Acercándome a los pandilleros

Por Ben Anson

HAVANA TIMES – Anuel resonaba en el pequeño pero potente altavoz operado por Bluetooth, el cual mi vecino Blanco parece apreciar mucho. En cualquier oportunidad lo enciende y comienza a sonar canciones de rap, trap y reggaetón latino.

Anuel, el cada vez más popular exconvicto puertorriqueño, es su artista favorito. La Yeezy, que es un track decididamente misógino y violento, golpeaba las paredes amarillas y manchadas del pequeño y claustrofóbico apartamento-estudio de los traficantes de drogas.

Los demonios, los diablos y los lobos
El Aka y el cabo de caobo
Tú eres casada, pero yo te robo
Tú te pareces a Carmen Villalobos
La maldad se te nota en la cara
Las nalgas de Sofía Vergara
Le di 7, 000 pa ‘que se operara
Y le di otros 3, 000 pa ‘que se me tatuara
Eh! Eh! el diablo en mujer
Le gusta fumar y beber
Yo voy a enrolar para prender
Pónteme en 4 bebé que te lo voy a metro
Yo bebo codeína, mi puta es fina
Hija de puta como la felina.

Asimilo las palabras horriblemente ofensivas, mientras los tres jóvenes bailan de un lado a otro y cantan las letras profundamente borrosas y semi comprensibles con el fuerte acento boricua de Anuel.

Es una escena patética. Los tres traficantes me habían invitado a “relajarme”. Al no tener nada mejor que hacer y obligado a encontrar una manera de mantener una convivencia pacífica con estos vecinos rebeldes, acepté a regañadientes. Sin embargo, con una sonrisa, tomé algunas bocanadas de un gran porro de marihuana que se estaban pasando entre ellos, me atraganté, inhalé y fumé antes de mover La María al siguiente compañero.

“Espero estar dejando este lugar muy pronto”, pensé. Es decir, donde estoy viviendo actualmente. Me entretuve en mis pensamientos mientras veía saltar y drogarse a los tres jóvenes flacos, mal vestidos, con pistolas en mano. Un poco de ron barato salía del bolsillo de atrás de Blanco; él usaba una camiseta de fútbol italiana, una cadena barata alrededor del cuello, una gorra de béisbol y una emblemática pistola argentina escondida en la cintura de los jeans caídos.

Fue entonces cuando me tomé una foto con ella.

Fue idea de su compañero.

Vaya Chele, agarre la pistola ve, tomaremos una foto genial“.

Así lo hice. No estoy seguro de lo “genial” que resultó. El lector puede ser el juez. Un colchón camero aparece en el fondo de la imagen; el único mueble que poseen estos vendedores de droga empobrecidos conectados con el MS-13.

Alguna conversación continuó después de eso.

Los temas fueron bastante horribles.

“Estuve preso. Fue feo … bien feo. En la cárcel no juegan perro. Violan, matan y toda esa onda”, dijo Blackie, un traficante de drogas de 19 años.

Los tres han estado dentro. La marihuana, la coca y todas las demás cosas que estos locos tenían en su sistema, parecían estar haciendo otro efecto. Parecían estar melancólicos…

“Más feo es matar”.

Es más feo tener que matar”, salió Blanco de la nada.

Los tres probablemente también han matado.

“¡Quiero comerme un helado!”, anunció Blackie, cambiando el estado de ánimo.

Le gustaba un helado. Cualquier sabor…

“Voy pa’l  baño, me siento mal”, dije.

“¿Le traemos un helado perro?”

Les informé que era una oferta amable, pero que yo estaba bastante bien.

Estos son los jóvenes más extraños que me he encontrado en mucho tiempo. La forma en que te dejaran sostener sus armas, hablar sobre la violación en prisión y luego preguntar si te apetece un buen helado …

Damas y caballeros, esto es Honduras, la tierra de las experiencias locas e increíbles.

Pasé el resto de la tarde escondiéndome en el apartamento de mi amigo, viendo cosas en Netflix.

 

Ben Anson

"En el momento en que salgo (de un avión), noto que todo en mi cuerpo y en mi mente se reajusta para mí". Así lo comentó Gabriel García Márquez, cuando hablaba de su relación con el Caribe. Él sintió la conexión física y mental más fuerte posible con esta parte del mundo, y consideró que era "sepulcral" e inmensamente "peligroso" para él abandonar esa zona. Solo aquí "Gabo" se sintió "bien" con él mismo. Honduras hace eso conmigo -precisamente lo mismo que el Caribe hizo por Márquez. Una nación resplandeciente, pero problemática, de la que decididamente no he podido separarme desde 2014. Por lo tanto, trato de capturar su esencia a través de la palabra escrita.

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5 thoughts on “Acercándome a los pandilleros

  • Muy interesante tu crónica colega. Creo que deberías mantener cierta distancia con esos muchachos, aunque sean seres humanos infelices, por lo que puede deducirse, lo misma trafican que consumen, son peligrosos y no tienen banderas.

  • Muchas gracias, me alegra que te haya gustado mi artículo. Si, tienes toda la razón, ya me encuentro viviendo en otro barrio así que todo está mucho mejor. Un saludo.

  • La droga es un peligro tanto para el que la consume como el que la vende, es bueno el trabajo y no es fácil para un reportero desperdiciar una oportunidad como esta para dar conocer de primera mano una realidad que se vive en el mundo entero, pero recuerda no son tus amigos, y su condición es muy inestable, cualquier cosa te puede pasar

  • Ben, disfruto mucho de tus crónicas sobre tu estancia en Honduras. Puedes compartir con facilifad con estos drug dealers, como con cualquier hondureño, porque de ese país hermoso sólo ves su luz, aunque sabes, yo sé, todos sabemos q tiene muchas manchas.
    Como cubana admiro a los extranjeros q llegan a mi isla caribeña y en lugar de estar criticando nuestras carencias y dificultades sociales, se enfocan en lo positivo q tenemos como país y como pueblo.
    Nuestros pueblos necesitan mucho más ojos como los tuyos… Saludos

  • Perdóneme la tardanza Rose, muchísimas gracias por sus palabras. Se las aprecio mucho. Espero que siga disfrutando lo que escribo de este país. Un saludo.

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