Pidiéndole a dios y la divina providencia

Dariela Aquique

HAVANA TIMES — Evidentemente el estado de salud de Hugo Rafael Chávez Frías, ha de ser más delicado de lo que en realidad se hace saber. Esto se comprueba en la absoluta ausencia de imágenes de la recuperación del líder populista. Razón por la cual la oposición venezolana, especula al respecto y sustenta su campaña mediática.

En respuesta, los dirigentes y partidarios chavistas dentro y fuera de Venezuela tratan de contrarrestar esa oleada de maniobra con todo tipo de mensajes que entre líneas dejan ver un posible cercano deceso del Presidente–Comandante, como suelen llamarle.

En esta misión Cuba juega un papel sobresaliente, y así lo demuestran los discursos de los dirigentes cubanos al referirse al hecho.

Un buen ejemplo, fueron las palabras pronunciadas por el vicepresidente del Consejo de Ministros de Cuba, Miguel Díaz-Canel, el pasado jueves en una concentración multitudinaria respaldando al presidente de la República en las afueras del Palacio de Miraflores en Caracas. Y que transmitió Venezolana de Televisión.

Con el característico alarde al que nos tienen acostumbrados, las peroratas de los comunistas cubanos. Díaz-Canel dijo textos como estos:

(…) Los gobiernos de América Latina y el Caribe no permitirán nuevos intentos desestabilizadores en la región y específicamente en Venezuela (…) Cuba una vez más ratifica su irreductible convicción de que cualquier ataque del imperio contra Venezuela será interpretado y respondido por nuestro pueblo como si se tratase de nuestro propio suelo patrio (…)

Bajo el slogan: “En América Latina hoy todos somos Chávez”, se procura por todos los medios que el pueblo venezolano no permita bajo ninguna condición el arribo al poder de las fuerzas opositoras, lo que obviamente supondría el fin de las significativas ayudas económicas que reporta Venezuela a la Cuba.

Sin la llegada del petróleo venezolano y sin los ingresos que retraen al país, la exportación de servicios a través de las colaboraciones de personal profesional de la salud, la educación, el deporte y otros muchos sectores, Cuba se las vería otra vez muy oscura, como en aquellos nada gratos años del período especial.

Así que, misas, vigilias, rogativas católicas y santeros, arengas, súplicas, promesas y velas encendidas, son poco para lo que debe hacer el gobierno cubano. El que deja de lado su pragmático materialismo y apela a todo tipo de recurso religioso, pidiéndole a Dios y la divina providencia salud para su incondicional aliado. Amén.