¿GPS para qué?
Danae Suárez
Qué contenta me puse cuando meses atrás leí en el periódico oficial de la nación que a cada ómnibus urbano, de las nuevas rutas P, le asignarían un GPS. ¡Llegó la tecnología al país!- exclamé.
Desde una central de control se podría detectar por medio de una pizarra electrónica la posición del ómnibus, el tiempo que estaría en la parada, si paró en ella o no, etc; y no solo esto, sino que la idea de que cada ómnibus debía aparecer en cada parada a una hora determinada, como sucede “allá afuera” -aunque el tiempo entre una guagua u otra fuera de unos exagerados 20 minutos o incluso media hora y no de unos 2 0 3 escasos minutos como sucede “allá afuera”- me hizo saltar del asiento de alegría, alegría que se vio ensombrecida cuando leí que cada GPS costaría alrededor de 300 dólares.. ¡Ojalá no sea por gusto! –pensé en ese momento.
Después de pasados unos cuantos meses debo decir, con sobrada frustración, que no solo los ómnibus siguen repletos y “cuando les da la gana” ahora ni siquiera PARAN en las paradas, como sucedió la semana pasada cuando me dirigía a una reunión importante.
Y yo me pregunto ¿Qué tipo tan extraño de GPS es este que tienen los ómnibus de hoy que le dan absoluta libertad al chofer para que haga lo que estime conveniente? ¿O será que dieron instrucciones al conductor de hacer todo lo contrario a lo establecido bajo la amenaza de que estarían atentamente vigilándolos por GPS?
Un amigo llegó a decirme: “los GPS pa’ lo único que funcionan es pa’ que los choferes ya no se cojan el menudo porque piensas que tienen puesta una camarita que los esta mirando” y yo, muerta de risa, llegué a creerlo.
Pero ni siquiera esto, amigos míos, pues en una confabulación del silencio, como son todas las confabulaciones en nuestra isla, pude constatar también cómo las personas prefieren muchas veces dar en la mano el menudo a los choferes al parecer, “para que se busquen lo suyo” o quizás “para que no se lo busque el gobierno”
Por lo demás me gustaría levantarme una clara mañana y descubrir que esta gran inversión en GPS hecha por el estado no quedó, como todas las cosas, olvidada en el viejo cajón de utopías no resueltas y que los ciudadanos de este país podremos salir a la parada, confiados de que a una determinada hora la guagua pasará…….y además, parará.
ESA MISMA DUDA HE TENIDO YO, CADA VEZ QUE VEO, CASI ATÓNITA, COMO EL P1 PASA CASI SIN CONGESTIÓN POR DELANTE DE LA PARADA DE CONCHA Y LUYANÓ Y NO SE DETIENE, SOBRE TODO EN EL HORARIO CRÍTICO DE LA MARCHA A L TRABAJO O EN EL DEL REGRESO DEL MISMO….
O SIMPLEMENTE PARA UNA CUADRA NATES O DOS DESPUÉS, HACIENDO CASO OMISO DEL DESCONTENTO DE LOS PASAJEROS….SE PODRÁN DESCONECTAR LOS GPS A VOLUNTAD DEL CONDUCTOR?????
es que el «sistema» no funciona, lo que pasa es que no se quieren dar cuenta, ni GPS, ni computadora, ni sistema operativo, ni la cabeza de un guanajo, cambien el sistema completo y veran que rapido todo empieza a funcionar….