Convicción y desencanto

Armando Chaguaceda

Trafico. Foto: Caridad

Esta puede considerarse, con toda justeza, mi primera crónica del 2011.  No sólo porque las anteriores nacieran de experiencias vividas el pasado año, sino porque en esta ocasión abordaré un tema actual de mi país y, dentro de este, de gente  cuya suerte y destino me importa.

Resulta que a raíz de los cambios en curso varias personas me han escrito para contarme su mirada respecto al impacto que viven -o prevén sufrir-  en su vida cotidiana, sobre el balance de su vida y los rumbos de la nación.

Lejos de la asepsia del analista o el mero testimonio cotidiano, se trata de palabras que resuenan en mis oídos con una inmensa carga de razón y sentimiento, reuniendo una mezcla confusa de orgullo y resignación; consecuencia y desencanto.

Son palabras  que brotan de quienes han entregado sus vidas a un proceso redentor y hoy, en el ocaso de estas (y de este) sienten que algo (igualdad, justicia) se les escamotea o, simplemente, que les abandonan.

Pero no se arrepienten de lo hecho, con un orgullo que les mantiene en pie y se me antoja admirable.  Por eso, por confiar en mí para desahogar su sentir y por el cariño y respeto que por ellos siento, dejo  hoy mi espacio en Havanatimes a sus estremecedoras voces.

“Soy de la generación perdida que escribiera Padura, me tocó ir a las fiestas con botas de cañero o militar, posponer muchos sueños personales en bien del colectivo, tener un  jean en mi tiempo era símbolo de corrupción o debilidad ideológica, para no hablar de una grabadora, etc.  Hice las misiones internacionalistas o de trabajo voluntario sin beneficios económicos, y pase por todos los periodos difíciles, con los consabidos reclamos de sacrificio de cada momento, incluido el Periodo Especial.  Sin embargo a diferencia de otros que hoy se lamentan por lo que no hicieron, lo que podrían haber tenido etc., yo estoy convencido de que lo hice entonces por convicción y no renuncio a ello, porque fue -como todo en mi vida-  una decisión personal, no por seguir la corriente.”

Temo que los cambios que se requieran hacer y que de hecho son inevitables, estén marcados por el “cubaneo” y termine en una mueca de lo que requiere nuestra patria. Lo que hicimos muchos en mi generación estuvo antecedido de una generación que lo dió todo, algunos hasta su vida sin poder disfrutar nada.  Eso fue lo que siempre me movió al sacrificio de las pocas cosas que podrían satisfacerme.  La única propiedad que todos tenemos y que nadie puede privatizar es la vida, y esa la empeñé en lo que he hecho hasta hoy.

“Sí me duele ver que de los que sobrevivieron de aquella generación de la que yo heredé sus valores, los que sobrevivieron del sacrifico extremo, no todos  se unieron al pensamiento que el Che pidió del hombre nuevo, como humilde revolucionario que se sacrificó como la inmensa mayoría en el trabajo diario.  Una parte de aquellos se fue convirtiendo en lo mismo que ayudaron a derrumbar, en una clase de funcionarios que devengan las posibilidades que la inmensa mayoría no tiene, y eso es lo que tenemos que cambiar.”

“Tristemente ninguna obra social es pura, todas tienen sus manchas, y  la vida me dice que ningún ismo(esclavismo, feudalismo, capitalismo, socialismo, cristianismo, etc.) fue ni será perfecto, porque siempre tendrá una clase, cúpula o grupo que tendría todas las oportunidades y asume el derecho de dirigir a la inmensa mayoría .En muchas ocasiones nunca se sabe de donde salieron, quien les da la autoridad o como llegaron a ella.  Como en el antaño los reyes o los señores, en el capitalismo surgieron los burgueses y en el socialismo la alta dirigencia.

“Lo que sí me duele es que siempre he rechazado el fraude y el desengaño, y veo que nuestros ideales han comenzado a cambiar poco a poco, que  una clase de funcionarios se ha ido adueñando de las mismas casas que le quitamos a la burguesía, que se casan y relacionan entre ellos mismos, que sus hijos y  familiares que no se sacrificaron por esta obra humana hoy manejen autos nuevos con chapa amarilla, viajes a lugares turísticos prohibitivos para los que lo dimos todo.  Y  que se sucedan en los cargos personas con apellidos parecidos a otros dirigentes, y eso si me preocupa porque nos lleva a un camino que no quisiera ver.”

“Hoy Cuba, para mí que me gustan tanto las parábola y los simbolismos, es como un cuerpo humano, donde su cabeza (la burocracia dirigente y los funcionarios de alto nivel) se soporta en un cuerpo (nuestro pueblo) cuyo estomago y órganos (la economía) alimenta a unos brazos grandes y deformes (gastos sociales) sustentados en unas endebles piernas (capacidad de producción real del país) que perdió las muletas que lo sostenían (campo socialista) y hoy se tambalea.

“Se ha detectado que tiene un cáncer en el estomago y estamos en la disyuntiva de cómo operamos: o cambiamos todos los órganos de una vez, con el costo de impacto social que esto tiene a  un corto plazo o cambiamos órgano a órgano para hacer más tolerable el dolor, pero con el peligro de que se reproduzca el cáncer  por otra parte.   Cada una de las decisiones tiene un costo social y estamos en la encrucijada de cual decisión tomamos.”

“Desgraciadamente, como bien refleja Padura, soy un vívido reflejo de esa generación y sus decisiones, con mi edad y salud tengo que seguir trabajando para sostener una familia necesitada, en un drama con el que lucho día a día.  No tengo el don de la escritura, pero  escribo con la sabiduría de la vida y la fuerza del corazón.

No sé que provoquen en ustedes estas palabras, pero cada vez que las recibo un mensaje me hacen enmudecer y solo atino a caminar sin rumbo por las orillas lacustres de esta ciudad.  Así puedo ahogar mi rabia en llanto, sin que nadie me moleste.

Armando Chaguaceda

Armando Chaguaceda: Mi currículo vitae me presenta como historiador y cientista político.....soy de una generación inclasificable, que recogió los logros, frustraciones y promesas de la Revolución Cubana...y que hoy resiste en la isla o se abre camino por mil sitios de este mundo, tratando de seguir siendo humanos sin morir en el intento.

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3 thoughts on “Convicción y desencanto

  • Excelente

  • Buen articulo, has dado espacio a la voz del pueblo, que sino era por este sitio no saben donde escribir, cuanta inteligenzia, sabiduria, orgullo, preocupacion y tristeza he leido y yo como tu ahogue mi rabia en el llanto

  • Tengo 36 años, naci y me eduque en Oriente; en la tierra (Cuba) tengo mis padres, hermanos, amigos de la infancia (los que decidieron quedarse), asi como muchos con los que comparti los años del Periodo Especial (coincidieron con los de la Universidad). Desde la distancia aprendi a apreciar mejor todas las cosas hermosas que tenemos alli; y desde “fuera” puedo comparar su realidad. Hace mas de 10 años que vivo en Europa, sin embargo, todos los cambios que estan ocurriendo/ por ocurrir en la tierra me importan, porque me importa su/ mi gente. Pienso que a pesar del desencanto que traen/ traeran estos cambios, son necesarios. Creo que se debe “despertar” del engaño (idealismo) en el que se vivio/ vive en la tierra; NADA ES GRATIS, TODO TIENE SU COSTO (economico o social). Confio en que se logre mejor nivel de vida para la persona honesta y trabajadora. Y, si, a veces tb siento deseos de llorar; porque en cada visita me convenzo que fue mejor “irme”; por la impotencia que se siente en tener que tolerar tanta indolencia. Gracias&Suerte

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