A recoger cabuya

Dariela Aquique

HAVANA TIMES — Recoger la cabuya, es una vulgarización de retractarse y hace algún tiempo en Cuba que los términos: empresas mixtas, sociedades anónimas, inversión extranjera son excesivamente usuales. Terminologías estas que tienen mucho que ver con la economía de mercado, que tanto es criticada por el gobierno y que se empeña en disimular su práctica.

Cuando se desplomó el campo socialista europeo a principio de los noventas. La clásica actitud estólida del Estado se puso de manifiesto una vez más en sus desesperadas tomas de decisiones.

Fue así que, se le dio al desarrollo de la industria del turismo toda prioridad y se hicieron a un lado otros sectores estratégicos, como el de la producción azucarera, para citar alguno.

Aunque no puede negarse que el turismo haya garantizado a Cuba altos ingresos en divisa, si debe decirse que ha sido un proceso gradual, no inmediato y que también trajera consigo otros males sociales.

Una colectividad sumida en la pobreza y mal educada en el desapego al trabajo, tiende a subvertir sus valores y crecieron vertiginosamente los índices de prostitución, drogadicción y enfermedades de transmisión sexual.

Los jineteros y jineteras comenzaron a ser un grupo altamente combatido por las fuerzas represivas y se crearon incluso cárceles para las nuevas prostitutas, eufemísticamente llamados, centros para aseguradas.

Las diferencias de clases se acentuaron cada vez más y el robo a pequeña escala de los trabajadores, quienes no pierden la oportunidad de llevarse a sus casas, insumos y víveres que no podrían comprar en las tiendas recaudadoras de divisa a irrisorios precios, nada compatible con sus infelices salarios.

Y el robo a gran escala manifiesto en el desvío de recursos y malversaciones de gerentes y altos directivos y hasta lavado de dinero, hizo la otra parte del desastre.

El propio Fidel Castro en uno de sus discursos reconoció públicamente que el turismo fomentó estas rémoras. Sin embargo cada vez más se volcó el país en amplificar su nueva fuente de entradas, la que junto a las remesas familiares que reciben los nacionales del extranjero y las misiones y “colaboraciones” de profesionales de la salud, la educación y el deporte básicamente son los tres reglones fundamentales de ingresos monetarios a la isla.

Porque producir…, nosotros no producimos prácticamente  nada.

Ahora con la salida de Repsol de Cuba, al no encontrar petróleo en el primer pozo pinchado y la posible gravedad de la salud de Chávez, se disipan las esperanzas de autoabastecernos y además exportar el oro negro y como si fuera poca, pone en peligro las grandes cantidades de barriles de combustible que recibimos a diario.

Pero como en los noventas, hay ya preparado un plan B para las contingencias. Punta Colorada Cuba Golf Marina, un proyecto de construcción de numerosos campos de golf, centros de recreos, hoteles de lujo, cotos de caza y dársenas  para turismo VIP.

Aunque no se habla detalladamente de este propósito, se sabe que se ha comenzado ya su cimentación.

Pero, ¿no será esta maniobra, otro pilar para la corrupción y la perversión social?, como dijera en alguna ocasión el expresidente.

¿Qué es este proyecto, sino una abierta muestra de inserción en la economía de mercado, de la que tanto ha despotricado el gobierno socialista? Nada que no les queda otra que recoger cabuya.