Casas de Gofio

Regina Cano

Les conté anteriormente que vivo en Alamar y para muchos que viven fuera del lugar, a pesar de lo ya dicho, piensan que así y todo son unas de las casas mas nuevas en La Habana y los que me escuchan decir que mi casa parece una casucha en el campo donde tengo que cargar agua con frecuencia, exclaman. ¡Pero tu no vives en Alamar! y respondo ¡Si!; y ahí mismito comienza el cuento.

Durante el Periodo Especial en Cuba, después de pensarse en la nombrada Opción Cero que incluía: caldosas comunes para apaciguar el hambre (ausencia de combustible), bueyes para arar los campos (falta de tecnología), y otras planeadas; se concibió la construcción de viviendas con materiales alternativos y otros convencionales pero de baja calidad; nuevos diseños con techos a dos aguas para que no filtrara la lluvia, patio y colector de agua común (grifo), la que llegaba al lugar por gravedad.

Yo se que parte de la historia no suena mal, suena a permacultura o Hunderbasser, pero las condiciones materiales y humanas de un pais en crisis, el resurgir de miserias, creciente importancia del subsistir individual y otras, hicieron que se violaran condiciones constructivas obligatorias y se “desaparecieran” materiales de importancia para la manutención actual, mas de 10 anos después.

Tanto así, que a través del testimonio de los constructores y habitantes, se ha sabido que la cimentación no esta en firme; por lo que algunas casas tienen rajaduras diagonales por su búsqueda de asentamiento; no se concibieron con columnas y se les busco una inapropiada solución a esto; existen lugares de la vivienda que llevan acero que no lo tienen y el recubrimiento de las paredes se desprende al tocarlo.

En algunas casas existen fracturas en losas de techo, las que con el paso de más tiempo pudieran caer.

Son casas húmedas, donde recirculan los gases de desagüe por falta de sifas (trampas), sintiéndose frecuentemente un “olorcillo” desagradable a fosa. No poseen azulejos o enchape en baños y cocinas, lo que hace que los primeros se cubran de una fina capa de moho. En algunos casos los habitantes ya han realizado algunos arreglos, pero la economía personal no acompaña a estos y a otros que no hemos podido hacer algún cambio.

El Delegado del Consejo Popular nos ha bautizado como las Casas de Gofio, nombre con el que nos conoce el Gobierno Municipal; pues después de 10 anos de reclamos y de dar conocimiento a todo aquel que quiso escucharnos; parece que parte de estos problemas serán resueltos.

Pero es posible que no salgamos totalmente de ellos por la falta de material disponible para resolver todas las situaciones del mismo carácter que existen en el pais; lo que no evita la secuela material que prevalecerá: como la seguridad total de las personas y el mantenimiento que necesitan las mismas por las características de los materiales; como “el ladrillo de bajo costo”, que es pura tierra secada al aire , el cual asume toda la humedad ambiente, y  demora mucho en secar,  provocando un verdinegro diseño que caracteriza a las viviendas; agregado a lo que ya aporta nuestro clima y el pasar del tiempo.

Por el momento nos han respondido autorizándonos la entrega de los materiales, lo cual parece pronto a resolverse lo que aun no creo sea la ultima palabra, aunque como dice un proverbio cubano: “la esperanza es lo ultimo que se pierde”.