La última imagen

Dariela Aquique

Fidel Castro votando el 3 de febrero. Foto: TeleSur

HAVANA TIMES — En las películas, en las novelas, los finales siempre son muy importantes. La última imagen es la que se queda en la memoria.

Así es la vida real, las últimas impresiones que se tengan de un ser o hecho, harán que se les recuerde encumbrado o tristemente.

Por eso los deportistas, los artistas, que son figuras notorias, se retiran en la gloria de sus carreras. Por eso se recuerdan victoriosos, sonrientes, enérgicos, alzando sus medallas y premios.

En la historia pasa igual y los héroes son los que mueren en combate o los que regresan vencedores del campo de batalla.

Los políticos debieran hacer lo mismo y retirase de la palestra pública en pleno esplendor. Pero en algunos casos no es así, sobre todo en aquellos, donde los períodos de mandato son extremadamente extensos, donde el aferrarse al poder es su talón de Aquiles.

La vejez es una mala pasada, que trae consigo decrepitud, debilidad, desgaste físico y casi siempre esa última imagen lastimera de anciano balbuceante. Esa imagen contrapuesta al recuerdo del gobernante brioso e imponente.

Y fueron compasivas para mí, las últimas imágenes que he visto de Fidel, ayer en las noticias del proceso eleccionario en Cuba. El robusto Comandante, el hermoso marcial de voz potente y barba abundante, es un pobre viejito encorvado de dicción ininteligible.

Pero como reza el viejo refrán: genio y figura hasta la sepultura, hacen que no renuncie a su soberbia habitual, y no permita ser ayudado a echar la boleta en la urna.

Les confieso que me resultó compasiva su imagen. Él, que tantas veces me hizo experimentar con sus discursos y decisiones sentimientos encontrados, al que admiré y al que no pude aguantar en ocasiones. Del que sentí orgullo y decepción.

El adalid de la Revolución, que como humano hizo bien e hizo mal, no obstante se convirtió en uno de los hombres más grande de su tiempo, lo que le valió estar entre las 100 personalidades más trascendentales del pasado siglo XX.

Hoy apenas se menciona en un ámbito más allá del contexto nacional. Incluso llamó mi atención que fuese escasamente nombrado en el reciente Fórum, Por el equilibrio del mundo, celebrado en la Habana. Que su obstinada faena por la integración latinoamericana, recoja las palmas en la figura de su discípulo Chávez.

Finalmente la historia no le absolverá, sus compañeros caídos, son mártires y héroes. Su prosélito venezolano goza de la fama de prócer continental. Y él, como una jugarreta del destino, nos deja una última imagen clemente.

Dariela Aquique

Dariela Aquique: Recuerdo mis años de estudiante como Bachiller, aquella profe que interrumpía la lectura de obras y con histrionismo sorprendente hablaba de las posibilidades reales de conocer más la verdad de un país por sus escritores, que por crónicas históricas. De ahí mi pasión por las letras, tuve excelentes profesores (claro, no eran los tiempos de maestros emergentes) y la improvisación y el no dominio de la materia quedaban descartadas. Con humildes pretensiones y la palabra de coartada quiero contribuir a mostrar la verdad de mi país, donde la realidad siempre supera a la ficción, pero donde un estilo novelesco envuelve su existencia.

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2 thoughts on “La última imagen

  • ..fidel castro hizo como chacumbele…y me gusta pensar que el principio de la decadencia de su imagen fue en aquel nefasto discurso en el aula magna de la universidad de la habana donde la emprendio con el “maligno” dollar de los “buenos” familiares del norte que enviaban remesas para que se ejecutara en este pais la factura mas sorprendente respaldada por un dolar para la adquisicion de litros de leche.

  • Si la historia lo absolverá o no, no creo que es un juicio que podamos monopolizar a título individual. Habrá que dejarlo en manos de un consenso histórico, o aplicarnos a una interminable encuesta, de esas que no tienen para cuando acabar.

    Lo que sí queda claro es su impronta en el devenir del pasado siglo, más allá de las fronteras nacionales.

    Muchas lecciones se desprenden de su gestión al frente de Cuba, – positivas y negativas, como bien señalas – y que podrían abarcar desde “la insoportable levedad del ser” que se evidencia en su actual estado físico, hasta un fructifero corolario político expresado en el sitio que Latinomérica en pleno le acaba de conceder a Cuba en el seno de una flamante CELAC.

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