Mi encuentro cercano con un pez pega

Carlos Fraguela

HAVANA TIMES — Tengo muchísimos recuerdos de experiencias en las que los protagonistas son los animales de cualquier reino. Para mal el mar es el único reino que José Martí no llegó a descubrir nunca. Y hablando de inspiración, yo pase casi una hora con un pez pega en su medio y todavía estoy enamorado.

Un pez pega, que también llaman rémora, de 50 centímetros de talla me sorprendió un día mientras nadaba en la costa detrás del hotel Chateau en la ciudad de la Habana. La impresión fue de miedo cuando me toco por primera vez. Yo distraído y él se acercó y empezó a tocarme.

Me bastaron unos segundos para identificarlo y ahí comenzó el placer. Es un pez bellísimo, blanco y negro perfecto. Nadaba en torno de mi cuerpo haciendo un tirabuzón que por momentos se concentraba en mi abdomen. Yo que aprendí que son inofensivos no podía salir de mi asombro al percibir su confianza y como se dejaba acariciar por mi mano.

La relación se prolongó casi por una hora en que no pensé en nada más de lo que era mi vida. Aquel momento era mágico y yo deseando que no se acabara.

Recordé las clases en la escuela primaria cuando aprendí que los indocubanos los utilizaban para pescar, amarrando una cuerda a su cola y luego los soltaban para que localizaran posibles presas. Las rémoras acostumbran a pegarse a tiburones y tortugas con un disco de succión que tienen en la parte superior de la cabeza, así ahorran el esfuerzo de la natación.

Ese fue mi acontecimiento más importante de ese día, cuando al fin se cansó de explorarme se desprendió y siguió su camino en otra dirección. Este hecho de mi vida me hizo pensar en la libertad, un pez que quizá no había visto jamás a otro hombre y sin embargo estuvimos él y yo solos viviendo esa experiencia interactiva en que yo aprendí todo lo que el pez me quiso enseñar.

Momentos como ese son los que me hacen sentir vivo.

Carlos Fraguela

Carlos Fraguela: Soy amante de la libertad, de la naturaleza, las artes decorativas, la música, la tecnología y los seres humanos. Repudio la estupidez humana, aunque comprendo que existe como parte de un todo imperfecto. Rechazo a los abusadores y a los parásitos. Me gusta bucear y compartir con mis amigos. Trabajo en restauración y solo me he aburrido cuando he estado ingresado en un hospital. El sexo y la amistad son mis únicos Dioses.

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2 thoughts on “Mi encuentro cercano con un pez pega

  • Refrescante Carlos, lo unico que recuerdo haber leido sobre el pez-pega fue en la primaria; tenia una maestra de esas de verdad, normalista por mas señas, que tenia tanto amor por la profesion como facilidad para impresionar mentes infantiles, aunque nunca he visto un pez de estos entonces lo “vi” en las palabras de mi maestra. Gracias por hacerme evocar estas memorias.

  • ” El sexo y la amistad son mis únicos Dioses”. Todo estuvo bien hasta que llegó a éste punto ( Lo visualizo haciendo amistad para tener sexo ) Pero en fin , la narrativa no satisfizo mi búsqueda del tema.

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