La Cuba que nos alegra y que nos duele

Dariela Aquique

De la pelicula cubana "Juan de los Muertos".

HAVANA TIMES — De visita por la capital de la isla, varias son las opciones artísticas que me invitan a no dejarlas pasar. La XI Bienal de Artes Plásticas exhibe fabulosas propuestas, donde instalaciones, arte digital y collages se integran para que la posmodernidad invada por estos días a la ciudad.

Un edificio en el Paseo del Prado atestado de gigantes hormigas, una réplica del Caballo de Troya que recorre diferente sitios del emporio o una descomunal maceta, con un árbol sembrado adorna el malecón y todo esto alegra.

Pero a disparidad derrumbes y demoliciones por todas partes podrían confundir a los foráneos, preguntándose dónde empieza y dónde terminan los performances de artes visuales y esto duele.

Me voy al Cine Yara a ver el estreno de una película cubana que mucha promoción ha venido teniendo, Juan de los Muertos de Alejandro Brugés, siempre bien acogidas por el público cada nueva presentación de nuestra filmografía, es una divertida sátira del absurdo, donde una vez más se coquetea con la auto burla a la penosa realidad nacional.

Con un buen uso de efectos especiales, aunque lamentablemente con un reparto muy disparejo en cuanto a niveles actorales, no por esto deja de llenar las salas y que entre un exceso de malas palabras y las ya manidas críticas sociales, los cubanos se rían de sus propias desgracias ilustradas y así se alegran y se duelen.

Tarde en la noche me fui al café del Bertolt Brecht, a un concierto de Interactivo y mucho más tentadora se hacía la propuesta cuando nos enteramos que la invitada de la noche sería Xiomara Laugart. Pero como acá nada es perfecto, las primeras desilusiones son cuando a la entrada se anuncia que no estará funcionando el aire acondicionado.

Vale la pena sudar por volver a oír a una de las más grandes voces femeninas de Cuba. Traspirando a mares, no lamentas el contratiempo si tienes la oportunidad de encontrarte allí a la maestra Lucía Huego, a Martha Campos y a Anais Abreu.

Tomamos cuanta cerveza fue posible asimilar y en espera de Xiomara, sientes que te alegras.

Eduardo del Llano, me comenta que ya no saldrán mas (al menos por ahora) nuevos capítulos de la serie de Nicanor,… es cuestión de presupuesto económico, me dice y esto duele.

Empieza el concierto y el virtuosismo del jazz, fusionado con el pop, la timba, el son y la trova, ponen aún más caliente la salita del Brecht.

Bailamos y coreamos los estribillos de las canciones de William Vivanco y de Francis del Río, esto nos alegra.

Pero Xiomara finalmente no cantó, estaba ronca, de todas formas fue bueno volver a verla. Anda por acá de visita en Cuba, se ira de nuevo a Nueva York, como lo decidió hace 15 años, como se han ido tantos, como han de seguirse yendo.

Así es Cuba, en la que vives experimentando constantes sensaciones de alegría y dolor mezclados y a veces no logras definir, ni qué realmente sientes.

Dariela Aquique

Dariela Aquique: Recuerdo mis años de estudiante como Bachiller, aquella profe que interrumpía la lectura de obras y con histrionismo sorprendente hablaba de las posibilidades reales de conocer más la verdad de un país por sus escritores, que por crónicas históricas. De ahí mi pasión por las letras, tuve excelentes profesores (claro, no eran los tiempos de maestros emergentes) y la improvisación y el no dominio de la materia quedaban descartadas. Con humildes pretensiones y la palabra de coartada quiero contribuir a mostrar la verdad de mi país, donde la realidad siempre supera a la ficción, pero donde un estilo novelesco envuelve su existencia.

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2 thoughts on “La Cuba que nos alegra y que nos duele

  • muchacha, qué manera de envidiarle el recorrido!

  • jajaja Eso siempre ha sido asi, por eso somos como somos, porque nos reimos de nuestras desgracias.. jejejeje

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