Ahí, Ná Má…
Dariela Aquique
HAVANA TIMES — Cuando hace apenas unos días, México, Colombia y América toda, lloraban la partida del Gabo y casi al unísono se sumó el lamento de los puertorriqueños cuando despedían a su Cheo Feliciano y los dominicanos sabían del dolor por la noticia de la muerte de Sonia Silvestre. Pero no imaginábamos los de la isla, que la muerte andaba revoloteando el Caribe y que también se detendría aquí para llevarse a Juanito.
No llegan aún las primeras lluvias de mayo, pero ya caen espesas gotas frías sobre cada cubano que bailó en una fiesta con el ritmo inigualable de Van Van. O que se enamoró en un parque con un feeling de aquellos que compuso Formell para que Elena Burque lo hiciera inmortal.
Murió Juan Formell, el bajista, arreglista, compositor, cantante, productor discográfico y el director y fundador de la legendaria y más popular orquesta de Cuba, Los Van Van.
El que como músico y arreglista fue un alquimista de géneros y ritmos melodiosos. El que como compositor fue un cronista de la cotidianidad y la idiosincrasia del cubano. El carismático maestro que gritaba en todas partes: ahí, na´ ma´…, dejó a La Habana y a los suyos, repentinamente.
Pero nos deja sus canciones y su música, sus más de veinte discos, sus bandas sonoras para el cine, el teatro, la televisión.
La vida le hizo justicia y hace apenas unos meses, el pasado noviembre, recibió el Premio Especial a la Excelencia Musical de los Grammy Latino, para completar una larga lista de premios y reconocimientos nacionales e internacionales.
El viernes miles de cubanos le rindieron homenaje en el Teatro Nacional de Cuba. También en cada provincia, en cada municipio y en cada pueblo del país se harán cantatas en su memoria.
Cantado y bailando La Sandunguera, el Buey Cansao, La candela, Pastorita, Marilú, La titimanía o El negro no tiene na´. Así recordaremos a Formell y ahuyentaremos del Caribe a la muerte, la que se irá bien lejos cuando escuché a todo un pueblo que le grita: ahí, na´ ma´…