualquier esperanza en pensar como absoluto, exacto y determinista la pluralidad de conceptos que citas. Un universo sin tiempo, sin dinámica, sin posiciones, sin espacio y con valores discretos de áreas, volúmenes y distancias que desde “lejos” se ve como un contínuo. La oscuridad que la luz del pensamiento de Einstein ha traido a la física lleva al límite el más extenso y profundo esfuerzo intelectual de nuestro tiempo.

    Saludos cordiales,
    Alejandro

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