Al Cesar lo que es del Cesar
Danae Suarez
El pasado primero de diciembre el periódico Granma -órgano oficial de país – publicó una detallada explicación de cómo se implementará el nuevo régimen tributario para los trabajos por cuenta propia.
Son muchos los cubanos que, como paliativo de quedar excedentes en sus centros laborales, no les ha quedado más opción que ampararse en este tipo de trabajo.
Otros en cambio, hace ya mucho, desalentados por lo excesivamente bajo de los salarios cubanos, optaron por lanzarse a algún tipo de negocios por cuenta propia con el objetivo de hacer ligeramente mas rentables sus economías y poder sobrevivir en medio de una sociedad henchida de carencias.
Pareciera en una primera lectura que esta opción satisface, ciertamente, necesidad que un cubano amparado por su salario, no puede satisfacer. Sin embargo cuando analizamos el sistema de impuestos que tienen que asumir, nos damos cuenta que la vida del cubano medio, sigue siendo dura.
Para no aburrir con cuentas complicadas basta resumir que después de descontar los gastos procedentes de la actividad (generalmente el 40 percent de los ingresos), cada cubano debe pagar una larga lista de impuestos. El mayor de ellos, el impuesto sobre los ingresos personales que como promedio representa un 30 percent de los ingresos.
En definitiva, cada cubano “disfrutará” solo el 30 percent de todos sus ingresos, “el 30 percent de todos sus esfuerzos.”
El ejemplo básico que ilustra el periódico se refiere a un dueño de una cafetería que al deducir todos sus impuestos le quedan como utilidades netas 30 000 pesos al año, 2 500 pesos al mes (al cambio es igual a 100 CUC). Cifra que como sabemos – para un núcleo familiar dedicado a esta actividad como ocurre en este tipo de negocios- solo cubre los gasto elementales.
¿Pero que se puede hacer? Al Cesar, lo que es del Cesar, que tiempos mejores ya vendrán.