Teléfonos móviles, fetiche del pueblo
Daisy Valera
Una de las noticias que en los últimos días está en boca de todos los cubanos es la de la rebaja de tarifas a los teléfonos móviles, en dos años los cubanos pasaron de no tener posibilidad a acceder a un celular, a que fuera aprobado y hoy a que el minuto después de las 11 de la noche solo cueste 0,10 CUC (0,12 USD).
Desde que se permitió la compra de móviles los minutos costaban un precio de 0.45 CUC y era cobrado tanto a la persona que llamaba como a la que recibía la llamada, esto ha cambiado también.
El fenómeno de los celulares es algo que se ha expandido considerablemente en todo el país, y las nuevas transformaciones ayudarán a hacer más extendido el uso de esta forma de comunicación.
Pero la situación no es tan sencilla, podría pensarse que el uso de este teléfono es algo común que no tiene más aristas que ser utilizado como una forma mucho más rápida y fácil de comunicarte.
Pero la realidad muestra otra cosa, en un primer momento las personas comenzaron desesperadamente a comprar los teléfonos, pero nunca a hablar por ellos, porque ponerle la línea al celular tenía un precio de 40 CUC, una cifra considerable para la economía del cubano.
Así que el teléfono tuvo otro uso, jugar los juegos que tenía incluido, escuchar música, y lo más importante de todo, mostrar a la sociedad de que podías acceder a algo tan caro.
En algún momento, las personas comenzaron a instalarle a sus móviles las líneas pero tampoco hablaban, solo recibían mensajes y salían corriendo a buscar un teléfono público de donde llamar.
Actualmente es muy difícil estar cerca de un grupo considerable de personas sin ver como alguien muestra su móvil y explica todas las ventajas que tiene y la superioridad de este.
Las conversaciones sobre este tema pueden extenderse incluso horas, lo que comprueba que los teléfonos celulares se han convertido en un fetiche para un sector considerable de la población.
Todo esto sería un fenómeno aceptable si realmente los celulares fueran un medio de comunicación viable en Cuba, algo que aun no es realidad por los elevados precios de estos.
Por lo que, ver hablar de estos se convierte en algo definitivamente ridículo, es lamentable ver como para las personas, el portar algo actualmente inútil, se ha convertido en una necesidad para ser aceptados y reconocidos socialmente.