Los pasos de las cooperativas urbanas en Cuba

Daisy Valera

Teatro Fausto de La Habana
Teatro Fausto de La Habana

HAVANA TIMES — En la esquina de las calles Soledad y Concordia (Centro Habana), un bar‐cafetería que se especializaba en vender cerveza dispensada e incomodar a los vecinos con reguetón hasta entrada la madrugada, hoy luce diferente.

La mayoría de sus viejas mesas de madera ennegrecidas por la suciedad han sido sustituidas por otras de un plástico blanco rutilante.  No se ve a ningún borracho mañanero desparramado sobre la barra y venden batidos, café y panes; ofertas impensables hace unos pocos meses.

Una mutación parecida ha experimentado la Cafetería Fausto, de la calle Prado.  Luce paredes recién pintadas y un mostrador limpio. Algunos dulces y refrescos se suman ahora al acostumbrado trío de ron, cigarros y tabaco.

Los ejemplos anteriores ilustran en buena medida que ha sucedido con los establecimientos gastronómicos que antes administraba el Estado y que hoy entran dentro de la categoría de cooperativas urbanas. Los cambios operados demuestran el esfuerzo que hacen muchos trabajadores inmersos en una atmósfera de recortes y despidos.

En junio del 2012, la Asamblea Nacional de Poder Popular aprobó la creación de 222 cooperativas no agropecuarias en concordancia con los lineamientos (del 25 al 29) de la política del Partido.

Un año después tuvimos noticias de la creación de las primeras 124 (99 en el comercio, 12 en la construcción, 11 en el transporte y 2 en el sector industrial). El pasado septiembre se aprobó un nuevo grupo de cooperativas, 73  en total, también distribuidas dentro de las ramas mencionadas anteriormente. El ultimo conjunto de 13, fundadas el pasado septiembre, se dedican a la confección de ropa, muebles y calzado.

Ahora suman más de 200 en funcionamiento, pero los beneficios no van mucho más allá de las tenues mejoras en los establecimientos gastronómicos. Casi de forma general la población desaprueba las acciones de las nuevas cooperativas.

Las personas se quejan del aumento de los precios de los alimentos en los mercados agropecuarios, ahora cooperativas de comercialización agrícola [1], o del servicio de limpieza de autos en las gasolineras; por poner solo dos casos.

Podríamos arriesgarnos a decir que se desarrolla una especie de cooperativización forzosa, de las primeras 124 cooperativas aprobadas, 112 eran propiedad del Estado [2] y del grupo de  73, 41[2]; lo que representa aproximadamente el 78 % de las que hoy están en activo.

El Estado ha desechado los establecimientos que mal administraba y ha ganado “cooperativistas” que deben pagarle impuestos por el agua y la luz, y arrendarle además equipos y locales. Lo anterior, junto a la falta de un mercado mayorista, deriva en el aumento de los precios que hoy sufren los trabajadores de la isla.

Otro hecho lamentable es la falta de una educación cooperativa. El único referente que tiene los cubanos son las cooperativas agrícolas, que han resultado un auténtico desastre.

La igualdad de derechos, la toma de decisiones en conjunto y la adecuada distribución de los ingresos son mecanismos que están muy lejos de implementarse en las “cooperativas” urbanas.

Sucede que muchos de los que eran administradores se comportan hoy como propietarios privados y empleadores; beneficiándose de los subsidios aprobados para estos casos por el Ministerio de Finanzas y Precios.

Si las nuevas cooperativas siguen siendo designadas desde arriba y no se priorizan e incentivan con facilidades de pago aquellas que surgen como iniciativa de determinados sectores de la población; los negocios privados (cuentapropistas o “cooperativos”) se establecerán como la primera opción dentro de la  “actualización” de la economía cubana.
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[1] Cooperativa de Comercialización Agrícola: Tras la ruta de los precios, www.cubadebate.cu, 24/9/2013.

[2] Listas en Cuba 124 cooperativas no agropecuarias, www.cubadebate.cu, 2/7/2013.

[3] Gobierno cubano autoriza creación 73 cooperativas “urbanas” más, Xinhua , 24/9/2013.

Daisy Valera

Daisy Valera: Edafóloga y Blogger. Escribo desde la Ciudad de México, donde La Habana a veces se hace tan pequeña que llega a desaparecer; pero en otras, la capital cubana es una ciudad tan pasado y presente que te roba la respiración.

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One thought on “Los pasos de las cooperativas urbanas en Cuba

  • EXCELENTE ANALISIS

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