Bolivia: la democracia vulnerada

Por Armando Chaguaceda

Foto: Marcelo Perez Del Carpio – Bloomberg

HAVANA TIMES – Cuando usted lea este texto, seguramente la velocidad de los acontecimientos lo haga viejo. Por eso, en vez de intentar resumir los hechos y trasfondos de la actual crisis en Bolivia -para lo que recomiendo buenos textos y resúmenes de prensa. intentaré compartir algunas ideas sobre lo acontecido y sus alternativas. La situación apunta, en diversos modos, a una vulneración de la democracia, tanto en lo que atañe al proceso electoral como al ejercicio de derechos ciudadanos. Antes y después de los sucesos que llevaron a la dimisión de Evo Morales. 

Cualquier mirada debe partir del reconocimiento de que hubo una elección totalmente viciada. Un fraude. Los expertos electorales que denunciaron irregularidades concretas, las declaraciones de la empresa contratada por el propio ente electoral boliviano, los observadores de la OEA -la misma que apoyó el derecho a postularse de Evo, ante protestas opositoras- invitados por el Gobierno a auditar: todos coinciden en ese punto. Por último, el propio Gobierno tuvo que reconocer que la cosa estaba mal, al punto de llamar a nuevas elecciones y que el Ministerio Público abriera investigación contra los funcionarios electorales. Si coincidimos en este punto, a despecho de Telesur, puede seguir leyendo.

Se desembocó aquí por el aferramiento de Evo al poder, demostrado en sus postulaciones previas, que reinterpretaron la Constitución y desconocieron el mandato popular del Referéndum. Tal actitud es cónsona con su identidad política: un revolucionario no abandona el poder.

Pues para él este no se reduce a la temporal ocupación del Estado, sino a la transformación permanente de la sociedad. Y en esa ruta las elecciones son apenas otra vía para llegar, pero jamás -salvo accidentes como en Nicaragua 1990- para irse.

La narrativa revolucionaria -como otros léxicos políticos- es lo suficientemente flexible -y tiene suficientes amplificadores ilustrados- como para estirar el concepto de democracia y trocar a conveniencia “insurrección golpista” y “movilización popular”. Es lo suficientemente impermeable como para que una intelectual argentina escribiese, sobre Bolivia, que “hay que proteger las conquistas populares”… del voto y movilización popular. Incluso el flamante Grupo de Puebla, “progresista, moderado y republicano”, nació avalando el fraude. Y denunciando como golpe las protestas. Como sus parientes leninistas del Foro de Sao Paulo.

El tema nos lleva a una breve disquisición teórica. Si a presidentes electos en las urnas les interrumpen su mandato, por presiones sociales o institucionales ¿son siempre Golpes de Estado? Y, de serlo ¿son siempre autocratizantes ? Cecilia Lesgart, Leiv Marsteintredet y Andres Malamud tienen sugerentes miradas sobre el tema. En la crisis boliviana actual, coincido con Andrei Serbin de que pedir desde la Fuerza Armada la renuncia a un presidente cuyo mandato sigue vigente, es distinto a exigirle que desista de participar como candidato en los nuevos comicios.  Lo primero remite al concepto de golpe, lo segundo al rol de militares institucionalistas -del tipo que el MAS quiso eliminar con su partidización de las FFAA- haciendo cumplir la Constitución.

Recuerdo ahora una cosa: en la Latinoamérica neoliberal han corrido ríos de tinta celebrando otras movilizaciones que destituyeron, antes de cumplir su mandato, presidentes civiles y electos como De la Rúa, Mahuad o Sánchez de Losada. Aquellas revueltas -con diverso grado de implicación o abstención militar en su triunfo- fueron adjetivadas como formas de una democracia superior: plebeya, radical, multitudinaria.

Así que espero no se vuelvan ahora liberales quienes entonces festejaron las calles por encima de las urnas. De todo este caos, una cosa (me) queda clara: ni las “democracias plebeyas” de matriz populista ni los conservadores “llamados al orden” del bolsonarismo regional pueden suplantar la suma de estabilidad política, voluntad mayoritaria y respeto a las minorías que ofrecen, en su imperfección, las vilipendiadas repúblicas liberales de masas.

Los disturbios, incendios y saqueos desatados en contra de casas de líderes de la oposición y el Gobierno, son muestra del caos político que es la Bolivia actual. Caos hijo de la tozudez, el revanchismo y el lumpen vulgar que se agazapan detrás de las justas movilizaciones sociales, afectando a la gente del común.

De prolongarse, eso reforzará el rol de los militares como “factor de orden”, pero también podría abonar a un eventual regreso del Evo “reconciliador”. Frustrando la rebelión popular, definida por un antiguo colaborador de Evo como “mayoritariamente un hecho espontáneo protagonizado en particular por jóvenes contra el abuso de poder”.

¿El escenario deseable -no el probable o posible- en esta Bolivia convulsa de movilizaciones (post)fraude? Evo termina su mandato, pero queda impedido (por lo de antes y lo de ahora) de ir a la (re)elección. Arranca un diálogo nacional incluyente y se celebran los nuevos comicios -con participación plena del MAS- con un ente /sistema electoral depurados y acompañamiento internacional. Repito: es, desde mi óptica, lo deseable…pero tal vez sea tarde. Son los efectos de la desproporcionada ambición de poder.

Si a presidentes electos en las urnas les interrumpen su mandato, por presiones sociales o institucionales ¿son siempre Golpes de Estado? Y, de serlo ¿son siempre autocratizantes Recuerdo ahora una cosa: en la Latinoamérica neoliberal han corrido rios de tinta celebrando otras movilizaciones que destituyeron, antes de cumplir su mandato, presidentes civiles y electos. Aquellas revueltas -con diverso grado de implicación o abstención militar en su triunfo- fueron adjetivadas como formas de una democracia superior: plebeya, radical, multitudinaria. Así que espero no se vuelvan ahora liberales quienes entonces festejaron las calles por encima de las urnaEl escenario deseable en esta Bolivia convulsa de movilizaciones (post)fraude era que Evo terminase su mandato, pero quedase impedido para ir a la (re)elección. Arranca un diálogo nacional incluyente y se celebran los nuevos comicios -con participación plena del MAS- con un ente /sistema electoral depurados y acompañamiento internacional.

En abril de 2002, una multitudinaria movilización social en repudio al temprano autoritarismo de Chávez fue emboscada por paramilitares y suplantada por una fallida intentona golpista. Que abonó, a la postre, a la paulatina desdemocratización en Venezuela. Ojalá la ciudadanía boliviana, vencedora del fraude y de su caudillo “indígena”, no pierda su destino en manos de nuevos “salvadores”. Que el populismo bolivariano de Evo no sea suplantado por el fundamentalismo conservador de Camacho.

La ruta es clara: cese inmediato de toda violencia, autoridades de transición que garanticen el respeto al Estado de Derecho y, a la postre, elecciones libres y justas con observación internacional. En las que el MAS -con algún rostro fresco y aceptable- y la oposición -espero que unificada y con Mesa como candidato- midan nuevamente fuerzas. Todo lo demás es incertidumbre política y riesgo de (otra) involución autoritaria. Siempre repudiable, con independencia del color que esta sea.
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Referencias:

https://nuso.org/articulo/bolivia-es-la-economia-estupido/

https://www.infobae.com/america/america-latina/2019/11/10/la-crisis-autoinfligida-y-el-peor-final-para-el-presidente-mas-exitoso-de-bolivia/, https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-50369434 y https://www.infobae.com/america/america-latina/2019/11/11/cayo-evo-morales-el-por-que-del-levantamiento-popular-y-las-horas-finales/

http://historiapolitica.com/ojs/index.php/PolHis/article/view/377/0?fbclid=IwAR09_FKNzZUymcR5JcUBp1qGK7DM0gb5_Zkv6dJkWKhstul_8KsMQBGqpVc

https://oraculus.mx/2019/10/30/golpes-con-adjetivos-no-todo-es-lo-que-parece/

Agradezco a Alexei Padilla y Leiv Marsteintredet sus ideas y comentarios.

 

 

Armando Chaguaceda

Armando Chaguaceda: Mi currículo vitae me presenta como historiador y cientista político.....soy de una generación inclasificable, que recogió los logros, frustraciones y promesas de la Revolución Cubana...y que hoy resiste en la isla o se abre camino por mil sitios de este mundo, tratando de seguir siendo humanos sin morir en el intento.

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