El último tramo de mi carrera
Daisy Valera
Me siento en estos días asombrosamente cansada, quizás porque se acerca el final de los que han sido pasar cinco años en la universidad.
Recuerdo ahora los primeros días en mi escuela, el InSTEC (Instituto superior de tecnología y ciencias aplicadas). Las primeras preocupaciones serias por mis resultados académicos.
Hasta el momento de mis primeros exámenes universitarios no había conocido lo que era estar sentada estudiando una asignatura específica aproximadamente 8 horas diarias.
Rebasar el nivel preuniversitario significó renunciar a disfrutar durante años de libros que no trataban temas científicos
Ser estudiante de la carrera de Radioquímica (Química Nuclear), fue desde el primer momento todo un reto. Significó establecer nuevos órdenes de prioridad, y resistir un montón de dolores de cabeza y un nivel de estrés que no disminuía en el tiempo.
Me estoy casi despidiendo de la universidad con una mezcla de tristeza y alegría. Comenzar la vida de trabajadora me aterra pero me siento un poco vieja para continuar sentándome en una aula cada día a las ocho de la mañana.
Pero el final de esta larga carrera no es sencillo, amenaza con agotar todas mis fuerzas, después de haber pasado cinco meses asistiendo a mi laboratorio, sin falta, haciendo una cantidad de experimentos que no podía imaginarme, ahora me toca escribir la tesis.
Llevo aproximadamente tres semanas escribiendo y siento que aunque los resultados están allí me cuesta llevarlos al papel, me arden los ojos por estar tanto tiempo delante de la computadora, mi consumo de cafeína es el triple de lo que era antes y ya casi ni duerme de la preocupación.
La tesis es mi última tarea como estudiante, este 2 de julio estaré en el teatro de mi instituto exponiendo el trabajo de tanto tiempo delante de los que han sido mis profesores de la carrera , mi familia y los familiares de el resto d emis compañeros de aula.
Padezco de miedo escénico, pero este 2 de julio tengo que evitar ponerme nerviosa. Me encantaría encontrar la receta para poder calmarme ante una situación que recordaré el resto de mis días.
Por el momento mejor no pienso más en eso, mi período universitario termina casi como comenzó: mucho que estudiar.
Pero las diferencias son reconfortantes ahora poseo mucho más información sobre el siempre interesante mundo de la ciencia y amigos que me acompañarán en una etapa nueva de mi vida.