Estudiantes universitarios: ¿protagonismo u obediencia?

Daisy Valera

Estudiantes universitarios cubanos. Foto: Caridad

HAVANA TIMES — Pensar en la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) es recordar primero los chícharos duros en el fondo de la bandeja, el picadillo de pavo rancio que se repetía invariable como cualquier constante de mis clases de Física, el cubo de agua para bañarme cargado hasta un tercer piso.

Después El Estado Metaestable: unas pocas cuartillas con pretensiones de periódico de instituto. Hacerlo permanecer a pesar de tanta pregunta escrita de Análisis Matemático y Álgebra Lineal.

Una columna, La Mirada Crítica, para profundizar en los problemas que todos conocían y nadie resolvía: los administradores jugando a desaparecer la comida, la ausencia de frazadas para limpiar los pisos, el insuficiente número de computadoras en los laboratorios, la bibliografía desactualizada, la comida adquiriendo aspecto de vómito, y un larguísimo etcétera.

Con 19 años, un poco de hambre y mucho estrés terminé buscándome líos gracias al papel de editora/periodista improvisada.

Porque la FEU es una organización para tener problemas cuando no interesa bailar a ritmo de reguetón o ser atleta en eventos deportivos; cuando el carnet de la organización (que recibes como el libro de texto de una asignatura obligatoria) es un pretexto para algo más que marchas oficiales y reuniones de brigada.

Para mediados de junio se planea el VIII Congreso de la FEU, también se cumplirán tres años de haber terminado mis estudios y aún recuerdo vívidamente los rostros de desprecio de mucho de mis profesores y la frasecita: la Universidad es para los “revolucionarios”. Frase que sirvió para mi expulsión de la Federación y como centro de angustiosas reuniones para quitarme la carrera.

En algún momento de mi cuarto año me había “extralimitado” quejándome de la inercia estéril de la única organización de los universitarios cubanos y de las fatuas poses de sus dirigentes como jóvenes rebeldes.

Por estos días La Universidad de La Habana hace un llamado al protagonismo consiente dentro de la organización, y la “Marta Abreu” del centro del país apunta el distanciamiento entre los dirigentes y las bases.

En el pasado VII Congreso la única mejoría que obtuvo el estudiantado fue el aumento del estipendio mientras un tema central e imprescindible como el acceso a internet fue desestimado.

Aunque las noticias son pocas y escuetas no parece que este nuevo Congreso repare la dinámica disfuncional de la FEU. Para ello habría sobre todo que renunciar a reivindicaciones mínimas y repetir la historia fundacional de la Federación.

Dejar de ver la Autonomía como una mala palabra, la Libertad de Cátedra como una posibilidad poco oportuna y la Dirección Cogestionada entre el claustro y los estudiantes como una opción impensable.

Se debería comenzar hablar de revolucionar la Universidad y desechar la participación de los universitarios en la continuidad histórica de la Revolución; un lema que reclama inmovilismo y obediencia antes que protagonismo.

Daisy Valera

Daisy Valera: Edafóloga y Blogger. Escribo desde la Ciudad de México, donde La Habana a veces se hace tan pequeña que llega a desaparecer; pero en otras, la capital cubana es una ciudad tan pasado y presente que te roba la respiración.

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6 thoughts on “Estudiantes universitarios: ¿protagonismo u obediencia?

  • Recuerdo cuando leí hace años que Mella y los XXX manicatos tomaron la universidad de la Habana por las armas para presionar al gobierno a cumplir las demandas que en el marco de la reforma aquella FEU pensó. Si Julio viera el cadáver maloliente que es la FEU actualmente, vomitaría sobre su muerte.

    Demasiada represión para que los estudiantes de las clases medias de la universidad cubana (algunos de la UCI se ofenden cuando les dices de clase media porque no se reconocen como tal) se unan para reclamar autonomía universitaria.

    Buena observación Daisy, el caso Chile puede dar algunas pistas. Con la dictadura se silenció el movimiento estudiantil, pero después de Pinocho han tenido pinguinos con Bachelet y después un movimiento pujante con líderes carismáticos como Camila Piñeiro jajaja.

    Les recomendaría ir preparando una FEU real dentro de la FEU muerta, publicando revistas, todo clandestinamente, para que estén maduros cuando se pueda hacer más sin sufrir la represión directa.

    Eres una muchacha valiente, saludos.

  • Daysi, el mejor ejemplo de que la sociedad cubana está enferma se demuestra en la actitud acatante y permisiva de los estudiantes antes los desmanes del gobierno. Con inmenso dolor en mi alma vi una vez, y supe muchas otras, que hordas de estudiantes eran sacadas de las aulas de la universidad de La Habana para ir a reprimir a las Damas de Blanco, o sea, que a su excesivo miedo le sumaban también la horrible complicidad con los represores de la nación, encima, estos muchachos luego de graduarse ponen “pie en polvorosa” porque no soportan la vida en Cuba. Pena que sean jóvenes, pena que sean cubanos!

  • Hay daysy!
    Es la misma universidad donde termine mis estudios hace 16 años. Persisten los mismos problemas, la misma hipocresía, y sobre todo la doble moral.Tu verás que dentro de unos años muchos de esos supuestos revolucionarios, estaran es puestos claves de la direccion política del pais, o en buenísimos trabajos en el exterior.

  • Muy bueno tu post Daisy y coincido contigo.
    Felicidades por tu lucidez

  • Si de algo no se le puede acusar a Fidel es de dejar que alguien le hiciese jamás sombra.

    Una vez llegado al poder, se fue “liberando” de todos los posibles “obstáculos” que pudiesen entorpecer, directa o indirectamente, su camino hacia el control total.

    Con esa visión bien clara, la aguerrida y efervescente FEU de los años 50 tenía que ser obligatoriamente desvitalizada, sin autonomía y sometida a un estricto control político e ideológico.

    Lo mismo ocurrió con las centrales obreras y con cualquier otra asociación de la sociedad civil.

    Todo, absolutamente todo, cayó bajo el control de las organizaciones políticas: PCC / UJC y así se mantiene hasta el día de hoy. Incluso los homosexuales, para poder reunirse en una seudoasociación, están bajo la mirada atenta de Mariela Castro, una de las más vividoras y sinvergüezas del Clan Castro.

  • Esta niña me cae como una onza de oro, alta y clara, pero suave y bajita de sal. Sin ‘recalcitrancias’. Ese final:
    “Se debería comenzar hablar de revolucionar la Universidad y desechar la participación de los universitarios en la continuidad histórica de la Revolución; un lema que reclama inmovilismo y obediencia antes que protagonismo.” está muy acertado. Eres una muchacha valiente y un ejemplo para una compatriota varios años mayor que tú.
    Gracias por tu frescura, tu audacia y tu honestidad sin ira.

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