Vivir en Cuba teniendo 20 años

Daisy Valera

HAVANA TIMES, 23 abr — Tengo un amigo que le ha dado por robar cervezas y botellas de ron en bares y tiendas de diferentes lugares de la ciudad.

En los despistes de los dependientes ha llegado incluso a abrir neveras y las ha cerrado, por cortesía.

Siempre termina corriendo con alguien a sus espaldas, hasta ahora ha sido el mas rápido.

En ocasiones el chico se pregunta a sí mismo, y yo con él, ¿cómo aun no le han roto su linda cara de muchachita?

Mi amigo pinta de maravilla, pero no está matriculado en ninguna academia. Trabaja haciendo guardias nocturnas.

Colecciona llaves que no abrirán ninguna puerta y velas para alumbrar no sé cuales caminos. No colecciona botellas.

El contenido de las que roba termina en su flujo sanguíneo o como regalos.

No tiene con qué pagar y las botellas al parecer están generalmente bien cerca de sus manos.

De todas formas sabe que son suyas.

Ha decidido que esos papelitos que llaman dinero no sean la medida de su felicidad.

El alcohol, contra todos los pronósticos, se ha convertido para él en una sustancia desenajenante.

No es cleptómano, se lamenta por el daño que causa a los dependientes y sí, tiene miedo, pero no es malo sacando cuentas.

Sabe que esos que se han tomado todo su chocolate*, no le pagan lo que le deben.

Ha concluido que debe tener aproximadamente cinco décadas de perdón por sus hurtos insignificantes.

Atención: mi amigo no roba a cuentapropistas y próximamente se pretende adueñar de algunos rollos de papel higiénico.

Grafitea un mensaje para la ciudad: ¡Putos Zombis!

Grafitea con nerviosismo, con compulsión, con un marcador plateado.

Mi amigo es una asalariado de 22 años, que vive con su familia en 10 metros cuadrados,

Todavía no me ha dicho que se quiere ir del país, y yo no me atrevo a preguntarle si es feliz.

Me ha contado que sus robos son un grito, o varios. Gritos para asustar al desaliento, la explotación y la miseria.
—–
*Alusión a la canción cubana El Bodeguero y a su estribillo: Toma chocolate, Paga lo que debes.

Daisy Valera

Daisy Valera: Edafóloga y Blogger. Escribo desde la Ciudad de México, donde La Habana a veces se hace tan pequeña que llega a desaparecer; pero en otras, la capital cubana es una ciudad tan pasado y presente que te roba la respiración.

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11 thoughts on “Vivir en Cuba teniendo 20 años

  • Que triste, …perdido en aquella selva agreste…esos son los costos , de ese sistema, unos roban, otros se emborrachan, otros ni lo uno ni lo otro, pero se amargan, y pierden las esperanzas, otros construyen balsas, o se “portan bien” y en el primer viaje se quedan hasta en Haiti, en fin…la historia de siempre, desde hace màs de 50 años. Generaciones y generaciones de almas extraviadas, perdidas…Ningun acto delictivo es justificable, lo injustificable son las causas que llevan a perderse a un ser tan joven. ¡Todos los que entrais, dejad toda esperanza! dice en el Canto III, la pluma del Dante que està escrito en el dintel de la puerta que conduce al infierno.Quizàs el socialismo como el infierno es eso, “la perdida de toda esperanza.”

  • Muy buena esta entrada de Daisy, concisa y directa, muy gráfica. Refleja una realidad innegable y deja que los lectores pongan el resto. Necesitamos muchos más jóvenes cubanos como esta joven. La realidad actual cubana es triste, pero hay que verla así, de frente, si queremos transformarla.

  • No muchas más, por favor. Con una, para que sea única, me basta… The days of Daysis are coming!

  • En Cuba, en China, en EEUU y en Somalia eso se llama robo. Y ni siquiera tiene el atenuante de que lo hizo para no morir de hambre, o para curar a un familiar enfermo. Sería aconsejable no confundir las necesidades reales de la gente con lo que en Cuba llamamos “despelote” o sálvese quien pueda. Si el chico realmente quiere gritar, que haga como el de Santiago. Sólo que ahora no hay Papa…

  • Apoyo la decisión del amigo de Daisy de tomar en la forma que quiera la parte de su trabajo que no le es retribuida por el estado. De esa situación es solo responsable el Estado cubano, porque no ha garantizado un trabajo digno ni al muchacho ni a los demás cubanos, en compensación con el trabajo realizado y un trabajo en que puedan desarrollar toda su creatividad y sus fuerzas productivas.
    Isidro:
    El hambre es espiritual, es el dolor punzante de echar tu talento a la basura porque vives en un país donde poco le importa a los que hacen las leyes tus necesidades espirituales, emocionales, por no decir las materiales.
    Los estados siempre tipifican como delito todo aquello que atenta contra su funcionamiento represivo. ?Acaso el gobierno no roba la fuerza de trabajo del chico cuando le paga una miseria? Quién los mete presos por robar (impunemente, legalmente) de esta manera?

  • Temo que cubanamente estás confundiendo la gimnasia con la magnesia, al condonar el delito. Sería aconsejable que, como principio, las fobias o simpatías ideológicas no nublen el tino de nuestro juicio. Hoy este joven parece justificar un simple latrocinio, escudándose en una supuesta protesta contra un Estado que lo esquilma y lo oprime. Eso es ahora. Si el día de mañana, según todo parece indicar hoy, esos comercios van a dar a manos privadas, como sucedía hasta 1968, cuando llegó la Ofensiva Revolucionaria, seguirá habiendo otros (al igual que los hubo en aquel entonces y antes y antes…) que a semejanza suya no podrán pagarse una botella. Y quizás optarán por robársela. Y entonces el dueño del local, sin preguntarle al chico si la sustracción obedece a que no le alcanza el sueldo, a que es un desempleado, o a que quiere dar un grito de protesta contra el status quo, recurrirá a la policía y a ley, que le ampararán en su demanda. Si eventualmente este joven del relato cae en cana por birlarse un litro de alcohol (con el agravante de recurrencia), ¿qué harán los que le apoyan? ¿Escribir a Amnistía Internacional para sugerir que exija la liberación del disidente de las libaciones robadas? ¿Convertir en suceso político el apresamiento de un vulgar ratero? Ojo, que el desespero político puede propiciar una explosiva mezcla cuando se junta con la anarquía…

  • Isidro:
    No es mi intención convencerte de nada, pero me parece que los mayores ladrones en el mundo son los que hacen las reglas, y reprimen a los que no las cumplen. Dígase policía, verdugos, jueces, políticos y representantes del Estado moderno.
    El mayor truco de estos ladrones es hacerle creer a las personas que es totalmente legal la explotación a la que están sometidos, hacerles creer que pueden llegar a ser ricos, hacerles creer que son los culpables de la crisis del Capital y del Estado.
    El socio que toma la cerveza sin pagarla, es el efecto de una causa que no puede cambiar. Un mundo sin dinero prometieron los bolcheviques.
    Cuando mencionas la anarquía, creo que te equivocas. La anarquía es precisamente la abolición de todas las causas que dan lugar a estos fenómenos. La anarquía no es desorden, sino un orden que no es el orden represivo actual.

  • Estimado Isidro
    No hace daño pensar en la existencia de más de un tipo de hambre y de gritos. Saludos

  • G. Caín:
    Te aseguro que tampoco espero convencerte. Lo importante es que en HT fluyan diversas visiones de la realidad. Creo que lo estamos logrando, ¿no?
    Sólo permíteme agregar un detallito en mi defensa. Cuando hablé de anarquía lo usé en la segunda acepción, según aparece en el diccionario Espasa-Calpe:

    Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe:
    anarquía

    f. Falta de todo gobierno en un estado:
    la anarquía es una forma utópica de organización social.
    Desorden, confusión o barullo por ausencia o flaqueza de una autoridad:
    pon orden en tu empresa, no dejes que reine la anarquía.

  • Hola, Daisy:
    Comprendo las angustias existenciales, pero ya ves como pienso. Me agregaste un comentario ahora, pero no me respondiste a la pregunta que te dejé en tu texto anterior. A propósito, con Erasmo te dejé una sugerencia…

  • “y yo no me atrevo a preguntarle si es feliz”

    Hacia rato que no sabia de un comentario tan soez… que si mis formas de dirigirme en ocasiones son propias de un barbajan puedo aceptarlo, he llegado a regar a la familia entera del insultado en turno con la mayor cantidad de palabras graves, y agudas que hagan referencia a lo mal que han nacido y de quien, pero jamas se me ha ocurrido algo asi, preguntarle a la gente si es feliz? esa sera la proxima que ocupe!

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