Pongamos que hablo de Madrid: lecturas del 15 M

Armando Chaguaceda

“Que nos gobiernen las putas…ya que sus hijos nos fallaron”  –Grafitti Anónimo, repetido en varias protestas sociales.

Protesta 15 M. Foto: gaelx, flickr.com

Prometí este post a varios amigos, deseosos de que hablara sobre las manifestaciones españolas, ya conocidas como “Movimiento 15 M.” Como no les dije cuanto demoraría en escribirlo, me tomé el tiempo necesario para hacer varias cosas perdonables, como persistir en mi nociva costumbre de unas cervezas domingueras y ver una película de adrenalina y efectos especiales.  De antemano me disculpo con ellos por no dedicar todas mis horas y neuronas al cultivo de lo “alto, lo profundo y lo sublime.”

También pido excusas, pues de seguro mi “música” los dejará insatisfechos, en el ritmo de los acordes y las notas de la partitura que esperan: no les cantaré una Marsellesa.  Pero espero valoren que, por el respeto siento por ellos y por los manifestantes, esta crónica se escribe cumpliendo con dos requisitos: acceder durante una semana a la mayor y más plural cantidad de fuentes (desde El País y Kaosenlared hasta bitácoras personales y el testimonio de dos amigos participantes) y exponer una mirada personal, incapaz de convertirse en canon de nada y para nadie.

He visto como dos formas de conservadurismo (el de la derecha y el de ciertos “marxistas” dogmáticos) coinciden, sorprendentemente, en su incomprensión/distorsión interesadas del fenómeno 15 M.

Los fachas han insistido en el carácter antipolítico del movimiento, en su potencial sesgo terrorista y su incitación al desorden que justifica la intervención policial…mientras que los estalinos insisten en que el clamor por una democracia participativa se equipara a las luchas obreras del los siglos pasados, con lo cual la necesidad de una vanguardia organizada e iluminada (que seguramente aportarán gustosos) está al orden del día.

Lamentablemente, para unos y otros, en las plazas españolas hay mucho más que auténticos (o potenciales) etarras o asaltantes del Palacio de Invierno…..hay un clamor diverso, responsable, creativo y vibrante por corregir los déficits de la democracia representativa,  desde el cual se intenta hacer las cosas, al mismo tiempo, diferente y mejor.  No se rechaza lo político en sí, sino las prácticas de la política dominante.

Los protestantes son ciudadanxs que cuestionan las obscenidades de la clase política (llámese de derecha o izquierda) y quieren ampliar la democracia más allá de partidos, encuestas y elecciones, pero sin necesariamente renunciar a estos.  Exigen espacios de economía social, convivencia comunitaria y cultura no mercantilizada… sin dejar de defender un estado benefactor que proteja a sus ciudadanos, sin distingo de razas, sexo, edad y status migratorio.

Ello no excluye la existencia, dentro de la amplia gama de identidades lanzadas a las plazas, de algunas poses exóticas o de infiltrados de toda laya,  pero creo que estos no bastan para cualificar (o pervertir) un movimiento que combina la volatilidad, la esperanza y la energía.

Estas acciones prueban que hay una democracia (imperfecta pero realmente existente) que reúne un conjunto de valores e ideales, un proceso socio-histórico y un régimen político con prácticas y reglas institucionalizadas, que permiten hacer efectivos los derechos, la participación y la representación de la gente.

Semejantes democracias contemporáneas, construidas a partir de sucesivos aportes de luchas sociales e innovaciones institucionales, son hijas de diferentes épocas y contextos y reguardan un crisol donde se mezclan los aportes liberales (conjunto de derechos como la libertad de asociación, expresión y la limitación de injerencia estatal), republicanos (énfasis en la formación y acción cívicas y la participación) y socialistas (promoción de políticas sociales, defensa de la equidad como condición para la calidad de cualquier democracia, expansión de esta última a procesos más allá de la política).

Estos legados se entrecruzan (y a menudo enfrentan) en un patrimonio democrático común, que hoy se defiende y amplia en las calles de la nación ibérica.   No me parece que los congregados en Madrid, Barcelona o Valencia estén llamando a “abandonar la democracia.” al menos no en sus contenidos muy concretos, cuyos déficits y virtudes conocen y ponen a prueba en las nuevas ágoras.   No plantean un retorno a la servidumbre; sólo quieren dejar de ser consumidores del show/mercado de la política neoliberal para devenir ciudadanos plenos.

Así que, aunque al analizar el 15 M alguien repita como Joaquín Sabina “pongamos que hablo de Madrid.” creo que bien podemos suscribir y enarbolar los reclamos de los protestantes hispanos como parte de nuestras luchas cotidianas, en cualquier parte del mundo.

 

Armando Chaguaceda

Armando Chaguaceda: Mi currículo vitae me presenta como historiador y cientista político.....soy de una generación inclasificable, que recogió los logros, frustraciones y promesas de la Revolución Cubana...y que hoy resiste en la isla o se abre camino por mil sitios de este mundo, tratando de seguir siendo humanos sin morir en el intento.

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2 thoughts on “Pongamos que hablo de Madrid: lecturas del 15 M

  • Soy español y conozco a unos cuantos jóvenes que apoyan ese movimiento. Por eso voy a hacer una par de puntualizaciones.

    1- Se trata de un conjunto muy diverso de jóvenes irritados por la incapacidad de los políticos principalmente por atajar la altísima tasa de paro juvenil que hay en España.

    2- Proponen una reforma del sistema electoral que garantice una representación más amplia de partidos políticos minoritarios. Es decir, no están contentos con que la mayor parte de los representantes políticos sean de los dos grandes partidos, PP y PSOE. Por tanto están en las antípodas del monopartidismo. Les gustaría un Congreso de los Diputados con más partidos políticos.

    3- Proponen una división más clara de los poderes del estado. En particular abogan por la menor interferencia posible entre el poder judicial y el ejecutivo.

    Un par de aclaraciones más:

    1- Los jóvenes del movimiento 15-M representan … a los jóvenes del movimiento 15-M. No representan a la totalidad de los jóvenes españoles ni a la totalidad del pueblo español. España es una democracia donde sus representantes legítimos son elegidos con votos que se meten en las urnas. Es decir, los españoles tenemos exactamente los políticos que hemos elegido, que queremos y que nos merecemos.

    2- Los jóvenes del movimiento 15-M vulneraron la legalidad vigente al manifestarse el día de la jornada de reflexión y el mismo día de las elecciones municipales y autonómicas. Esa legalidad tiene su historia. En España según un acuerdo alcanzado por todos los partidos políticos hace unos cuantos años, no está permitida la propaganda electoral el día anterior a cualquier elección, durante la llamada “jornada de reflexión.” Esa regla la cumplen todos los partidos extrictamente. Si alguno no lo hiciese el electorado le castigaría al entender que estaría haciendo trampa.

    3- A pesar de que los tribunales de justicia dieron la orden de que no intentasen influir en los resultados electorales con sus concentraciones el día de la jornada de reflexión, el gobierno decidió ignorar las sentencias judiciales y no ordenó que actuase la policía.

    4- Probablemente esa es una de las causas de la debacle electoral del PSOE en las últimas elecciones.

  • Gabriel, le agradezco (y seguramente los lectores aún más) sus valiosas reflexiones y aportes en datos concretos…como dije en mi crónica es sólo una versión personal, con testimonio de amigos y seguimiento de prensa…por ello el debate es bienvenido ¡¡

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