Fiesta, vandalismo y el sarcasmo de los santiagueros

Dariela Aquique

VallaHAVANA TIMES — Cuando regresé a casa, después de casi dos semanas en La Habana y luego de haber descansado del tortuoso viaje que siempre me toca hacer de la capital a mi terruño, quise ponerme al día de cómo iban las cosas por acá.

Resulta que por esta fecha siempre se está celebrando el Festival de la Cultura de Origen Caribeño o Fiesta del Fuego, como también es conocida. Pero la noticia que recorría la ciudad de punta a punta, no era el Festival caribeño, sino un incidente protagonizado por algunos opositores, según la versión popular, miembros de la UNPACU.

Cuentan que una semana antes de comenzar los jolgorios del Caribe, se estaba celebrando una vista oral en el Tribunal Provincial de Justicia de la ciudad de Santiago de Cuba a uno (o algunos) disidentes (este dato no lo tengo corroborado).

Y mientras tanto en las cercanías de este sitio, algunos protagonizaron un acto de vandalismo al incendiar una valla que exhibía los rostros gigantescos de Fidel y Raúl y un texto sobre la ciudad de Santiago. Lógicamente fueron apresados casi ipso facto.

Como deben suponer, la gente se cuida de hacer comentarios públicos del sonado suceso de la quema del cartel, por aquello de que ¿no se sabe, quien es quién? y no vayan a verse de pronto en una salita de interrogatorios.

Pero el sarcasmo es un condimento esencial que no falta jamás en la vida cotidiana del santiaguero y algo de chiste tenían que sacarle al acontecimiento. Todos los 9 de julio, el día final del Festival del Caribe, en la Alameda santiaguera se quema un enorme tótem construido con materiales rústicos que simboliza el mal y que llaman el Diablo.

A toque de tambores se hace una pira gigante del fetiche y alrededor de él, la gente canta y baila como un paroxismo total. Alguien con un agudo sentido del humor, estableció la analogía entre el ritual de los festejos y el incidente con los opositores. Por eso hay quienes andan diciendo que adelantaron unos días la quema del Diablo.

Así están las cosas por acá, de Fiestas, vandalismos y sarcasmo.

Dariela Aquique

Dariela Aquique: Recuerdo mis años de estudiante como Bachiller, aquella profe que interrumpía la lectura de obras y con histrionismo sorprendente hablaba de las posibilidades reales de conocer más la verdad de un país por sus escritores, que por crónicas históricas. De ahí mi pasión por las letras, tuve excelentes profesores (claro, no eran los tiempos de maestros emergentes) y la improvisación y el no dominio de la materia quedaban descartadas. Con humildes pretensiones y la palabra de coartada quiero contribuir a mostrar la verdad de mi país, donde la realidad siempre supera a la ficción, pero donde un estilo novelesco envuelve su existencia.

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6 thoughts on “Fiesta, vandalismo y el sarcasmo de los santiagueros

  • Sí, pero los mismos que dicen eso, son los que después van a los actos a aplaudir como focas al “Diablo”, cada vez que va a santiago a repetirles la misma baba de siempre. Por eso Cuba está como está

  • ¡Lástima solo pudieron quemar las copias, no los originales! :-)

  • Mas que de vandalismo sería un acto de valiente activismo, algo que el 99% de la población no sabe qué es, absorto en el cotidiano agachar la cabeza y refunfuñar a un lado.

    ¡Gracias Fidel!

  • Pepe:

    Las cosas que tiene la sicología lingüística: quemar un cartel con la forto de un dictador en “vandalismo”; y mandar para terapia, de una pateadura, a una Dama de Blanco, es “intransigencia revolucionaria”.

    ¡Pobre Cuba!

  • Hace poco, en un miserable acto de repudio, las turbas neofascistasd derrumbaron casi entero el humilde bohío donde vivía un disidente, estando sus habitantes allí.

    ¿Cómo se llama eso?

  • Eso se llama un acto cobarde y de terror de parte de la Gestapo castrista.

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