Cuba y China: dos países, una misma retórica

Erasmo Calzadilla

The Cuban and Chinese flags.  Photo: Caridad
Banderas de Cuba y China. Foto: Caridad

Es una creencia común en este lado del mundo, considerar que justo en el opuesto del globo se encuentra China, de tal modo que si hiciésemos un agujero bien profundo en la tierra saldríamos tal vez al patio de una casa, un templo, o un estadio en el asiático país.

De manera simplista podríamos esperar que al estar China en nuestra antípoda geográfica, también lo estaría en cuestiones de política, pero leyendo la entrevista concedida a Granma por el embajador del gigante asiático, que con el título: “China: en alto las banderas del socialismo” fue publicada en el número del 30 de septiembre, me pareció que entre ellos y nosotros la distancia es menor de lo que podría suponerse.

Tal y como estamos acostumbrados a escuchar en esta tierra caliente, el diplomático contaba que el enorme progreso de China no se hubiese logrado sin “la sabia conducción del Partido Comunista.”

No se nada de eso pero me suena como si ellos también gozaran en su constitución de un artículo disponiendo que el partido es quien gobierna, y al igual que el nuestro, el de ellos cumple esta tarea sabiamente, según la valoración que ellos mismos hacen de su trabajo.

Y continúa el embajador diciendo que tanto desarrollo tampoco hubiera sido posible “sin el apoyo consciente, entusiasta y decidido del pueblo chino.”  Salvo por lo del desarrollo todo lo demás es igualito que acá.

No faltan allá tampoco al parecer, los perennes enemigos: los del socialismo, los de China, los conspiradores, saboteadores, subvertidores de la ideología, (aquí les llamamos diversionistas, que es más compacto), “pero el pueblo, también bajo la dirección del partido Comunista,” especifica Zhao, “está convencido de que desaparecerán esas trabas.”

Luego refiriéndose a la más reciente sesión plenaria del Comité Central del Partido, apuntó que “el tema principal fue el de la construcción de la organización, y cómo gobernar, cómo dirigir en beneficio del pueblo” que es también la preocupación central de nuestro Partido Comunista según las palabras de sus ideólogos en cada uno de sus plenos.

Pero también hay que señalar, que la retórica de los dirigentes chinos no es idéntica en todos los puntos a la de sus homólogos cubanos, el embajador hace mención en varios párrafos a la liberación de las fuerzas productivas que los condujo por la vía del desarrollo al que ya están a un pelo de entrar.

Creo que nuestros líderes tienen un poco más claro que el desarrollismo es una fórmula occidental enajenante e inhumana, y que aceleraría, si fuese seguida por todos los países, la destrucción de un planeta que ya está en veremos.

Ello quedó claro en las palabras del presidente de la Asamblea Nacional Ricardo Alarcón de Quesada cuando frente a los estudiantes de la UCI hace ya unos pocos años, ante un estudiante que le inquirió porque a los cubanos no nos era permitido viajar fuera del país por nuestra cuenta, explicó, que si todos voláramos en avión, pronto el cielo estaría tan congestionado que comenzarían las aeronaves a chocar y caer.

Bueno y con tanta similitud entre Cuba y China me surge ahora la pregunta ¿Pueden ellos viajar por su cuenta más allá de las murallas?