Omara: Cuba, el documental

Dariela Aquique

Foto: eltaburete.wordpress.com
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HAVANA TIMES — Hace unos días la Televisión cubana estrenó el documental Omara: Cuba, Con guion y dirección del realizador Lester Hamlet. El audiovisual hace un recorrido por las siete décadas de vida artística de La novia del feeling o La Diva del Buena Vista Social Club, epítetos con los que se conoce a la afamada cantante Omara Portuondo.

Ya en 1983 el cineasta Fernando Pérez llevó al celuloide las memorias de esta destacada intérprete. Pero ahora Hamlet recoge 32 años más de carrera de la octogenaria solista que se mantiene en activo. Con excelente trabajo de edición hilvana cada tiempo con curiosas caricaturas que ilustran los contextos narrados por la protagonista, así como los comentarios que de ella hacen los entrevistados, entre los que cuentan Eusebio Leal, José María Vitier, Pablo Milanés, Chucho Valdés, Teté Caturla, Alberto Alonso y Amaury Pérez, por citar algunos.

Hija de un pelotero negro y una blanca renegada por la familia, dice haber tenido una infancia feliz en un barrio habanero junto a sus padres y hermanos. De niña ya se sentía poseída por la música, por eso no podía evitar detenerse en un toque de rumba de regreso a casa cuando salía a hacer mandados.

Ella no sabía que estaba predestinada a ser una de las figuras más representativas de la cancionística popular cubana, y de hecho una suerte de ícono de la cultura nacional.

Con 17 años inicia como cantante con el grupo Loquibambia, con Frank Emilio al piano y José Antonio Méndez a la guitarra. En 1950 integró el cuerpo de baile del cabaret Tropicana y formó parte de Las Mulatas de Fuego, en el conjunto del coreógrafo Alberto Alonso.

Muchos teatros le vieron bailar, para poco tiempo después verla junto al cuarteto de Orlando de la Rosa, con quienes viajó a Estados Unidos y Canadá.

Formó parte de la orquesta femenina Anacaona y con ellas conoció Haití. Pero sin duda, una de las etapas más importante de su carrera fue de 1953 hasta 1967 como miembro fundadora del cuarteto vocal Las D’Aida, con Aida Diestro como directora, e integrado admás por Elena Burke, Moraima Secada, y su hermana Haydée Portuondo. Los mejores cabarets de La Habana, tuvieron sus más pródigas noches con estas inigualables voces. Y también escenarios de Venezuela, México, Puerto Rico y Estados Unidos

A finales de los 60 fue invitada por la firma discográfica Areíto, oportunidad que supo aprovechar para lanzarse como solista en escenarios internacionales. Participó en los festivales de Cannes (Francia), Orfeo de Oro (Bulgaria), Lira de Oro (Bratislava), en Checoslovaquia, Dresden y Schelager (Alemania), Aguas Dulces en Lima (Perú) y el de los diarios L’Humanité y L’Unitá en Francia e Italia.

Siempre estuvo involucrada a diferentes proyectos, grabó con la orquesta de Julio Gutiérrez y con el cantante chileno Lucho Gatica. Se fue de gira con el grupo de percusión cubano Los Papines. Y más recientemente ha hecho dúos con la cantante brasileña María Betania y los jóvenes músicos coterráneos Polito Ibáñez y David Blanco. También con el espectáculo Vida del ballet de Liz Alfonso

En 1996 se vinculó al Buena Vista Social Club, por lo que fue nominada al Premio Grammy Latino en el 2001. Sin embargo lo recibió en el 2009 como Mejor Álbum Tropical Contemporáneo, por el disco Gracias, hecho en solitario y que es un compendio de melodías tradicionales, boleros y jazz.

El cine también tuvo su concurso. Actuó como actriz en los filmes cubanos Cecilia (1982) y Baraguá (1986) Y en la película número 49 de Disney: The Princess and the frog (Tiana y el sapo), dirigida por John Musker y Ron Clements. Omara interpretó la versión en español del personaje Mama Odie. Otro acercamiento a la cinta de animación fue en el 2011 cuando prestó su voz a El Camino de las gaviotas, un corto animado coproducido por Cuba y Brasil, en el que cantó en español y en portugués.

Nunca hubo mejores versiones de los temas Lo que me queda por vivir, de Alberto Vera, La era está pariendo un corazón, de Silvio Rodríguez, o Vuela pena, de Amaury Pérez, que las interpretadas por Omara. Ha llevado su voz a todas las latitudes, lo que la hace sin duda alguna, una de las grandes del pentagrama cubano.

Considero justo y pertinente el homenaje de Lester Hamlet y aunque no gusto de señalar lo que me habría gustado más, o menos, en la creación artística que no es la mía, creo que el documental hace una apretada síntesis de una extensa carrera.

Le reprocho la ausencia de entrevistas a personas que viven fuera de Cuba, como Haydée Portuondo y el tratar de “cubanizar” la imagen de Omara, mostrándola como una mujer extremadamente alejada de la pose de estrella, haciendo las labores de la casa, caminando por las calles. No dudo de la sencillez de la cantante, pero casualmente una prima mía es su empleada doméstica.

De todas formas, vale el material y agradecí verlo.

Dariela Aquique

Dariela Aquique: Recuerdo mis años de estudiante como Bachiller, aquella profe que interrumpía la lectura de obras y con histrionismo sorprendente hablaba de las posibilidades reales de conocer más la verdad de un país por sus escritores, que por crónicas históricas. De ahí mi pasión por las letras, tuve excelentes profesores (claro, no eran los tiempos de maestros emergentes) y la improvisación y el no dominio de la materia quedaban descartadas. Con humildes pretensiones y la palabra de coartada quiero contribuir a mostrar la verdad de mi país, donde la realidad siempre supera a la ficción, pero donde un estilo novelesco envuelve su existencia.

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One thought on “Omara: Cuba, el documental

  • Omara, la eterna reina del “rubato”…Inigualable a la hora de jugar con el tempo, de descolocar y reubicar compases, pero con tanta gracia…

    No entendí cómo “descubaniza” a la cantante tener una empleada doméstica …La familia de Julio Antonio Mella siempre mantuvo apego raigal a la Isla…Y mi madre fue su cocinera…

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