Terriblemente molesto por Honduras
Por Ben Anson
HAVANA TIMES – Ha sido un año, que me ha dejado – si es que a nadie más – sin palabras.
Si escucho «oremos a Dios» o «Dios sabe lo que está haciendo» una vez más, probablemente terminaré cayéndole a hachazos a alguien hasta matarlo…
Si me pueden perdonar por el lenguaje, me gustaría preguntar: ¿a qué demonios pinga está jugando Dios?
Honduras.
Una nación empobrecida, cuya historia está plagada de injusticia, violencia, miseria, malestar, violación, pillaje y asesinato.
Además, una nación que, al parecer, es completamente incapaz de «salir adelante», sin tener la más mínima culpa.
Una nación formada pero robada y saqueada por los españoles hace más de quinientos años.
Una nación monopolizada y controlada descaradamente o en las sombras por potencias extranjeras desde la propia llegada de los españoles. Desde las empresas frutícolas estadounidenses profundamente corruptas y totalmente inescrupulosas del siglo XX, hasta los corruptos oligarcas de las últimas décadas.
Una nación que no ha visto un líder decente desde posiblemente Francisco Morazán, quien murió en el año 1842. Uso la palabra «decente» para describir simplemente la personalidad y dejar a un lado la política.
Una nación plagada de narcotráfico. En gran medida se puede agradecer por ello a la Administración de Bill Clinton, dado que el Gobierno de los Estados Unidos simplemente deportó en masa a los gánsteres violentos hacia los países de origen de sus padres en América Central, literalmente por avión, a final de la década de 1990 en adelante.
Una nación cuyo descarado presidente / dictador Juan Orlando Hernández nunca deja de asombrar con sus inaceptables payasadas de izquierda, derecha y centro.
Podría seguir hasta que se me ponga azul la cara.
Con tales terrores e injusticias con las que lidiar día a día, como si la vida no fuera lo suficientemente difícil, también una pandemia global, y ahora no solo uno, sino dos huracanes habrán azotado las zonas costeras en unos pocos días.
Honduras ha combatido valientemente la pandemia, para la cual (no hace falta decirlo) estaba totalmente desprevenida y era incapaz de enfrentarla eficazmente, debido a la falta de recursos económicos e infraestructura.
Después de un año de que las personas perdieron sus empleos, medios de vida, salud y seres queridos, el huracán Eta descarriló el sector caribeño del país la semana pasada. Las valoraciones quedaron muy por debajo. Literalmente todo. Casas desaparecidas. Muchos muertos o desaparecidos.
Ahora un segundo huracán está en camino, el ciclón Iota.
Me duele, y mucho, mucho más, la destrucción que ha ocurrido y la que está por caer sobre la parte más hermosa del país. Para un pueblo tan genuinamente cálido, amable, noble y, sobre todo, leal, no puedo ni empezar a comprender por qué Honduras merece tanta miseria constante.
“Pon tu fe en Dios, Ben. Reza a él como todos nosotros”, dijo un conocido mío el otro día.
“Al diablo con eso. Ya era hora de que nos rezara a nosotros y nos pidiera perdón,» fue mi valiente respuesta.
¿Cómo puedes bajar la cabeza ante alguien que pone a niños y ancianos a vivir debajo de puentes?
¿Qué pasa ahora con todos los que tienen y perderán sus casas, las cuales fueron adquiridas con tanto sacrificio?
Alguien me preguntó una vez, era un inglés que solo conocía a Honduras por su mala fama: «Si es que existe algo, qué es lo peor de Honduras?»
Le respondí: «A nadie fuera de Honduras le importa una mierda».
Aquellos que han perdido sus hogares… han perdido sus hogares. Y punto. Tal vez a algunos les gustaría volver a leer esa oración y realmente dejar que se asimile. ¿Cómo se supone que continuarán sus vidas estas víctimas del huracán, en una nación ya empobrecida sin un sistema de asistencia social durante una pandemia?
Tienes que ver que todo lo malo que hace el ser humano es culpa del mismo hombre y Dios solamemte hace libre al hombre desafortunadamente el ser humano no sabe que hacer con la libertad que Dios le ha dado, con la libertad y poder que tiene el ser humano causa destruccion de la Tierra y el medio hambiente, tambien el mismo hombre desde su existencia a creado la destrucion del hombre por el hombre con guerras desde siempre que existio la humanidad y hasta hoy en dia existe la explotacion del hombre por el hombre y no es culpa de Dios que el ser humano haga estragos con la libertad que Dios le ha otorgado, los huracanes son producto del recalentamiento de la atmosfera todo por culpa del mismo hombre que esta destruyendo el medio ambiente, causando que muchas plantas y especies de animales sean productos de extincion.