De vuelta a la botella

Dariela Aquique

Jose Miguel Gomez. Foto: wikipedia.org

HAVANA TIMES, 16 abril — José Miguel Gómez fue un militar y político, elegido segundo presidente de la República de Cuba por el partido liberal,  que desempeñó su mandato durante cuatro años, desde 1908 hasta 1912 en que dimitió.

Ejecutó grandes obras como las del alcantarillado y pavimentación de La Habana, también prestó gran interés a las comunicaciones y los trabajos sanitarios, creó las granjas escuelas para garantizar una enseñanza rural y estableció las Academias de Arte de Letras y de la Historia, así como el Museo Nacional.

Sin embargo su gobierno fue muy criticado por algunas concesiones de servicios público y de leyes muy discutidas en la época como la autorización de las peleas de gallos y la lotería nacional, así como por escándalos de corrupción, por lo que recibió el mote popular de Tiburón que Cuando se baña salpica, en alusión a la repartición de cargos público entre sus allegados, lo que pasó a la posteridad en el argot popular como las botellas.

La botella, fueron puestos otorgados a ciertos individuos que por ser favorecidos de los gobernantes, obtendrían nombramientos, cuya razón de ser era inexistente, sin embargo cobrarían por ello.

Una de las prioridades del plan de reformas de la Revolución fue desde sus inicios, desaparecer las botellas, pero realmente no ha sido tan así.

Hace unos años cuando trabajaba como profesora de Dramaturgia en la Escuela de Instructores de Arte de mi ciudad, reencontré a un señor que había sido el director del Instituto pre-universitario donde yo había estudiado.

Este individuo se había jubilado hacía algunos años, sin embargo sus relaciones en la dirección de Educación eran excelentes y alguien por ayudarle hubo de facilitarle un contrato como asesor de la directora de la escuela antes mencionada.

Un día coincidimos en uno de los pasillos y al reconocernos ambos, entablamos conversación, en la que él me confesaría: … que estaba ocupando aquella plaza, la que realmente no tenía contenido de trabajo alguno, pero que era una opción muy cómoda contar con otro salario aparte de su retiro…

Reí con cierto sarcasmo y le dije: …ah, una botella. A lo que él me respondería: no diga usted eso compañera…

Hace unos días, leía en la prensa como dos grandes dirigentes, el ex-ministro de Cultura Abel Prieto Jiménez y José Ramón Fernandez también antiguo ministro de Educación y recientemente directivo de actividades relacionadas con el deporte; al haber sido movidos de sus anteriores cargos, pasarían a ocupar plazas de asesores directos del presidente.

Fue entonces que vino a mi mente esta reflexión, estamos de vuelta a la botella.

Dariela Aquique

Dariela Aquique: Recuerdo mis años de estudiante como Bachiller, aquella profe que interrumpía la lectura de obras y con histrionismo sorprendente hablaba de las posibilidades reales de conocer más la verdad de un país por sus escritores, que por crónicas históricas. De ahí mi pasión por las letras, tuve excelentes profesores (claro, no eran los tiempos de maestros emergentes) y la improvisación y el no dominio de la materia quedaban descartadas. Con humildes pretensiones y la palabra de coartada quiero contribuir a mostrar la verdad de mi país, donde la realidad siempre supera a la ficción, pero donde un estilo novelesco envuelve su existencia.

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4 thoughts on “De vuelta a la botella

  • Pero botella buena, con viajes y todo. Es lo que yo llamo “botella viajera”.

  • Bueno, creo que lo más grande de Gomez fue haber logrado reinstaurar la república, si no es por el cabildeo de él y el partido liberal, los americanos se habrían quedado

  • el consejo de estado completo debe estar borracho de tanta botella.

  • Mi amiga Dariela,eso exite en todos los paises,y tiene que ver,con los Partidos Politicos…se le llaman “regalos de influencias”el “argot popular cubano” le puso “la botella”…saludos..

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