American Ballet Theatre en una isla caribeña

Danae Suárez

El 22nd Festival Internacional de Ballet de La Habana abre jueves 28 de oct.

¡Canta, oh musa, la cólera de Aquiles!  Así comienza una de las más famosas obras de la literatura universal.   Y así comenzó también “la cola” de las entradas para disfrutar de la presentación del American Ballet Theatre, prestigiosa compañía de Ballet Estadounidense que estará visitando nuestro país en el 22 Festival Internacional de Ballet de La Habana (28 oct. – 7 nov.), y que para nuestro orgullo, esta vez contará con la actuación del afamado José Manuel Carreño.

Temprano en la mañana del día lunes de la semana pasada me dirigí al teatro Carlos Marx, cede de este prestigioso evento.  Cuando llegué aquello era  “La guerra de Troya” con Aquiles, Patroclo, Héctor y todos los dioses del Olimpo.   La  gente se agolpaba en filas de a 8 personas, todas empujando y gritando.

En medio de la debacle se oyó una voz de una “trabajadora del pueblo”: «Yo soy el número 10, así que no se me pueden poner 20 delante porque me pongo “malita, malita” – decía mientras se daba acaloradas palmadas en la cadera como para reafirmar su convicción.

Tratando de lograr unas entradas.

Esta vez un policía prohibió “a las personas” pararse en la acera de enfrente mientras me animaba de modo caluroso, a no tirar fotos.

Obedientemente  guardé la cámara, hice mi cola, y por aquello de no ponerme “malita, malita” alcancé entradas para el último día, segundo balcón.  Cuando los griegos lograron tomar Troya, quiero decir, cuando todo se hubo calmado, pude tirar algunas fotos siempre teniendo cuidado de que el policía no se sintiera confundido al verse retratado.

En cuanto a la afamada señora número 10, momentos después pude confirmar que se trataba de una revendedora de tiques que no se pierde un festival de ballet.

¡American Ballet, no dejes de venir a esta isla donde un pueblo furibundo y exaltado es capaz de las más inimaginables hazañas con tal de disfrutar del buen arte!

Danae Suarez

Danae Suárez: Siempre me he sentido en la responsabilidad de defender valores que son eternos y que por desgracia han quedado olvidados en un mundo que tiende más a la despersonalización del ser humano y ¿Qué mejor lugar que mi país para hacer la tarea que debería asumir cada ciudadano consciente? : Trabajar por una sociedad mejor. Nunca olvido la famosa frase de la Madre Teresa de Calcuta: “Todo lo que hacemos no es mas que una gota en el océano, pero si no lo hacemos, esa gota faltará para siempre” y yo, estoy comprometida -desde mi convicción- a que mi gota no falte.