Mazazos y discursos

Dariela Aquique

Fidel Castro en 1964. Foto: cubadebate.cu

HAVANA TIMES — La estrategia de condicionar y de dictaminar la Enseñanza y la Cultura del país desde cánones políticos (entiéndase que hago referencia a la incondicionalidad con lo estipulado por el régimen) se deja ver claramente desde aquel archiconocido discurso de “Palabra a los Intelectuales”.

Sin embargo estuve revisando demás materiales y encontré otra disertación del 30 de abril de 1971, en un discurso pronunciado en la clausura del 1er Congreso Nacional de Educación y Cultura. Tomado de http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/

Discursos

Refiriéndose a los análisis de dicho evento, según el señor Comandante:

(…) los temas que suscitaban más ardor, más pasión y más unanimidad, los que provocaron los más clamorosos aplausos, fueron precisamente esos temas que abordaban las cuestiones ideológicas, las cuestiones políticas, las cuestiones revolucionarias, y que revelaban hasta qué punto las ideas revolucionarias, las ideas patrióticas, las ideas internacionalistas, las ideas marxista-leninistas han calado profundamente en el corazón y en la conciencia de nuestro pueblo y muy especialmente en una gran parte de nuestros educadores. Y cómo los maestros enviaron aquí delegados que eran fiel reflejo de ese pensamiento, de esas ideas, de esas posiciones verticales y radicales en la política que es fundamental (…)

Me he dado a la tarea de subrayar los textos que considero temibles. Pues desde ya, las generaciones venideras tendrían una instrucción programada. Sin la más mínima opción de réplica, lo que haría a estas, limitadas en su capacidad de conocimientos, análisis y compresión de muchos hechos. ¿Cómo puede hablarse entonces de que en nuestro país la Educación está a la altura de la del primer mundo? Y presumir además de ser un pueblo culto (hablo de la educación, no del sistema educacional, hablo de nivel cultural, no de ser culteranos)

Encontré muchas más frases, tan alarmantes como estas:

(…) Pero hay que tener un criterio preciso acerca de las prioridades de nuestro Instituto del Libro. Y ese criterio se puede resumir con estas palabras: en los libros que se impriman en el Instituto del Libro, la primera prioridad la deben tener los libros para la educación (APLAUSOS), la segunda prioridad la deben tener los libros para la educación (APLAUSOS), ¡y la tercera prioridad la deben tener los libros para la educación! (APLAUSOS.) Eso está más que claro. (…) A veces se han impreso determinados libros. El número no importa. Por cuestión de principio, hay algunos libros de los cuales no se debe publicar ni un ejemplar, ni un capítulo, ni una página, ¡ni una letra! (APLAUSOS.)

Aquí se muestran los elevadísimos niveles de censura que afrontó (y afrontan) las publicaciones en nuestra Isla, donde si no eres un escritor comprometido con la Revolución, tu obra estará condenada al ostracismo. Incluso más allá del compromiso, dependerá de las interpretaciones y decisiones de algunos elementos que a partir de ciertos patrones decidirán qué debe o no leer la gente. Esto me recuerda a la Santa Inquisición.

Mazazos

El respeto a los intelectuales y artistas, y el grado de promoción o permisión de visibilidad de ellos y de su obra, estará sujeto a su postura política, más allá de sus dotes reales como creador. Y veamos esta lamentable sentencia del Gran Hermano:

(…) Nuestra valoración es política. No puede haber valor estético sin contenido humano (…)

¿De qué valores humanos nos habla?, ¿de los definidos por él?

¿No hay valor humano en Paradiso, la novela de Lezama Lima?, que estuvo tantos años sin ser editada y  a la que se le ha hecho justicia, con lo años en esta etapa de “nueva vecindad”. ¿No la hay en toda la obra de Virgilio Piñera, también postergada, y ahora ponderada hasta la saciedad? ¿No hay valor humano en las novelas de Reinaldo Arena? ¿O en las de Guillermo Cabrera Infante? ¿O en la poesía de Heberto Padilla? Y para citar ejemplos más recientes y menos conocidos, ¿tampoco la hay en la obra de Faisel Iglesias, o de Luis Orlando Pardo Lazo?

Solo porque no le pareció entonces y no le parece ahora a los dirigentes de la Revolución. ¿De cúanta obra literaria y artística se nos ha privado? Y me estoy refiriendo a la nacional, sin hacer mencionar la internacional.

Discursos

El irrespeto y el desprecio hacia la intelectualidad, se manifiestan en estas líneas del discurso:

(…)Y desde luego, como se acordó por el Congreso, ¿concursitos aquí para venir a hacer el papel de jueces? ¡No! ¡Para hacer el papel de jueces hay que ser aquí revolucionarios de verdad, intelectuales de verdad, combatientes de verdad! (APLAUSOS.)

(…)Y para volver a recibir un premio, en concurso nacional o internacional, tiene que ser revolucionario de verdad, escritor de verdad, poeta de verdad (APLAUSOS), revolucionario de verdad. Eso está claro. Y más claro que el agua. Y las revistas y concursos, no aptos para farsantes. Y tendrán cabida los escritores revolucionarios.

(…) Cómo han estado recibiendo premios esos señores, escritores de basura en muchas ocasiones. Porque independientemente de más o menos nivel técnico para escribir, más o menos imaginación, nosotros como revolucionarios valoramos las obras culturales en función de los valores que entrañen para el pueblo (…) En los tiempos contemporáneos, ¿se considera intelectual a quién? Hay un grupito que ha monopolizado el título de intelectuales y de trabajadores intelectuales.

(…) Cuando digo ratas intelectuales, esté claro que no nos referimos, ni mucho menos, a todos los intelectuales. ¡No! ¡Allá también son una minoría! Pero digo los marineros, las ratas que pretenden convertir en cosa trascendental su mísero papel de tripulantes de embarcaciones que se hunden en los mares tempestuosos de la historia.

Pero este es un discurso de hace 41 años, lo terrible es lo que ha pasado y sigue pasando ahora mismo. Esos mazazos a la cultura, que ya no solo dependen de los niveles de incondicionalidad al régimen. Ahora la paranoia va también por otros derroteros, como el tema de que un artista tiene que ver qué dice y a quién se lo dice y que ni sueñe con pretender ser rico.

Mazazos

Puede que seas afecto a la Revolución, incluso que hayas sido reconocido y condecorado por ella, sin embargo eso no bastará si les parece que estás lucrando. Dos ejemplos fehacientes y penosos de esta política de hostigamiento a los creadores fue toda la campaña que se desató en los 90 contra la PM Record de Pablo Milanés, hasta lograr que este decidiera cerrarla, y la clausura del Taller de Creación del artista plástico Pedro Pablo Oliva, en Pinar del Rio el año pasado, por precisiones gubernamentales, a causa de ciertas declaraciones hechas por el pintor

Y ahora, toda la cofradía desatada para desarticular el próspero negocio El Cabildo, una empresa privada de130 empleados en la ciudad de La Habana. Esta compañía fue fundada por Ulises Aquino, un prestigioso barítono que también fundó la Ópera de la Calle en el 2006.

El Cabildo fue un precursor en la iniciativa de poner a trabajar a artistas por cuenta propia en una suerte de cabaret. Aquino, bajo el auxilio del Ministerio de Cultura, juntó las licencias de tres restaurantes y en un local abandonado y en ruinas instaló su negocio donde los clientes pagaban 50 pesos la entrada, (2 cuc), mientras a los turistas se les cobraba 10 cuc de domingo a jueves y 25 cuc por el programa cultural de los fines de semana.

Y cito a http://lta.reuters.com/article/entertainmentNews/

(…)Pero Aquino Guerra tuvo la mala suerte de que El Cabildo empezara a llamar la atención y de que Reuters se lanzara con un titular grandilocuente: En Cuba, un cantante de ópera construye un imperio.

Así­ que 10 días después de aparecida la nota, el 23 de julio, la Directora de Trabajo del Municipio Playa dictó resolución 29/2012 resolviendo retirar a Ulises Aquino Guerra la autorización para ejercer como trabajador por cuenta propia porque se comprobó el cobro de un cover de 2.00 cuc o 50 pesos en moneda nacional durante el espectáculo que ofrece la Compañía Ópera de la Calle, la cual está ¡subvencionada por el Ministerio de Cultura, cuyos ingresos son utilizados para beneficio personal. (Entre otras ilegalidades).

A esta medida respondió pública y enérgicamente el artista en una carta abierta que circula en Internet y dirigida a la Directora de Trabajo del Municipio Playa. En esta se explican los pormenores de la empresa y se critica la forma arbitraria en que irrumpirán los inspectores en el local en medio de una función. Pero no pasa nada, no se le devuelven las licencias, El Cabildo acabó, quizás también pronto (ojalá que no) acabe la Ópera de la Calle.

Sí eres un artista, un intelectual cubano y quieres andar sin problema, cállate, asiente, no ganes más dinero del que ellos determinen. Así, tu obra llegará a las masas populares, no serás tildado de rata, ni cerrarán tus talleres, ni tus empresas. No se harán notar esta manera los mazazos que recibe la cultura, en nombre de la cultura, los que ya se revelaban desde antiguos discursos.

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