Recordando Tiananmen en Cuba

Daisy Valera

La gran mayoria de los buses mas nuevos que circulan en Cuba son de China. Foto: Caridad

Las alabanzas al socialismo chino, presentes con más frecuencia en la prensa nacional de estos últimos años.

La gran mayoría de los ómnibus urbanos capitalinos, las mercancías en las tiendas de recaudación de divisas y los modernos carros que utilizan militares y dirigentes estatales,  son producidos en China.

Nos hablan a los cubanos de a pie de las relaciones que se establecen entre nuestro gobierno  y el asiático.

Estos pequeños detalles bastan para pronosticar la actitud de los medios de prensa nacionales ante los hechos que se conmemoraron este 4 de junio.

Pasados 22 años de los sucesos de Tiananmen, podremos notar en la isla un silencio embarazoso.

El PCC cubano (preferiría equivocarme) secundó la actitud del PCCh tratando a lo acontecido en Tiananmen como un tema inapropiado.

Y de esta manera millones de cubanos seguirán sin conocer la actitud que asumió ante su pueblo, el Estado/Partido de China, devenido socio económico para Cuba.

El de 4 junio de 1989, la plaza celestial fue testigo de una masacre, aun hoy no se logra concluir el verdadero número de muertos y heridos.

El gobierno Chino dio la orden de disolver la manifestación de unos cien mil personas, en su mayoría estudiantes y obreros.

Se encargaron de acabar con la protesta: militares armados y tanques blindados.

En la plaza de Tiananmen el pueblo pedía la destitución de gobernantes corruptos, libertad de prensa, de expresión y de libre asociación, el cese de los despidos en las fábricas y de la inflación; entre otras reivindicaciones.

El método utilizado para protestar fue la huelga de hambre.

Lo único que se obtuvo como respuesta fueron balas.

Los manifestantes fueron tildados de contrarrevolucionarios,  delincuentes o agentes provocadores de los gobiernos capitalistas de occidente.

Los que protestaban entonaron en muchas ocasiones y a viva voz la letra de La Internacional, reconocida como el himno del comunismo.

De este hecho se podía concluir que no se pretendía renunciar al socialismo.

Pero no fue suficiente,  de igual manera se dieron órdenes de apretar los gatillos.

Recordar lo acontecido en Tiananmen es un deber de todo los que combaten desde la izquierda los regímenes burocráticos y totalitarios en el mundo.

Esos que asfixian la participación y protagonismo del pueblo con tal de perpetuarse en el poder al costo que sea necesario.

Daisy Valera

Daisy Valera: Edafóloga y Blogger. Escribo desde la Ciudad de México, donde La Habana a veces se hace tan pequeña que llega a desaparecer; pero en otras, la capital cubana es una ciudad tan pasado y presente que te roba la respiración.

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6 thoughts on “Recordando Tiananmen en Cuba

  • Daisy parece que tuviste el privilegio de estar allí, en Tiananmen, pues eres muy precisa en los detalles. No he visto nada tuyo sobre el presente europeo: España, Francia, Grecia… las palizas a todo color de gente que pide mucho menos, teniendo en cuenta el rosario de peticiones que alegas de esos sucesos hace ya 22 años.
    Además de la “información” o “recordación”, con intencionalidad, tampoco es muy afortunada en redacción.
    La Química Nuclear debe ser tu fuerte, nada más.

  • virgen, si le son insuficientes o manidos los detalles que provee daysi pues busque mas por ahi. lo de tiananmen fue, en esencia, lo que ella dice, amen de otras cosillas mas vomitivas. no es lo mismo matar miles de personas que darles palos, y mucho menos callar y mirar a otro lado cuando suceden cosas como las de marras. por otra parte, todos los actos humanos son intencionales, hasta los de usted…

  • Para ser justos, tanto Daisy como Virgen tienen su cuota de razón respectiva. Y cada una defiende su verdad. Que ambas aparezcan juntas en este espacio es uno de los mayores e innegables logros del sitio. Solo cabe esperar que este espíritu se mantenga, sin que la gente se ciegue, o se cierre en extremismos, o comience la descalificación gratuita, o el insulto soez.
    El capítulo de Tiannamen 89, y en eso todo el mundo está de acuerdo, constituyó un verdadero desastre para la China contemporánea. Tan funesto desenlace derivó, en primera instancia, de soltarle las garras al liberalismo de todo tipo, en una sociedad que, con sus múltiples carencias y contradicciones, al menos había asegurado cierto nivel de igualdad elemental entre sus ciudadanos hasta poco años antes. En medio del nuevo “despelote” fructificaron arribismo, neopotismo y corrupción, con especial énfasis en las filas gobernantes, que comenzaron a dividirse entre “reformistas” y “tradicionales”, o como les quieran llamar, división que se mantuvo hasta el cruento final. A ello se sumó una galopante inflación, que convirtió los sueldos en casi nada de la noche a la mañana. Tampoco se pueden desconocer los vientos que soplaban entonces por el Este de Europa y que, más o menos amainados, también corrieron en Pekín. No se puede hablar, eso sí, de que se respondió automáticamente con balas a la huelga de hambre. Algunos de los altos cargos del actual gobierno fueron en aquel entonces a, literalmente, implorar y hasta llorar ante los huelguistas para que abandonaran el lugar y su actitud, lo cual no lograron. Pero en medio de tanta confusión y desunión entre el propio liderazgo del momento, se fueron cerrando las opciones, hasta conducir a la debacle. Hoy, lo ocurrido en la plaza en aquel verano, se mantiene como tema pendiente para algunos y tabú para muchos otros, si bien hay toda una nueva generación a la que para nada le interesa abordarlo. Se trata, en pocas palabras de una amarga lección de la que al menos deben quedar enseñanzas.
    Hay algo en lo que discrepo de la autora: no es a Cuba a la que le compete desmenuzar este capítulo, tratando de explicar tema tan complicado a sus ciudadanos, cuando los líderes por antonomasia del mundo libre, empezando por los de Washington, viajan a Pekín para invertir en todo lo que pueden y comercian con el mayor desenfado con el gigante asiático. ¿Mala memoria o poderoso caballero don Dinero?

  • Es evidente la intención provocadora de Virgen. Daysi no habla de Europa, sino de China. El artículo es sencillamente sobre lo de Tiananmen. Si Virgen considera oportuno hablar sobre Europa, pues adelante, que escriba sobre Europa. Nunca he entendido por qué la gente intenta imponer los temas de debate.
    La Cátedra Haydée Santamaría dedicó hace poco un taller libertario a recordar y analizar la masacre del gobierno socialista chino. Es deber de los revolucionarios cubanos aprender de las experiencias de lucha a nivel global. Desafortunadamente las circunstancias chinas del 89 se parecen más a la historia cubana que lo que sucede ahora mismo en España. Por demás, tenemos una visita de alto nivel de China ahora en Cuba.
    Los que queremos construir el socialismo no podemos permitirnos repetir las atrocidades del “socialismo” chino.
    Es por eso, Isidro, que me parece que a Cuba sí le corresponde, dado que está entre los poquísimo países en el mundo que intentan construir el socialismo. Los intereses capitalistas de “occidente” sobre China son obvios. Ello solo demuestra que el carácter socialista de esa sociedad va muy entre comillas, y que a los capitalistas les importa bien poco la democracia.

  • Isbel, sólo puntualizar algo: Cuando digo “Cuba”, lo hago refieréndome a las autoridades, tomando en cuenta el nivel y la importancia que han alcanzado las relaciones bilaterales (y no sólo para Cuba, cabría agregar). Las razones de Estado no pueden desconocerse. Y en eso ningún país es excepción. Sí me parece loable, es más, imprescindible, que temas como ése salgan a relucir en toda su amplitud en espacios de análisis y debate como la Cátedra Haydeé Santamaría, u otros similares. Ojalá suceda como regla y no excepción.

  • isidro, ciertamente, lo de tiananmen le compete solo a los chinos resolverlo. sin embargo, alli se trataron cuestiones relacionadas no solamente con las dinamicas politicas chinas sino tambien con las mismas concepciones de socialismo y participacion popular de forma generica, lo que hace a ese hecho formar parte del legado politico humano y especificamente de la lucha politica izquierdista. por ello, reivindicar y tomar la discusion y posicionamiento desde cuba es una imponderable del momento que vive nuestra patria. por otro lado, relacionar esto, y no solo esto, con la infamia de la razon de estado es estafar a los ciudadanos de su derecho a razonar y tomar desiciones protagonicas y solidarias. gracias a la razon de estado, la venezuela de chavez ha traicionado vilmente al movimiento caamañanista de colombia. gracias a la razon de estado, hemos estado en cuba desplegando miedos y censuras desde hace unos cuantos anos.

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