Las predicciones del horóscopo
Dariela Aquique
HAVANA TIMES — “Oye, ¿ya te leíste el horóscopo del 2013?” “No, ¿Qué tal está nuestro signo este año?” “Maravilloso, mi amiga, las predicciones son buenísimas. Dice que es el año de viajar.”
Esa es la conversación de dos mujeres que escucho por casualidad. Inmediatamente reflexiono, de como para los cubanos, el hecho de viajar se ha convertido en la más grande de sus metas o en su más apreciado sueño por realizar.
Las distancias en una isla, son tan pequeñas como la posibilidad de cambiar una isla. Por eso en las islas: el sexo, las comidas y la política son temas obligados para sus moradores. Como el sexo, las comidas y la política son el principio, el intermedio y el fin de una conversación cualquiera y obligada. Esos temas agobian.
Hablar de viajar es más reconfortante, es como una fuga…; de esa fuga (a veces) nace la posibilidad de salvar distancias y cambiar una isla. De hecho, a costa de esos que viajan (con o sin retorno), se sostiene esta isla.
Las vías o manera de hacerlo no es lo más alarmante. Es ver y oír todos los días, como casi todos los naturales sueña con irse de aquí:
-Salir a estudiar a una beca en el exterior.
-Irse a una colaboración.
-Que un amigo o pariente te haga una carta de invitación.
-Por reunificación familiar en el exilio.
-Casados con extranjeros y muchas veces pagando con su cuerpo el precio de su pasaje.
-Pagándose una lancha y arriesgando la vida.
El hecho es que a la gente no le importa abandonar a los suyos, a los de siempre. Dejar su tierra envueltos en una niebla de fábulas. Locos por alcanzar el sueño americano, o el europeo, o el asiático, o el medioriental.
Lo que habla bien claro, es que de acá nos dejaron sin sueños. La obsesión es llegar a esas tierras extrañas, esperando suplir las carencias a las que has estado tanto tiempo condenado.
La nueva política migratoria trae a todos como locos. Vendiendo sus propiedades. Entrando a Facebook y a Twitter y pidiendo a los amigos y la familia, que les tiren un cabo…. Los más jóvenes queriendo cambiar sus horizontes. Los más viejos, no queriendo morirse sin conocer otros espacios.
Es esa la vida del cubano, consultando todos los distintos modos adivinatorios del “destino”: ¿A ver que trae el nuevo año? Esperanzados en las predicciones del horóscopo.