Café Fortuna: ¿estatal o privado?

Daisy Valera

Cafe Fortuna

HAVANA TIMES—Se entra al Café Fortuna casi cayendo y haciendo sonar viejas campanitas de bronce con formas de pagodas chinas.

Si no fuera por el mostrador de vidrio, podrías pensar que  acabas de irrumpir por error en la sala de algún coleccionista extravagante.

Una delgada capa de polvo se acomoda sobre los estantes, las cámaras fotográficas Zenik, las matrioskas, los radios Selena y los arcaicos equipos de grabación de audio.

Antes de que logres entender la relación entre el zombi de trapo escondido tras la puerta, la hoja metálica de propaganda al Jabón Candado y la gorra de marinero soviético, una dependiente te entrega la carta y te invita a recorrer el resto del lugar.

El Café es una casa vieja con tres habitaciones en penumbras y paredes de colores intensos; donde extrañamente el volumen de la música no obliga a que las conversaciones trascurran a gritos.

Puedes elegir una máquina de coser como mesa, el extremo de una bañera como asiento, o recostarte en una escalera de madera que no lleva a ninguna parte; o que llega al cuarto del coleccionista ermitaño.

Posiblemente no sabrás que pedir entre la lista de 24 tipos de bebidas elaboradas con café.

Te asombrará que la dependiente no haga esas acostumbradas aclaraciones que eliminan la mitad de las opciones del menú.

El café del Fortuna no está mezclado con chícharo.

Entre el olor de la infusión y  las luces amarillas te puedes convencer  de que el coleccionista existe;  de que le gusta Picasso y tiene cierta manía relacionada con máquinas de escribir.

Cuando se termina el café acaban las elucubraciones, se notan incoherencias y surgen las preguntas.

¿Estatal o privado?

¿Qué negocio privado empapela las paredes con trozos del periódico Granma y frases de Hugo Chávez?

¿En qué establecimiento estatal no proliferan  el servicio apático,  las ofertas monótonas y la pésima decoración?

El establecimiento, ubicado en Ave. 3ra y 28 (Playa),  se llena de personas de durante todo el día.

Ofertan infusiones con precios que oscilan entre 0,70 y 2,75 CUC;  cervezas importadas y pequeños platos fundamentalmente a base de queso.

Los dependientes realizan su trabajo con amabilidad y disposición.

Terminas preguntando y te enteras de que el Café Fortuna existe desde el 2006 y es propiedad del Estado.

Del mismo Estado que ha diseminado por la mayoría de los barrios de la capital  puestos de comida rápida (Di tú, Rapiditos) y en el mejor  de los casos Cafés Literarios que con los años se han quedado sin café y sin libros.

Con una visita al Café Fortuna descubrimos que la gestión estatal sorprendentemente funciona, en Miramar.

Daisy Valera

Daisy Valera: Edafóloga y Blogger. Escribo desde la Ciudad de México, donde La Habana a veces se hace tan pequeña que llega a desaparecer; pero en otras, la capital cubana es una ciudad tan pasado y presente que te roba la respiración.

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